Prueba FELO FW-06: Introducción, posicionamiento y rivales
Desde el advenimiento de las motos eléctricas han surgido multitud de propuestas, sobre todo en el equivalente a los 125 cc, es decir, 11 kW de potencia, límite para poder circular con el A1 o el carnet B con tres años de experiencia. La inmensa mayoría son motos o scooter de carácter urbano.
La razón es que, al revés que los vehículos de combustión, consumen menos en el entorno urbano. Del mismo modo, las eléctricas consumen más en velocidades mantenidas elevadas, mientras que ir a punta de gas a 90 km/h en una moto de combustión consume poca gasolina.
En ciudad, las eléctricas se benefician de velocidades menores y de retenciones continuas, clave en la recarga de sus baterías. Por eso no es raro que la mayoría de las motos y scooter eléctricas sean motos utilitarias, ya sea para particulares o para reparto. Eso implica configuraciones ergonómicas cómodas y versátiles, alejadas de los postulados deportivos.
Afortunadamente para nosotros, en FELO son conscientes de que hay más nichos por cubrir en la motorización eléctrica y traen al mundo la FW-06, una visión totalmente opuesta a lo que hay en el mercado, pero que entra por los ojos a la primera. Su diseño afilado no hace sino adelantar lo que está por venir: aceleraciones fulgurantes y sensaciones racing.
Su ingeniería está concebida para lo que parece y es inevitable plantearse el mismo concepto a una escala mayor. Porque la FELO FW-06 (5 kW-10 kW, 7.299 €) puede parecer un híbrido entre scooter y moto pequeña; de hecho, sus ruedas de 14 pulgadas parecen desproporcionadamente grandes en comparación a su cuerpo, como las patas de un cachorro de perro grande que aún está por crecer.
Si buscamos rivales entre motos eléctricas con ruedas de 14 pulgadas, sólo encontramos la Ovaobike MCR-H (5,7 kW-9,1 kW, 9.790 €) y la Cake Ösa (5 kW-9 kW, desde 8.880 €), de filosofía modular y utilitaria. Por ahora, el resto de vehículos eléctricos con ruedas de 14 pulgadas son scooter urbanos, aunque no será por mucho tiempo, porque diseñar y construir una moto eléctrica es más sencillo y económico que las motos térmicas.
De hoy en adelante asistiremos a más lanzamientos de modelos particulares con diseños audaces, como es el caso de la FELO FW-06. De hecho, en breve llegará la FELO FW-03, un modelo inspirado en la famosa Honda Cub 90 y que tiene mucho más sentido en versión eléctrica.
Prueba FELO FW-06: Características, equipamiento y filosofía
El diseño de la FELO FW-06 integra una moto ligera en la que el centro de gravedad está situado en el centro y en la posición más baja posible. Así el chasis es una estructura tubular que abraza la batería, conformando ambos la estructura de la moto.
El sistema eléctrico funciona a una tensión nominal de 96 V, más alto que los 48 ó 72 V habituales y está alimentado por una batería con celdas de iones de litio de tipo INP58P, con una capacidad de 5,57 kWh y que cumple con los estándares de seguridad IP67, es decir, que aguanta hasta un metro de profundidad en agua durante 24 horas. Al ser soporte de parte de la moto, la batería no es desmontable.
Hay que destacar que la batería de la moto está garantizada durante 8 años u 80.000 km, lo que ocurriese antes. Si en ese periodo la batería se deteriora, quedando por debajo del 70% de su capacidad original, se cambiaría por una nueva.
Lo que de verdad sorprende es el peso final del conjunto, 125 kg, al nivel de los scooter más ligeros de 125 cc. La comparación viene al caso porque la potencia del motor también está por debajo de los 11kW que corresponden como máximo a las 125 cc. Desarrolla una potencia nominal de 5 kW, aunque con picos de potencia de 10 kW.
Pero lo que marca la diferencia en comparación a las 125 cc es el par motor, pues alcanza los 338 Nm a la rueda. Eso implica unas velocidades inalcanzables para los motores de explosión.
Los datos son demoledores. Necesita menos de 2 segundos para alcanzar 50 km/h y 5,3 segundos para llegar a 80 km/h, pero como veremos en el apartado “Cómo va”, para ello hay que tirar de los picos de potencia que da el botón Sport, al que sería más adecuado llamarlo “power”, “turbo” o “boost”, porque es realmente reactivo, como lo era El Coche Fantástico al requerimiento de Michael Knight, al apretar el botón de marras.
Frenos y suspensiones son sencillos y eficaces, pero sin alharacas. Delante monta una horquilla convencional sin regulación y un freno de disco delantero de 230 mm de diámetro mordido por pinza de un solo pistón y asistido por ABS, mientras que detrás la suspensión se confía a un monoamortiguador trasero, también sin regulación y directamente anclado al basculante.
El freno trasero, también de disco, es de 180 mm de diámetro. Con solo 125 kg de peso se bastan para cumplir con nota, pero se echa de menos una versión con frenos y suspensiones “pata negra” para poder aprovechar las cualidades dinámicas de la FW-06.
Las dimensiones de la moto son realmente compactas, pudiendo cargarse en muchas furgonetas no tan grandes. Solo mide 1.830 mm de largo, mientras que entre ejes la distancia es de 1.240 mm, una cifra realmente corta pero que no resta aplomo a la FW-06 y sus geometrías.
También se muestran muy bien dimensionados los neumáticos en medidas 110/80-14 y 140/70-14, pero no pudimos probar los CST que equipa de serie, pues en ADN motos habían montado Bridgestone Battlax SCR, a solicitud de sus pilotos de supersport.
La altura del asiento es de 800 mm, que unido a la estrechez y ligereza de la moto, no representan ningún problema a la hora de maniobrar o de moverla en parado. No dispone de caballete, pero tampoco de cadena, por lo que no son necesarios labores de mantenimiento de la misma: más peso ahorrado.
La capacidad de carga es prácticamente nula. Bajo el asiento caben los papeles (doblados) y apenas un teléfono móvil. No cabe ni siquiera el cargador. Si necesitas desplazarte con el cargador, tendrá que ir en una mochila. Es uno de los puntos débiles de la FW-06, que sólo podrás soslayar si dispones de infraestructura de carga en tu punto de origen y/o destino.
El cargador es voluminoso y pesado. Se conecta a la moto a través de un conector ubicado tras una tapa tras el escudo derecho. A la izquierda hay otra guantera, esta vez descubierta, en la que cabe un teléfono móvil o unos pantalones de agua bien doblados, poco menos que bajo el asiento.
La iluminación de la moto es full-LED, bien resuelta, no así el panel de instrumentos LCD, difícilmente legible bajo condiciones luminosas. La información que aporta es justa, porque no hay un odómetro parcial que se pueda poner a cero a voluntad, sino cada vez que se enciende la moto. Sí hay un odómetro total permanente.
El panel también informa del porcentaje de carga restante y de la autonomía restante, siempre en función de la demanda al acelerador y al botón de turbo boost, cuya activación se refleja en la pantalla LCD. También dispone de reloj horario.
Mediante una app, también podrás disfrutar de conectividad, pudiendo consultar recorridos, consumos o la ubicación del FW-06, entre otros datos y estadísticas. El equipamiento también incluye puerto USB, control de crucero y sistema de llave keyless para arranque sin llave.
En cuanto a controles electrónicos, dispone de una unidad de control central VCU específica desarrollada para este modelo, que gestiona la entrega de tracción (control de par ATS) y así poder extraer todo el potencial del motor bajo condiciones de seguridad.
Prueba FELO FW-06: Cómo va la FELO FW-06
A primera vista la FW-06 cae bien y entra por los ojos. Su diseño produce cierta simpatía, porque adelanta lo que es, un auténtico juguete. Una vez encima de ella sorprende lo poco que cuesta moderna; ayudan sus dimensiones y su ángulo de giro, realmente bueno para la jungla urbana.
La posición de conducción a priori no es mala, pero en el primer trayecto descubrirás que el asiento tiende a empujarte hacia adelante, al llevar las piernas cada vez más flexionadas. Te obliga a corregir la postura cada cierto tiempo o en los semáforos en rojo.
Las estriberas están en un punto correcto dentro de la compacidad de la moto y el manillar a una distancia adecuada, pero sólo al principio de los trayectos, porque cada vez estará más cerca. Todo redunda en un componente físico que, si no fuera porque es una moto pensada para trayectos cortos, podría resultar irritante.
Todo eso se olvida en cuanto abres gas desde parado. La FELO FW-06 sale catapultada en cada semáforo para sorpresa de la primera línea de parrilla. En el siguiente semáforo, tendrás la atención de antiguos poleman, cuando no directamente preguntas: ¿cuánto cuesta eso?
La sensación de agilidad es inherente a la moto en cualquier circunstancia. En el ámbito urbano los frenos operan a la altura de la mejor de las scooter, con la diferencia de que esta moto anda mucho más que aquellas. Solo por ese motivo les vas a exigir más, incluso aunque no actives el botón milagro.
En ciudad no es casi necesario, si acaso en incorporaciones a vías rápidas para adecuarse a la velocidad del tráfico circundante. El motivo es que, si bien la aceleración es explosiva, su empuje decrece a partir de 50 km/h hasta llegar a los 85-87 km/h aproximadamente, velocidad que no puede pasar, a menos que apretemos el boost, en cuyo caso la moto empuja hasta su velocidad punta con fuerza.
Una vez sobrepasados esos 85 km/h, se puede circular a punta de gas sin apretar el botón de boost y mantener cruceros de 100 y 110 km/h. Podemos decir que es un botón-lanzadera: te ayuda a llegar a una velocidad, pero no es necesario para mantenerla, ahorrando un esfuerzo innecesario a la batería que pudiera comprometer su durabilidad.
Ni qué decir tiene que en carretera abierta ocurre lo mismo, con la añadidura de que las geometrías y sección de las ruedas te permiten un paso por curva endiablada. Aquí sí que es bienvenido el extra de potencia, principalmente a la salida de las curvas, una vez superado el ápice.
La sensación de empuje en silencio es realmente adictiva. Uno se acostumbra rápido al buen hacer de la FELO FW-06, y lo nota al volver a subir a una moto ciudadana de combustión, cuyo tacto te parecerá anticuado, por suave que sea. En carretera abierta se echan en falta suspensiones y frenos de más entidad.
Con doble freno de disco y unas suspensiones más sólidas, lo que es una moto muy divertida se podría convertir en una moto excepcional. Su ingeniería es brillante y su rendimiento excepcional. El precio es alto, como lo son las motos eléctricas, pero es más económica que sus rivales.
Si añadimos las ayudas del Estado y de las CCAA, el precio de 7.200 € puede caer al entorno de los 6.000 € (dependiendo de la Comunidad Autónoma), una cifra a tener en cuenta, sobre todo si dispones de la infraestructura para cargarla mientras está aparcada.