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Prueba Harley-Davidson XL1200V Sportster 72: vuelve la vieja escuela

Fotos: Álvaro Hernández
La firma de Milwaukee amplía su familia Sportster con esta chopper minimalista de imagen "Old School". Toma su apellido del ambiente y la filosofía que nutren las preparaciones de la californiana calle Whittier Boulevard en Los Ángeles, más conocida como Ruta 72.

Observándola en parado ya empiezas a babear. Si optas por la pintura de purpurina roja brillante Hard Candy Big Flake en pos del negro mate, algo casi obligatorio, darás en el clavo. No hay ninguna custom igual en el mercado y es que, ciertamente, la Sportster 72 en una moto tan exclusiva como personal.

Harley-Davidson se ha hecho eco de la contracultura de la década de los ’70, donde los fanáticos de las dos ruedas exponían sus “inventos” por las calles del sur de California: cromo, pintura y sonido para una moto esencialmente básica. La Ruta 72 sigue viva.

Empleando el motor Evolution de 1.200 cc y caja de cambio de cinco velocidades, las señas de identidad de esta custom chopper “vintage” pasan por sus llantas de radios (la delantera de 21”) con neumáticos de banda blanca, su manillar “cuelgamonos” alto, el pequeño depósito de gasolina tipo “peanut” de 8 l., el filtro de aire redondo de corte clásico, su asiento monoplaza, una pareja de amortiguadores bajos que acentúan esa apariencia “repanchingada” y la abundancia de cromo.

La Seventy-Two es la octava versión de la gama Sportster, la quinta con mecánica de 1.200 cc.

Personalidad propia

Me pongo en marcha y, lo primero que noto, es lo manejable que es. En los cambios de dirección se mueve bien y el manillar, a pesar de su altura, se hace cómodo y no fuerza tu postura natural de conducción… ¡ya se empiezan a notar las primeras miradas de los conductores! El motor muestra su carácter cuando aprietas el acelerador y, si te atreves con unas curvas en carretera de montaña, no echarás de menos más potencia.

Sin ser un modelo rutero (su pequeño depósito te hará repostar cada 100 km) trasmite buenas sensaciones en carretera, aunque el pequeño asiento monoplaza situado a 710 mm del suelo “pasa factura” cuando llevas un rato sentado y mides más de 1.80 cm.

Los frenos cumplen, aunque siempre es mejor accionar los dos al mismo tiempo para detenerla con rapidez. No hubiera estado de más que Harley hubiera incluido como extra adicional el ABS que sí existe en otros modelos.

Su doble salida de escape no es muy ruidosa, fruto seguramente de las estrictas normas anti-contaminación. Ante una estética tan lograda poco más se puede decir. El casco abierto y las gafas me esperan: hoy, toca pasear por la gran ciudad.

Harley Davidson XL1200V Sportster Seventy-Two

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