La práctica desaparición de la «armada Supersport 600» japonesa que siempre ha caracterizado este competido nicho de mercado y que tantas ventas generó en el pasado, junto a la irrupción de la Aprilia RS 660 en el segmento de las deportivas A2, ha cambiado el panorama racing matriculable de la actualidad.
Hace dos meses ya avanzamos el primer rumor japonés sobre la MT-07 carenada, algo que no suena tan descabellado, ya que sería perfectamente factible la futura llegada de una Yamaha R7 (sólo mantendría el nombre respecto a la antigua OW-02 Superbike) dotada de una carrocería de Yamaha R6 (sólo se vende para circuito) y corazón Yamaha MT-07.
A nivel bastidor, incluso, podría asemejarse más a la Yamaha YZF-R3 con estructura tubular de acero que recurrir a un doble viga de aluminio, ahorrando costes. Respecto al propulsor, seguiría confiando en un bicilíndrico en paralelo CP2 (DOHC 8 válvulas y cigüeñal calado a 270°) de 689 cc y 73,4 CV a 8.750 rpm, ahora con admisión, inyectores, escape y ECU diferentes. Estos cambios se traducen en una respuesta más lineal y una curva de par suavizada, con un máximo de 67 Nm a 6.500 rpm.