Cuando Quadro irrumpió en el mercado de los scooters de tres ruedas a principios de la presente década, lo hizo con el Quadro 350D, un modelo revolucionario ya que a diferencia de la competencia del momento el Piaggio MP3 empleaba un complejo sistema hidráulico como suspensión delantera que articulaba todo el sistema. Lo denominaron HTS (Hydraulic Tilting System) y desde entonces lo utilizan todos los modelos de la marca suiza. Es un sistema que le otorga su característica más destacable, el aplomo y la establidad y que, igualmente, hereda el QV3 que es la evolución del Quadro 350D.
Podemos decir que ese 350 es el “padre” del presente QV3, con el que comparte además del HTS algunos componentes exteriores y, sobre todo, la línea que si bien ha cambiado y ahora es más afilada, nos recuerda claramente al vehículo que lo precede en la historia. En cualquier caso llega el momento de centrarse en este nuevo modelo que hemos probado a fondo y del que hemos podido sacar un buen puñado de conclusiones.
La primera es que si llegas desde la moto los primeros momentos son un poco extraños. Es mucho más fácil mantener la estabilidad en recto, pero a la hora de entrar en curva tenemos que “convencer” al HTS para que empiece a trabajar. Ese punto es el que puede resultar un poco perezoso si lo comparamos con una moto, lo que implica que hay que adelantarse un poquito al movimiento. A partir de ese momento nos encontraremos con un vehículo en el que si algo destaca es la estabilidad en la curva y la seguridad que nos da.
De hecho sorprende el comportamiento en curva, porque sin darte cuenta empiezas a tumbar sin ningún tipo de complejos gracias tanto a los dos neumáticos de 110/80 – 14 como al HTS como al chasis tubular que lleva. Además también choca que un vehículo que en principio es pesado (220 kg con depósito lleno) nos permita hacer cambios de dirección tan ágiles. A eso contribuye el sistema hidráulico, aunque sí es verdad que tienes que moverte encima del scooter como si fuese una moto. Aún así y se puede ver en el vídeo, el esfuerzo es mínimo y eso viene de lujo en la ciudad, donde vamos a estar esquivando a los coches en los atascos. Aunque no entra por donde entraría un 125 sí pasa por el mismo sitio que lo haría un maxiscooter. Su ancho de 840 mm lo sitúa prácticamente al nivel de los scooter “grandes” de referencia.
Otro de los puntos que marcan el carácter de cualquier vehículo, como es obvio, es el motor. Cuenta con un monocilíndrico que ronda los 30 CV y que nos da la potencia suficiente para desenvolvernos sin ningún tipo de problema entre el tráfico. Cuando está frío o incluso a bajas vueltas, se aprecian vibraciones pero luego cuando van subiendo las vueltas se atenúan y aunque no terminan de desaparecer no suponen una molestia.
En aceleración se comporta de manera contundente y permite hacer incorporaciones sin ningún tipo de problema en cualquier vía. Incluso saliendo desde parado y a pesar de que estamos ante un vehículo voluminoso y pesado, que con el conductor encima supera sobradamente los 250 kilos no tiene ningún problema. Luego, en marcha, sigue empujando y nos lleva a la barrera de los 120 con relativa facilidad, una barrera que es capaz de superar sin mayores problemas.
Eso sí, cuando circulamos a esas velocidades en autopista, porque en carretera convencional a 90 km/h no se aprecia tanto, nos damos cuenta que la pantalla es algo justa. Aunque cuenta con un deflector en la parte alta, no llega a ser suficiente para derivar el aire que impacta contra nuestra cabeza. Aún así se solucionaría fácilmente con una pantalla más grande, que se puede conseguir a través de ellos o de algún fabricante externo. Aunque sería más cómodo aún que se pudiera regular.
Un aspecto importante es el de los frenos. Cumplen a la perfección su función y en condiciones de seco es prácticamente imposible bloquear las ruedas delanteras, pero al no llevar ABS en mojado es más delicado. En ambas condiciones la rueda trasera se puede bloquear con relativa facilidad si te lo propones, aunque en conjunto la frenada de QV3 es potente y se nota mucho el tener las dos ruedas delante.
Por último, no podemos dejar pasar por alto la capacidad de carga del QV3. Debajo del asiento hay espacio pero no es suficiente para albergar dos cascos. Entra uno integral y luego una mochila o algo más que queramos llevar. Además, detrás del escudo tenemos dos guanteras para poder llevar algo durante la marcha, aunque no tienen cerradura.