Desde su lanzamiento con la actual cilindrada en 2006, la ZZR 1400 se ha convertido en el buque insignia de Kawasaki en términos de velocidad pura, un apartado en el que la marca nipona ha puesto especial empeño. Desde aquella GPZ 1000 RX del 86, la posterior ZX-10 TOMCAT de 1988 con la que todos soñamos alguna vez, pasando por la ZZR 1100 y sin olvidar aquella ZX-12R con 190 CV para el nuevo siglo.
Hace tres años Kawasaki lanzó la segunda generación ZZR 1400, un modelo que se mantiene inalterado desde entonces y que sirve de base para nuestra protagonista de apellido Performance Sport. El año pasado Kawasaki lanzó esta segunda versión, mejorada y con mayor carácter deportivo, un exclusivo producto sport-turismo de casi 20.000 €. Las mejoras respecto a la ZZR estándar pasan por la adopción de unos escapes completos de titanio firmados por Akrapovic, un *amortiguador trasero Öhlins, cúpula de burbuja y decoración más agresiva.
Cuando la tienes delante sabes que va a haber un antes y un después de probarla. Sus imponentes dimensiones, fruto de una cuidada aerodinámica, pueden dar una errónea sensación de pesadez, que desaparece tan pronto como buscamos la verticalidad una vez retirada la pata de cabra. No es que sus 268 kg desaparezcan, sino que están muy bien distribuidos. La baja altura de su asiento (800 mm) también ayuda, aportándonos seguridad y confianza en desplazamientos a baja velocidad. Su depósito de 22 litros es bajo, lo que facilita poder tumbarnos sobre él para mejorar la penetración aerodinámica.
Pero, sin duda, el punto fuerte de esta moto es su propulsor: un motor de cuatro cilindros y 1.441 cc que rebosa potencia y par en toda la gama de revoluciones, haciendo que muchas veces te olvides de la marcha en la que circulas. Los 210 CV declarados con Ram-Air a pleno rendimiento son perfectamente dosificables gracias al control de tracción KTRC que, como ya sucedía con su hermana deportiva ZX-10R, se puede regular en tres niveles de intervención.
Sensaciones de avión
Como ya os comentaba antes, la “corpulencia” de su carenado no os debe llevar a engaños porque se desenvuelve con gran soltura en tramos de carretera de montaña donde, además, su motor te catapulta de curva a curva como si las distancias no existiesen. Aquí es donde sale a relucir su gran equipo de frenos (doble disco delantero de 310 mm con pinzas radiales Nissin de 4 pistones) que nos permiten detener a esta bestia con una gran pegada, sumado a la seguridad que le aporta su ABS combinado.
Otro de los puntos que se notan de verdad es el excelente trabajo del amortiguador trasero Öhlins TTX39, que nos permite traccionar con decisión trabajando perfectamente sobre cada una de las imperfecciones del firme y sin mostrar síntomas de fatiga, como bien podría esperarse al gestionar tanta transferencia de pesos en cada aceleración.
Después de probarla en montaña y por autopista, donde la mayor complicación que te ofrece es mantenerte dentro de los límites de velocidad legales, volví a la redacción con la sensación de que que no había sacado todo el jugo a esta moto. Tras pedir algún favor y tener la suerte de dar con las personas adecuadas, pude exprimir las prestaciones de esta ZZR 1400 PS en la pista de un aeropuerto.
Como si de una carrera de dragsters se tratase me dirijo a la cabecera de pista, donde me espera una recta de más de 1 km y 20 metros de ancho, perfectamente asfaltada. Meto primera y, con el embrague aun cogido, subo el motor hasta las 10.000 vueltas, cojo aire y empiezo a soltar el embrague como si el semáforo de MotoGP se acabase de apagar. En un abrir y cerrar de ojos enchufo segunda y al instante tercera: el control de tracción ha hecho su trabajo a la perfección corrigiendo la pérdida de adherencia del neumático trasero en los primeros metros además de evitar la levantada de la rueda delantera. Antes de meter cuarta la aguja ya supera los 200 km/h y todavía no he llegado a la mitad de la recta, por lo que estiro cuarta hasta el corte y subo a quinta por encima de los 275 km/h. Parece que no va a dejar de correr nunca pero ya me aproximo rapidísimo a la marca que me avisa que sólo me quedan 300 metros de pista y que los necesito para frenar…
Valoración final
Sin duda, ha sido una experiencia increíble que tardaré mucho en olvidar. Creo que esta moto, más que una cazadora de récords es una cazadora de sensaciones, ya que esta ZZR 1400 Performance Sport va más allá, ayudándose de la electrónica y de componentes de altísima calidad para, además de mostrarse rápida y potente, ser al mismo tiempo completa y cómoda para viajar, deportiva y rutera al mismo tiempo, incluso si nos gusta disfrutar de ella con pasajero.
Lo mejor:
- Motor
- Suavidad de funcionamiento
- Equipamiento
Mejoraríamos:
- Peso
- Precio (19.800 €)