Hasta el momento la relación entre Valentino Rossi y Jorge Lorenzo se podía considerar correcta: no hay complicidad ni cordialidad, y ambos se rigen simplemente por un comportamiento correcto sin más. Pero ayer la tensión entre ellos se elevó a niveles que nos recuerdan años ya lejanos.
Primero fue en la pista, cuando ambos se encontraron en plena sesión de entrenamientos: Rossi rodaba haciendo tiempos y se encontró a Lorenzo en la trazada. “Salió de los boxes sin ni siquiera mirar. Me habría conformado con una disculpa y en lugar de eso me mira como diciendo ‘¿qué quieres?”, se quejaba Rossi. Y añadió: “Y se lo expliqué de nuevo. Debido a que existe un precedente, en Misano el año pasado. Sucedió lo mismo, pero al revés. con las partes opuestas. Él estaba furioso y Dirección de Carrera me metió un punto de penalización en el carné. No creo que sea una maniobra como para castigar, pero ¿por qué a mí sí y a él no?. Habría sido suficiente con que se disculpase”.
Después llegó el comentario de Lorenzo sobre la renovación de Rossi: “Ni siquiera voy a comentarlo. No cambia nada si se queda o se va. Cada uno trabaja para sí mismo”, dijo con sequedad, mostrando una absoluta desconexión.
Y cuando se le preguntó sobre el futuro de Lorenzo y la posibilidad de que aceptara la oferta que Ducati le ha puesto sobre la mesa, Rossi fue contundente: “Para irse a Ducati hay que ser valiente, hace falta tener ‘huevos’, por eso creo que Lorenzo se quedará”.