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Toma de contacto Aprilia SRV 850: espíritu SBK

Fotos: Aprilia/Jaime Olivares
La marca de Noale ha lanzado el scooter más potente de la historia y es que, teniendo el Gilera GP 800 en casa, todo es más fácil.

Aprilia nunca se ha andado por las ramas a la hora de “deportivizar” sus modelos. Dentro del Grupo Piaggio, posee la facultad de plantear esos modelos tan cañeros y agresivos que sólo los italianos pueden concebir. El nuevo scooter SRV 850 es un claro ejemplo de ello.

Aprilia no ha inventado nada nuevo, pero sí ha dado un buen repaso al que hasta ahora era el rey de los megascooter deportivos: el Gilera GP800, líder en prestaciones desde hace cinco años. Utilizando la misma base, han radicalizado su imagen con un espectacular diseño (frontal de la RSV4 de Superbike y trasera de la Dorsoduro 1200), han endurecido las suspensiones para adaptarlas mejor a una conducción sport sin olvidar la ergonomía (asiento de nueva factura) y retocado el motor más temible del mercado para llegar a los 76 CV, récord histórico para esta categoría (ambos modelos cubican 838 cc).

Aprilia SRV 850SRV 850 es una máquina minimalista sin concesiones a la practicidad: carece de las guanteras, la pantalla y el espacio que muchos demandan en el día a día (sólo hueco bajo el asiento para un integral), sus 249 kg en seco penalizan en parado, circulando por ciudad y en tramos ratoneros, pero… ¿alguien ha dicho que sea urbano? Si tienes claro que ése no es su hábitat, no tendrás problemas.

En esta Aprilia su motor bicilíndrico es el rey, pudiendo sobrepasar los 200 km/h de marcador en pocos segundos. El V2 está envuelto en un chasis tubular de acero muy rígido, que marca la diferencia en curvas amplias y con buen asfalto. Su estabilidad es fantástica, fruto también de su gran distancia entre ejes (casi 1,60 cm), del bajo centro de gravedad conseguido, del nuevo tarado de la suspensión y de las ruedas de 16 (delante) y 15 “ (detrás). La frenada Brembo es marca de la casa y cumple bien su función.

La Aprilia SRV 850 se siente tan suave y dulce como la GP800, con una inyección retocada, bajos contundentes y sin perder esa pegada que le hace único en aceleración. Por 9.279 € no existe nada más deportivo aunque, por qué no soñar con una futura versión “electrónica” cargada de algunos de los gadgets del Piaggio X10 como ABS, control de tracción, doble curva de encendido, ordenador de a bordo o suspensión regulable a distancia…

Valoración final

Lo mejor

  • Suspensión
  • Motor

Mejoraríamos:

  • Peso elevado
  • Capacidad de carga

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