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Prueba Kawasaki Z1000 SE 2014: Sugomi

Fotos: Javier Ortega
Kawasaki renueva su naked más potente siguiendo a rajatabla el significado de la palabra japonesa Sugomi, llevando a la Z1000 hacia un concepto más imponente, radical y deportivo que pretende dejar huella en aquellos que la contemplan. Te cuento de qué manera lo han conseguido.

El objetivo consistía en coger un modelo que funciona y dotarlo, más que de una nueva personalidad, de mucha más personalidad: una personalidad Sugomi*… La nueva Z1000 debía ser vistosa, intensa e imponente en su aspecto, pero además resultar igual de increíble y agresiva en su comportamiento: ¡manos a la obra! Se han retocado y modificado aspectos del motor, parte ciclo, ergonomía y estética, dando como resultado un conjunto que rezando el mismo Credo que versiones anteriores, lo hace envuelto por un aura mucho más intensa y enérgica.

Siguiendo las líneas de la Kawasaki Z800, nuestra protagonista arriesga en su diseño con un frontal que si bien resulta extraño por su bajo posicionamiento, se integra perfectamente en la línea descendente que se inicia desde la parte más alta del depósito de combustible. El nuevo manillar plano tipo Fatbar también se sitúa en una posición más baja y avanzada que el anterior. La dicotomía entre esta compacta parte delantera y el esbelto, alto y afilado colín lleva equivocadamente a pensar que la posición de conducción será demasiado cargada hacia delante y, por tanto, será una moto incómoda. Me llevo una grata sorpresa al comprobar que una vez encima de ella la posición de “ataque” no es tal y los brazos no se sobrecargan con peso extra. Además, no es difícil llegar con los pies al suelo gracias a la estrechez del chasis en su unión con el depósito.

Sonido orquestal

Numerosas partes del motor se han modificado en busca de prestaciones y sonido. Se han revisado los mapas de inyección, los conectores de los colectores adoptan una nueva forma oval, se modifica la admisión y la caja del filtro, y se acorta la relación de cambio. Todo para obtener 4 CV extra de potencia (ahora 142), un par motor superior a medio régimen (evitando baches de potencia) y una respuesta de gas más inmediata. Pero, sin duda, lo primero que notarás será el sonido. Con un copyright “made in Kawa”, la Z1000 suena redonda y ligeramente ronca a ralentí, adquiriendo un toque mucho más explosivo y vibrante a medida que subimos de revoluciones.

En los primeros kilómetros me doy cuenta de lo mucho que me ha confundido el imponente “aspecto Sugomi” de esta revisada Zeta. De reacciones dulces permite la circulación a cualquier régimen y marcha sin sobresaltos. El motor empuja desde abajo y es lineal hasta el corte de encendido, la respuesta de gas es inmediata y empuja con decisión si así lo deseas. A pesar de tratarse de un “tetra” en línea, se aleja bastante del típico comportamiento “todo o nada” a bajas revoluciones y se puede obtener un comportamiento suave respetando el tacto del gas. Sin embargo ciertos detalles como el tarado duro de suspensiones y mullido del asiento, y un ángulo de dirección escaso me hacen pensar en salir de la ciudad cuando antes.

Lo apropiado

Estamos ante un tipo de motocicleta cuyo campo de utilización está más acotado en comparación con modelos más turísticos o trail. Si en la ciudad puede moverse bien, aunque algo perezosa, no le gustan nada las largas tiradas de kilómetros: te cansarás rápido del viento, la lluvia, los mosquitos o la postura de conducción estática… Y conste que hablo con conocimiento de causa después de hacer un viaje de 700 km repartido en dos jornadas en las que únicamente paré a repostar, la primera de ellas con acompañante, que aunque aguantó la ida por aquello de la novedad, no quiso repetir en la vuelta (lo bonito de este colín es lucirlo más que acomodar a un pasajero).

Su depósito de gasolina aumenta de capacidad hasta los 17 litros ofreciendo más autonomía, y la iluminación mediante doble óptica led proporciona una luz azulada de bastante intensidad. Detrás de un pequeño deflector sobre el frontal se encuentra una instrumentación compacta pero completa: odómetro, dos parciales, cuentarrevoluciones tipo led, consumos medio e instantáneo, autonomía, temperatura del motor, reloj horario, nivel de gasolina, económetro y pertinentes testigos luminosos. Echo de menos un indicador de marcha engranada y la temperatura exterior, así como un pulsador en la piña izquierda en lugar de los dos botones anexos a la pantalla digital, ya que al mostrarse sólo un solo parámetro recurriremos bastante a su uso.

Seguramente ya sabes que si viajas con esta Zeta no lo harás por necesidad sino por placer, en cuyo caso saldrás de la autopista en busca de carreteras más divertidas y apropiadas, y es precisamente ahí donde todo cambia.

Los escapes son más cortos con el objetivo de mejorar el centrado de masas

Curvas, carreteras secundarias e incluso rodadas en circuito. Kilómetros recorridos por el puro y simple placer de conducir, o mejor dicho, pilotar. Para ello la parte ciclo no se puede quedar atrás y se mejora con modificaciones en frenos y suspensiones. El tren delantero incorpora unas pinzas Tokico Monobloc radiales con bomba Nissin también radial, y una horquilla Showa SFF-BP ajustable en todos sus parámetros, responsable de la mejora en la estabilidad y agilidad, y capaz de adaptarse a una conducción más o menos agresiva. En el tren trasero se monta el mismo monoamortiguador equipado por la ZX-10R que dispone de ajuste en precarga de muelle y extensión del hidráulico.

La dosis de diversión en estos escenarios está asegurada. El chasis es lo suficientemente compacto como para obtener un comportamiento ágil pero sin comprometer la estabilidad en curvas rápidas. La Z1000 va sobre raíles, por su sitio y únicamente se notarán los 220 kg de peso (221 kg para la versión con ABS) en curvas muy lentas. Puedes enlazar curvas de 70 km/h con sexta engranada y olvidarte de cambiar marcha, o puedes llevarla en la parte alta del cuentavueltas (su consumo medio de 7 litros a los 100 subirá hasta casi 8). Es noble en sus reacciones y cuenta con unas gomas que responden muy bien (Michelin Pilot Power III).

Nuestra unidad de pruebas es la SE que únicamente se diferencia de la estándar en su decoración verde y gris, y además incorpora ABS como elemento opcional (PVP de 13.599 €) del que cabe destacar que es poco intrusivo notándose apenas su actuación. Aparte de este sistema no existe opción de incorporar ninguna ayuda electrónica más: ni control de tracción, ni frenada integral ni reducción de su potencia mediante diferentes mappings del motor. Parece ser que Kawasaki ha querido mantener intacto el espíritu rebelde de esta Z1000 y dejar la responsabilidad de lo que pase en manos del que la conduce, nunca mejor dicho.

La Kawasaki Z1000 2014 es vistosa, intensa e imponente

Valoración final

Kawasaki ha renovado la Z1000 en busca de mayor carácter y personalidad mediante una apuesta arriesgada de diseño y una puesta al día de motor y parte ciclo. El resultado es un modelo con un motor inmediato, que pega fuerte desde abajo y saca su rabia en la parte alta del cuentavueltas, pero a la vez dócil. Un modelo sin demasiada ayuda electrónica pero con una parte ciclo a prueba de bombas y noble en su comportamiento. Un modelo pensado para aquellos que buscan hacer kilómetros por el simple hecho de divertirse conduciendo, y que te aseguro deja muy buen sabor de boca.

Lo mejor:

  • Motor aprovechable
  • Parte ciclo
  • Diseño

Mejoraríamos:

  • Radio de giro
  • Protección aerodinámica
  • Ayudas electrónicas

* Sugomi: esta palabra japonesa describe la intensa áurea o energía emitida por una persona u objeto de enorme grandeza y a su vez sentida por aquellos que le observan. Algo o alguien que posee Sugomi inspira temor, deja una huella imborrable y exige respeto.

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