Desde que en 2010 el PCX llegara a los concesionarios, se ha erigido como un referente por las calles de las principales urbes europeas. En 2012 recibió su primer restyling en forma de un motor monocilíndrico de 2 válvulas y radiador lateral más eficiente denominado eSP (enhanced Smart Power), que también comparte con el Scoopy y el Mode, manteniendo su característico Idle Stop, un sistema de arranque-parada automático que apaga el motor si permanecemos detenidos 3 segundos y vuelve a encenderlo cuando accionamos el acelerador (está pensado para semáforos o atascos) y que se activa/desactiva mediante un botón en la piña derecha.
Ahora hay una nueva vuelta de tuerca, más profunda que la anterior, en la que no sólo se ha buscado mayor ahorro energético, sino también mejorar la imagen y la sensación de scooter premium. Así, la carrocería es más deportiva, con una trasera más elevada y futurista. Llama mucho la atención la adopción de una óptica completa de leds, común en intermitentes y luz trasera, pero nunca vista delante en un scooter. Además de reducir la fricción y rebajar el peso de algunos componentes y potenciar el alternador, el Idle Stop es ahora “inteligente”, es decir, que se desactiva si detecta que la batería (ahora de 7.4 Ah en vez de 5) baja y puede dejarte “tirado” en algún momento. Por supuesto, Honda mantiene en el PCX su sistema de frenada combinada CBS, algo que ya es “marca de la casa”. En esta caso, al accionar suavemente la maneta izquierda sólo actúa el tambor trasero pero, a medida que se incrementa progresivamente la presión en la misma, también empieza a actuar en un pistón de la pinza delantera Nissin (los otros dos pistones funcionan con la maneta derecha).
Además, tampoco se han olvidado de algunos aspectos prácticos que agradeceremos en el día a día como un asiento más confortable con fijación en la bisagra (para no tener que sujetar el asiento con la mano), instrumentación rediseñada con reloj horario, y guantera pequeña (cabe una botella de agua de 35 cl) con toma de corriente de 12V en su interior.
Como pez en el agua
Las calles de Lisboa fueron el escenario elegido por Honda para la puesta de largo de la última generación PCX, un scooter ideal si quieres olvidarte del tráfico con garantías y sin tener que “rascarte” demasiado el bolsillo. Las premisas estaban claras: consumo y emisiones bajas, suavidad de funcionamiento y baja rumorosidad. La parte ciclo se mantiene inalterada, actualizando el motor para llegar a gastar 2,1 l. cada 100 km. Sí, al final de nuestra prueba la aguja apenas se había movido.
La postura a sus mandos es cómoda, en marcha todo transcurre con dulzura y suavidad, y apenas hay ruido. El manillar a la vista me sigue llamando la atención y la nueva carrocería da un toque de atractiva modernidad a este scooter.
Con el Idle Stop conectado (una “A” en verde se ilumina en la instrumentación), rápidamente te acostumbras a que se apague en los semáforos: con un poco de gas se recuoera y vuelta a la acción. El objetivo es que, transcurridos unos kilómetros y pasado el tiempo, notes el ahorro de gasolina en el acumulado de tus gastos mensuales. Según Honda, llevarlo activado siempre puede reducir el consumo final en un 3%. El motor no te pide subirlo de vueltas y la curva de par es muy dócil y plana.
Circular por la urbe, tomar las calles más estrechas sobre cualquier firme, esquivar, zigzagear o aparcar, independientemente de las condiciones del tráfico, es un verdadero placer. Un centro de gravedad bajo, con un asiento accesible a todas las alturas (76 cm del suelo), amplio radio de giro, llantas de 14 pulgadas y poco peso hacen que esto sea posible. Además, para repostar no necesitas bajarte: accionas el botón junto a la cerradura y se abre la tapa de acceso al depósito, justo en el túnel central.
Por carreteras secundarias la cosa cambia. Sus 11,5 CV de potencia te llevarán hasta los 100 km/h, pero te encontrarás algo vulnerable si hay viento o debes afrontar algún repecho sin “tomar carrerilla”. Quizá, con una culata de 4 válvulas y 3 CV más…
Valoración final
Junto con el Honda Scoopy SH125i, el PCX es el referente de ventas para el gigante japonés en la actualidad. Las claves de su enorme éxito son claras: imagen atractiva, tecnología enfocada a un mayor ahorro energético, seguridad y precio contenido. Con este scooter te sientes a gusto desde el principio y, sin superar la barrera psicológica de los 3.000 €, te encuentras un producto muy bien hecho, al gusto europeo y que no da síntomas de cutrerío.
El Honda PCX 125 es bueno, atractivo, suave, ágil, cómodo, fácil, agradable, manejable, compacto, ligero (130 kg en orden de marcha), accesible, sin vibraciones, silencioso y con gran autonomía (375 km declarados con sus 8 l. de depósito, 2 más que la 2013). Si necesitas un vehículo 100% urbano, que no te complique la vida y que, además, sea eficaz y polivalente, no te equivocarás: con él tendrás cuerda para rato.
También es interesante saber que puedes completar al PCX con accesorios como top case (29, 35 ó 39 litros), parabrisas alto, manta térmica o embellecedores de aluminio. El Honda PCX 125 2014 está disponible en rojo, blanco, gris mate y negro.
Lo mejor:
- Facilidad de manejo
- Consumo
- Tecnología
- Precio (2.749 €)
Mejoraríamos:
- Freno trasero de tambor
- Potencia en carretera
- Sin ABS
