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Prueba Moto Guzzi V85 TT Travel 2023

Grandes viajes con criterio propio
Fotos: Miki Méndez
La identidad es el atributo intangible más buscado por las marcas, porque relaciona un producto con sus clientes, sin explicaciones. Basta un golpe de vista, sonido, la textura de un paño o un olor para situarnos ante algo reconocible. Moto Guzzi ha gestionado muy bien su identidad para construir una moto que aúna esa identidad con prestaciones y tecnología actuales, mediante un diseño atemporal capaz de atraer incluso a los detractores de las motos trail. Acontece que las trail son las nuevas GT´s, al disfrutar de las mismas capacidades que aquéllas, sumada la versatilidad que da el poder entrar en pistas y caminos con una moto de más de 200 kilos. Una jugada bonita y elegante; como son las Moto Guzzi.

Introducción, posicionamiento y rivales

La Moto Guzzi V85 TT fue presentada como prototipo en 2017. No pudimos tocarla hasta el EICMA 2018, ni tampoco probar hasta 2019. Desde entonces, ha sufrido una adaptación a la norma Euro 5, en la que ha perdido 4 CV y ha ganado 2 Nm de par. Esa pérdida de potencia no se traduce en pérdida de prestaciones, sino más bien ganancia en agrado de uso, que ya era notable de por sí. Con su lanzamiento, Moto Guzzi mostró la continuidad de la senda de modernización comenzada con la introducción de las V7 y las V9 de mano de Piaggio y Aprilia, y que culmina con la Moto Guzzi V100 Mandello que conmemora el centenario de la marca de Mandello del Lario, y que en breve pasará por estas páginas.

Su estilo atemporal permite que no haya cambios estéticos en su puesta al día. Y es un alivio que así sea, porque su estética dakariana de los años 80 llama la atención allá por donde pasa. Desde su lanzamiento ha habido numerosas combinaciones de color de carrocería y chasis, monocolor, bicolor o tricolor y en todas ellas es muy atractiva. Hoy traemos a Soymotero.net la Moto Guzzi V85 TT Travel, versión destinada a largas distancias con equipamiento extra y decoración exclusiva en Grigio Grigna, un gris metalizado de lo más elegante que casa con su estampa aventurera.

No es fácil posicionar la Moto Guzzi V85 TT Travel, pues lejos de imitar a sus rivales, marca su propio camino. Moto Guzzi la engloba en lo que llama “Classic Enduro”, pero no deja de ser un guiño marketiniano. Puede que tenga una estampa clásica, pero de enduro no tiene nada. Basta apuntar que sus Dunlop Meridian, en medidas 110/80-19 y 150/70-17, están indicados para asfalto y caminos, no para incursiones campestres. Eso no quiere decir que no se pueda enfrentar a rivales trail de cilindrada similar y con rueda delantera de 19”, como la BMW F750 GS (77 CV, 10.500 € sin extras), la Triumph Tiger 900 GT (95 CV, 14.195 €) o la Suzuki V-Strom 1050 XT (106 CV, 14.695 €), todas ellas con distinta disposición de los cilindros, pero con la misma vocación rutera y de moto para todos los días.

Características técnicas y equipamiento de la Moto Guzzi V 85 TT Travel

Como no podía ser de otro modo, el motor es un bicilíndrico en V a 90º refrigerado por aire, 2 válvulas por cilindro y el cigüeñal longitudinal a la marcha. Analizado así, podríamos hablar de cualquier motor Moto Guzzi de las últimas tres o cuatro décadas. Pero es la última evolución del V9: esas válvulas son de titanio, el cigüeñal se ha aligerado, los árboles de levas tienen un perfil específico y hay mejoras en el acoplamiento del embrague en la caja de cambios. Permanece la esencia de los motores Moto Guzzi, pero obviando las partes incómodas de su carácter, es decir, movimientos en vacío y reacciones parásitas del cardán. Muy al contrario, se percibe como un motor suave y moderno.

A ello contribuye el acelerador electrónico, clave en la conexión puño-rueda y el empleo de diferentes modos de motor (Sport, Carretera, Lluvia, Of-road y Custom) para la gestión de los 76 CV a 7.500 rpm y 80 Nm de par que ofrece esta versión que cumple con Euro 5 (limitable para el A2). Cada uno de los modos es una combinación de la gestión de potencia, control de tracción (MGCT) e intervención del ABS, salvo los modos Custom (en el que la combinación la eliges tú) y Off road (que desconecta el ABS trasero). Es posible soltar el embrague con la misma alegría que en una moto con transmisión por cadena, ya no hay traqueteos en el cardán. Es y se percibe como un motor moderno. Declara un consumo de 4,9 l/100, que junto a los 23 litros de capacidad que tiene el depósito, garantizan una autonomía de 400 kilómetros, muy conveniente en una moto de vocación viajera.

Comparte la parte ciclo con su hermana, la V85 TT estándar de la que proviene. El chasis es un tubular de acero que, junto a unas medidas de rueda delantera de 19” delante y una posición de conducción no convencional, consiguen un comportamiento natural, fácil y predecible que encaja a la perfección con el carácter del motor. Suspensiones y frenos también son comunes. El tren delantero es sostenido por una horquilla invertida de 170 mm de recorrido que equipa doble disco de freno de 320 mm mordidos por pinzas de freno radiales de 4 pistones, El amortiguador trasero también tiene 170 mm de recorrido, mientras que el freno trasero tiene una pinza de doble pistón.

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Las diferencias vienen con el equipamiento, mucho más amplio en esta versión Travel, y que elevan su peso a 243 kilos en orden de marcha. Incluye una pantalla touring más alta (y que protege mejor, pero que se percibe algo ruidosa en el casco), maletas laterales (la derecha de gran capacidad y en las que cabe cualquier tipo de casco), puños calefactables (fundamentales en invierno), caballete lateral, sensor de presión de neumáticos y la nueva plataforma multimedia de Moto Guzzi (MIA), una aplicación que permite conectar tu teléfono móvil con tu Moto Guzzi y su instrumentación. Se trata de una pantalla TFT a color que no es muy grande, pero permite leer con comodidad los datos que ofrece (velocidad, revoluciones, reloj, consumos, odómetros, nivel de combustible, temperatura ambiente, etc).

El panel está rodeado de multitud de testigos luminosos ocultos a la vista si no se encienden. También dispone de control de crucero, esencial en cualquier moto viajera y cuyo manejo es sencillo y eficaz. Las piñas tienen muy buen aspecto y son diferentes de las vistas en otras motos, es decir, no parecen estandarizadas. Ambas manetas son regulables. El manillar es ancho, alto y como veremos más adelante, adecuado para la ergonomía de la moto. El asiento permite cierto movimiento longitudinal, si bien la conducción de esta moto no precisa de mucho movimiento corporal en asfalto.

La iluminación es full LED. Es tan sorprendente el diseño de la luz diurna DRL con forma de águila de Moto Guzzi en el faro delantero, como eficaz el haz de luz nocturna. Y es que la terminación de la moto es exquisita. Rezuma calidad y buen gusto en cada detalle.

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Cómo va la Moto Guzzi V85 TT

El refranero castellano es de lo más sabio. Algo tendrá el agua cuando la bendicen, dice el refrán. La Moto Guzzi V85 TT es la moto más vendida de la marca. Lo cierto es que hay un salto de calidad evidente en esta moto respecto al pasado. Lo mismo te dirá un guzzista, tenga una o no. El trabajo de desarrollo en esta moto es evidente, porque no sigue los dictados de la inmensa mayoría de las motos trail y, sin embargo, su desempeño sorprende. Te lleva a su terreno con naturalidad y te seduce desde la eficacia.

La posición de conducción parece natural, pero los pies van adelantados, el culo prácticamente sobre la parte delantera de la rueda trasera y los puños en una posición elevada sobre un manillar ancho. La realidad es que por muchos kilómetros que hagas, no se acusa apenas fatiga. La pantalla alta desvía el aire, pero no los ruidos. Con mis 178 cm tengo que agacharme un poco para dejar de percibir el ruido del aire, que no turbulencias. No es regulable en altura, pero sí en inclinación (con herramientas), habrá que jugar con ello. Aunque la altura del asiento es de 830 mm, no es una moto ancha y remar no es difícil. En parado se notan los 243 kilos de peso, pero afortunadamente dispone de un gran ángulo de giro, casi sorprendente, que junto al manillar ancho permite hacer palanca sin esfuerzo.

Si la posición es natural en recta, la cosa no varía en curva, porque la V 85 TT solo precisa que mires a donde quieras ir, no requiere movimientos en el asiento por tu parte para ayudarla. Ingresa en curva con neutralidad y facilidad, yendo de paseo o rodando a fuego. Porque esta moto te permite rodar muy rápido, pero sin estridencias ni posturitas. La horquilla dispone de cierto recorrido, pero está muy bien tarada para el día a día (también es regulable, como el amortiguador).

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Las ruedas de serie son unas Dunlop Meridian de diseño 90/10 asfalto-campo, es decir, permiten la incursión en pistas y caminos, pero su fuerte está en el asfalto de cualquier orden. Me gustaron mucho los neumáticos en asfalto seco y frío, tanto en buen firme como en carreteras bacheadas de segundo orden. La elección tiene su lógica, si tenemos en cuenta que pesa 35 kilos más que su hermana estándar. Todo ese equipamiento válido para grandes rutas tiene su peso y no casa mucho con trialeras endureras. De todos modos, la moto se muestra igual de neutra por senderos y caminos que por carretera y permite rodar de pie sin sentir que llevas una moto pesada. Hay que recordar que la V85 TT pesa 208 kilos, muy buena cifra para una trail.

El motor gusta de rodar por la zona donde muestra casi todo su par, es decir, entre 3.000 y 4.000 rpm. Es una gozada acelerar y sentir (y oír) cómo sube de vueltas, incluso hasta el final del cuentavueltas. En velocidades sostenidas es capaz de rodar a cruceros legales con un confort total. Pero superados los 130 km/h y a partir de las 4.500 vueltas, se comienzan a percibir ciertas vibraciones en las estriberas, nada preocupante que no permita sostener altas velocidades (fuera de la ley) en autopista. Sin embargo, ahí están.

Al final descubres que es una moto ideal para el día a día, pues aúna comodidad, eficacia y esa pizca de estilo que te alegra por la mañana cuando bajas al garaje. No es la más prestacional del mercado, tampoco pretende serlo, pero es una moto honrada que transmite solidez y calidad para hacer muchos kilómetros, ir a trabajar o pequeñas escapadas deliciosas.

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Valoración Final

Tras una semana con la Moto Guzzi V85 TT Travel he constatado que, si antes me gustaban las Moto Guzzi, ahora me gustan más. No estamos ante una segunda moto, sino ante una titular indiscutible. Se trata de una moto que te hace la vida más agradable, pero que también esconde su lado picante en su gloriosa zona media y la facilidad de conducción en toda circunstancia. No es una moto para quemados, pero se puede llevar muy deprisa.

Dispone de un equipamiento sobresaliente para viajar, pero tampoco sobra ninguno de esos elementos extra en uso diario. Añade la exclusividad del elegante color Grigio Griña que la distingue de sus hermanas. Por último, regala el privilegio no de poseer, sino de sentir una Moto Guzzi con (y en) todos los sentidos. Te aseguro que, si sintonizas con su onda, te sabrás afortunado por haberos cruzado en el camino. La Moto Guzzi V85 TT arranca en los 12.449 euros para la versión básica, y llega hasta los 13.999 euros para la versión Travel que hemos probado.

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