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¿Qué te llevarías en una vuelta al mundo sobre dos ruedas?

De lo básico a lo imprescindible
Fotos: Kappa
Seguro que te has preguntado muchas veces qué te llevarías a una isla desierta. Un libro, una radio, a tu mascota… pero ¿qué te llevarías para conocer mundo encima de tu moto? De entrada repasamos lo que necesitarías para hacer que tu moto sea lo más práctica posible.

Acabar las vacaciones es un trance que todos pasamos y cada uno lo hacemos a nuestra manera y nos lleva nuestro tiempo. Pero en más de una ocasión seguro que se te ha pasado por la cabeza aquello de “¿y si mis vacaciones durasen más tiempo?” Y una de las respuestas a esa auto pregunta suele ser la de “me dedicaría a conocer mundo”. Si eres un apasionado de las motos y te gusta la aventura es probable que esa manera de conocer el mundo sea a los mandos de una moto. ¿Te imaginas que tu única preocupación fuera ir recorriendo kilómetros por parajes dignos del mismo paraíso? En ese caso debes prepararte bien para poder hacerlo y no sólo eso, también debes hacer que tu moto esté preparada, sea cómoda, práctica y cuente con todo lo que vas a ir necesitando. Al final no es como eso que te contábamos antes de irte a una isla desierta, porque en este caso sí es algo real…

Aumentar la capacidad de carga es fundamental

Encárgate de ti

De entrada vamos a empezar por nosotros mismos. Como siempre decimos, el equipamiento es fundamental y no hay que escatimar en él. Para ello, si vamos a hacer recorridos largos (lo mismo eso de dar la vuelta al mundo no te da tiempo este fin de semana) debemos tener en cuenta los cambios de clima y para ello lo mejor es recurrir a chaquetas y pantalones de corte adventure porque están preparado para ellos. Lo ideal es que tengan forro interior desmontable y un buen sistema de ventilación. Con los guantes nos pasará lo mismo, tienen que ser versátiles y cómodos, pero en este caso podremos recurrir a protegernos más del exterior gracias a los paramanos. Tampoco debemos olvidarnos de un calzado que sea capaz de protegernos a la vez de ser cómodo, eso hará que nuestras rutas sean más placenteras. Por último, no podemos pasar por alto el casco, que preferiblemente debería ser de corte adventure porque este tipo va a combinar lo que podemos necesitar en nuestras incursiones por pistas y caminos con una aerodinámica elaborada pensando también en los enlaces por carretera. 

Proteger las partes más importantes de la moto es importante

Cuida de ella

Ahora que ya estamos bien equipados vamos a hacer lo mismo con nuestra amiga y compañera de fatigas. Tenemos que mimar a nuestro fiel corcel en la medida de lo posible y ser previsores. De primer curso de aventurero es el contar con protecciones en los puntos más vulnerables y expuestos a una caída o golpe. Así que lo ideal es montar unas defensas y un cubre cárter de esta manera protegeremos el motor y la zona del radiador, dos partes vitales. Pensando más en nuestra comodidad durante el viaje, una buena idea es contar con una pantalla que nos cubra más y nos quite parte del frío o del calor que nos encontremos. Además de eso, cuando nos internamos en territorios desconocidos y, especialmente, si lo hacemos de noche es importante tener la mejor visibilidad que esté en nuestras manos y para ello encontramos proyectores LED potentes que nos ayudarán y mucho. Eso sí, recuerda que sean de primera calidad y estén homologados para montar en la moto, que lo último que uno necesita en una aventura son problemas de fiabilidad o administrativos.

Obviamente, no puedes dejar de lado la navegación y para ello es aconsejable recurrir a un GPS con sus anclajes y su toma de corriente pero también llevar bien estudiado un mapa de la zona que puedes ver de manera sencilla si cuentas con una bolsa sobre depósito que esté preparado para ello.

Unas maletas ligeras y fuertes son clave

Lleva todo lo que necesitas

Aunque ya hemos hablado ligeramente de la bolsa sobre depósito pensada más como una ayuda a la orientación, está claro que si nos vamos lejos de casa necesitamos llevar ropa, algún recambio básico, herramientas, tienda de campaña, saco, comida, neceser, medicinas y botiquín… hacer una lista con tiempo y calma en la que sopeses todo lo que puedes necesitar (lo más básico e imprescindible) y no vas a encontrar fácilmente te ayudará mucho a que no recuerdes que te falta algo cuando lo necesites.

Además de esa lista, que es mucho más importante de lo que puedes pensar, tendrás que poder llevar todo cuando te pongas en marcha. Es aquí cuando tenemos que ganar toda la capacidad de carga posible pero tenemos que cumplir dos premisas. La primera es que no nos incomoden en la conducción. La segunda que no condicionen, en la medida de lo posible, el comportamiento de la moto. Para ello debemos repartir el peso de manera igualada, no podemos meter más peso en una maleta lateral que en la otra. También es importante en ese sentido contar con maletas y topcase que sean ligeros y resistentes. Una buena idea es optar por los que están fabricados en aluminio. Otra de las ventajas que suponen es que los mejores suelen ser estancos y no nos entrará el agua.

Las mochilas impermeables o estancas son una gran ayuda

Si aun con toda esa capacidad de carga nos falta más, siempre podemos llevar una mochila. Lógicamente debe estar pensada para usar en moto y es fundamental que sea impermeable, aunque si es estanca mejor que mejor. Además, hay algunas opciones que permiten tanto llevarla como mochila como, por ejemplo, en la parte superior del topcase anclado con unos pulpos. Un consejo a tener en cuenta es que la documentación, el dinero y el teléfono lo llevemos siempre con nosotros, no en la mochila. Si no quieres llevarlo dentro de la chaqueta, una bandolera o una riñonera son dos opciones cómodas y económicas que deberías tener en cuenta.

Si tienes todo esto presente únicamente te queda empezar a planificar esa escapada que será histórica y que recordarás con el paso de los años. Recuerda que es fundamental una buena preparación, ir “calentando” con aventuras más cortas y tener tu moto en perfectas condiciones antes de arrancar. Después, ¡carretera y manta!

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