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Prueba Harley-Davidson Road Glide Special 2015: rodar el camino

Fotos: Javier Ortega
Disfruta del puro espíritu Harley con un modelo rutero "bagger" premium que hace gala de una estampa tan clásica como todos queremos, pero tan tecnológica como no te puedes imaginar. Rodar por carretera sobre sus 28.750 € marcan la diferencia.

Hay una gran diferencia entre conocer el camino y andar el camino. (Matrix, 1999)

Todos sabemos que Harley-Davidson es una marca referencia en el universo de las dos ruedas, por mucho a que unos les gusten las motos custom y a otros muchos no. Es una de las más antiguas, la imagen pura de la moto grande y desmesurada, y la que impone su estilo a sangre y fuego en un segmento tan importante como es el custom a nivel mundial. Cierto es que en los últimos tiempos le han surgido rivales que antes no tenía, o los que no tenían fuerza o reconocimiento ahora si lo tienen, como es el caso de Indian, Victory o Triumph.

Bueno, pues así las cosas, hace un tiempo los chicos de Harley anunciaron a todo el mundo la puesta en marcha de una iniciativa basada en recoger todos los datos y consejos de usuarios, concesionarios y harlistas de todo el mundo para mejorar sus motos tanto técnica como dinámicamente, afinando tanto en detalles muy importantes como en esos pequeños que parece no serlo tanto, pero que son definitivos para el uso de cualquier aficionado como tú y como yo en el mundo real. A esto se le llamó el Proyecto Rushmore, y la verdad es que se lo tomaron muy en serio porque motos como esta que hoy nos toca probar, la Road Glide Special, demuestran lo mucho que se puede mejorar una moto aplicando la tecnología por un lado, y la lógica y la experiencia más pura por el otro.

Como te puedes imaginar, aplicar los cientos de miles de consejos que los innumerables usuarios de Harley a lo largo de todo el mundo pudieran sugerir no fue fácil ni barato. Por ello, los modelos donde se aplicó la tecnología desarrollada (la que podríamos denominar familia Rushmore) son de gama alta y fundamentalmente grandes ruteras. En su momento pudimos asistir a su presentación y comprobar in situ el auténtico paso de gigante que habían dado desde Milwaukee para mejorar sus motos más espectaculares, grandes y, no nos engañemos, pesadas. Es decir, que son motos nada fáciles de llevar, que necesitan pilotos de gran experiencia… Y que de paso tengan bastante fuerza, por cierto. En este caso, por ejemplo nuestra Road Glide pesa prácticamente 400 kilos (385 kg declarados con todos los llenos), sin contar lo que puedas meter en las maletas o lo que pueda pesar tu pasajero. Las custom nunca han sido ligeras, si son turísticas aún menos, y por eso es aún más admirable la mejora que han disfrutado y que aquí probamos para vosotros.

Tecnología y experiencia

Desde luego, claramente la mayoría de los usuarios a nivel mundial buscaban, entre otras cosas, mejoras dinámicas. Por ello, ahora los frenos son Brembo con pinzas de cuatro pistones que cuentan con un sistema electrónico combinado denominado Reflex y ABS. Además, se ha fortalecido el chasis con una pipa de dirección reforzada y más rígida, algo que también se ha hecho con la horquilla delantera aumentando su diámetro ni más ni menos que un 18%, hasta los 49 mm. También la amortiguación trasera se ve afectada, porque ahora es regulable de forma remota y con bastante rapidez, algo que en la práctica resulta fundamental en motos largas, pesadas y con un peso de transporte tan variable como una turística. Por otro lado, se han incorporado neumáticos Dunlop Multi-Tread de doble compuesto (como es habitual, más blando en los laterales y más duro en la banda central de rodadura) para aumentar al agarre y, sobre todo, mejorar la estabilidad. Detrás disfrutas de un buen neumático de 180 mm, lejos de los delirios “gigantistas” que imponía la moda del neumático “oversize” hace pocos años. Además, este modelo incorpora unas llantas con cuatro brazos dobles de aspecto bastante aligerado y excelente aerodinámica lateral denominadas Enforcer.

Las maletas son estrechas y tienen cerradura de un solo toque

Algo que también buscaban los más ruteros es mejor luz y protección. Para lo primero podemos ver en las ópticas un conjunto de faros LED denominado Daymaker, algo que no solamente aumenta claramente la visibilidad sino que le proporciona un aspecto bastante retro que, viéndolo en el vídeo, me recordaba a los antiguos cómics futuristas de Flash Gordon. Desde el lado más técnico, Harley declara espectaculares cifra de mejora como un 85% más de anchura de haz, 6% más intensidad en la luz de cruce, 35% más de anchura de haz y 45% más intensidad en las de carretera. ¡Ahí es nada!

Todo el sistema que la propia Harley denomina Infoocio comienza por una espectacular pantalla central de 6 pulgadas y media en la consola del frontal, que se puede manejar tanto digitalmente como por los mandos que integran las aparatosas y superpobladas piñas que encontramos en cada puño. Éstas han sido totalmente rediseñadas, con varios mandos tipo de joystick para controlar tanto el navegador como el espectacular sistema de sonido BOOM! 6.5 que incorpora este modelo con altavoces 5,25” y 25W por canal, y activar el sofisticado sistema de reconocimiento de voz que también incorporan las Rushmore. Un detalle tan fundamental como el interruptor de velocidad de crucero se ha instalado de serie en todos los modelos de la familia en el lado izquierdo para que sea más fácil activarlo, donde también se encuentra el gatillo del ordenador de a bordo (fundamental en una rutera, como sabes, donde te indica desde la autonomía hasta los kilómetros totales, parciales, etc.) así mismo muy fácil de presionar. Como guinda, todos los botones funcionan con un clic que puedes sentir fácilmente cada vez que activas uno. Desde luego, mucho mejor que en modelos anteriores con tacto más blando y bastante menos preciso.

El primer tacto de gas es infinitamente más progresivo y dosificable de lo que eran la grandes Harley de hace unos años

Motor 103, como el brandy

Este motor Twin Cam evoluciona desde los anteriores 88 y 96, y aún tiene su hermano mayor de 110 para las preparaciones CVO, aunque lo cierto es que con sus 1.680 cc para mí es el mejor Big Twin de la factoría porque combina la fuerza que esperas de un gran motor Harley con una suavidad renovada y admirable para su descomunal cilindrada unitaria. Además, en este caso se ha refinado admirablemente con un filtro de aire en el que puedes ver una clara mejora en la admisión (además de que la toma queda muy bonita) entre otros muchos cambios internos. La mejora en bajos y en medios es evidente y, por ejemplo, en recuperaciones en marchas largas a partir de cuarta va realmente bien. Estas evoluciones lo distinguen del motor estándar y se denomina HO (High Output). Como siempre, Harley no declara cifras oficiales de potencia, pero en este caso estamos hablando de unos 86 CV que puede no parecer muchos, pero que gracias a su descomunal par e inyección refinadísima logra catapultar y empujar los casi 400 kilos perfectamente.

Como sus compañeras ruteras, cuenta con seis velocidades (todas reflejadas en el cuadro de mandos, no como antes en que sólo veíamos la sexta) accionadas por un embrague realmente suavizado respecto modelos anteriores, y con la milagrosa transmisión final por correa que amortigua gran parte de las reacciones parásitas de un motor tan grande.

La Road Glide Special está propulsada por un V-Twin de aire Twin Cam 110 de 1.700 cc

Y más cosas

Por si todo esto te pareciera poco, también cuenta con toma para USB en la guantera derecha, ambas con tapas de cerradura amortiguada. En cuanto a la estética, los intermitentes son tipo bala y detrás cuenta con todas las funciones lumínicas integradas en ellos, algo que es habitual en las Harley desde la presentación de la Nightster.

La ergonomía parece fundamental para atraer a más usuarios al mundo Harley, y para ello ha acercado el manillar 140 mm hacia el conductor, y también cuenta con una toma de corriente en la parte izquierda. El gigantesco frontal tipo policía (que en principio no gusta a nadie pero, según he observado, pronto le terminan tomando el gusto) tiene un profundo estudio aerodinámico por lo que la protección del conductor es sorprendente, a la vez que su finísima pantalla (más bien derivabrisas) te permite ver perfectamente la carretera por encima de ella sin tener que medir más de 1.80 cm. Su zona de visión interior, donde tienes la pantalla, los relojes de gasolina y batería, etc. es un 10% mayor que antes.

Su gran asiento doble asegura la comodidad, y el depósito puede contener ni más ni menos que 23 l., lo que con el ajustado consumo que consigue este motor alarga la autonomía a más de 300 km sin demasiados problemas. No obstante, sin duda, uno de los grandes avances de este modelo es la nueva cerradura de las maletas de un solo toque, lo que consigue que tirando de una discreta palanca situada en la parte trasera se abran y cierren sin problemas, aparte de contar con su cerradura de seguridad. Por último, también dispone de la ya clásica llave remota por lo que solo necesitas llegar y arrancar sin introducir nada en cerradura o contacto ninguno.

El sistema Infoocio de la Road Glide Special integra pantalla central, audio, navegador y ordenador de a bordo entre otras características

En marcha

El asiento está bastante bajo, lo que con mi 1.71 se agradece mucho, pero que mucho, mucho. Como es habitual en la gran mayoría de las Harley, las manetas son anchas y sin regulación y los puños bastante gruesos, lo que claramente le irá muy bien a un leñador gigantón de Milwaukee, pero no tanto a un periodista probador de motos español. No obstante, tras muchas H-D probadas, ya me he acostumbrado a ello y no tengo mayor problema.

El conmutador central tiene tres posiciones: apagado, ON en la parte central para arrancar el motor, y una tercera en que puedes activar todos los complementos (radio, etc.) aunque el motor no esté arrancado. Cuando lo colocas en posición “ON”, la pantalla central se ilumina y te recompensa con una espectacular visión del logotipo de Harley formado por una especie de rayo láser. Realmente espectacular. Después ya pasa a la pantalla donde puedes elegir la función que necesites: GPS, radio, USB, Bluetooth, etc.

Con tus pies sobre las plataformas Streamliner con su doble pedal de cambio punta-tacón, comienzas la ruta soltando el embrague reposadamente mientras las pulsaciones del gigantesco Twin Cam te empujan hacia delante. Aquí tienes la primera diferencia, porque el primer tacto de gas es infinitamente más progresivo y dosificable de lo que eran la grandes Harley de hace unos años. Después, comienzas a estirar la marcha y, siempre manteniendo un conservador régimen de giro, notas una fuerza de empuje realmente notable. Además, con ese pequeño toque sport que le proporcionan las modificaciones por las que logra ganarse la denominación High Output, permiten jugar con las seis marchas lo bastante como para desenvolverte bien incluso en tramo revirado de montaña. Lo que ocurre en este entorno, como te puedes imaginar, es que comienzas a rozar las estriberas rápidamente, especialmente la del lado izquierdo porque tocas antes con la pata de cabra. No obstante, nada que no te esperes y que puedas echar en cara a una súper rutera estilo americano de 400 kilos. Moverla en parado o colocarla en el garaje es todo un acto de fe y de fuerza.

La iluminación frontal de la Road Glide Special es Full-LED

En carreteras con buen asfalto, incluso con curvas, puedes disfrutar de ella… si eres consciente de lo que llevas entre la piernas y no buscas la agilidad que una mega custom turística no puede tener, porque las modificaciones tanto el chasis como en la amortiguación le permiten una direccionabilidad que antes no tenía. Además, otra importantísima aportación en cuanto a la seguridad, como son los nuevos frenos Brembo, logra un comportamiento más que admirable teniendo en cuenta el peso del que estamos hablando. El tacto es bueno, pero lo más sorprendente es que, ni siquiera tras un largo tramo de carreteras reviradas y complicadas, la maneta ni el pedal sufrían hundimiento ni el temido “efecto pulmón”. Sin duda, los latiguillos metálicos también cuentan lo suyo a esta grata sorpresa. El repartidor electrónico de frenada funciona correctamente y el ABS no es ni mucho menos tan modestamente intrusivo como hace pocos años, así que podemos felicitar a Harley-Davidson por su trabajo a este respecto.

En cuanto a sus posibilidades ruteras, la comodidad del conductor es innegable e indiscutible, aunque el asiento trasero tipo Corbin para el pasajero, (se curva un poco siguiendo la forma del guardabarros) no es demasiado confortable. Así que, si tienes acompañante habitual, es posible que tengas que recurrir a los insondables catálogos de complementos Harley para comprarle uno más ancho y, si es posible, con un respaldito. En cuanto a las maletas, su capacidad es muy buena y su sistema de apertura y cierre resulta realmente cómodo, aunque cuenta con el hándicap habitual en estas maletas estilo custom: son demasiado estrechas y nunca podrás meter dentro un casco.

La Road Glide Special hereda la filosofía del

En carretera abierta y autopista, no problem. El ancho frontal te protege perfectamente y, con mi altura, la finísima pantalla deflecta perfectamente el aire. La dirección no flota ni siquiera a alta velocidad (otro paso de gigante respecto a sus antecesoras de hace unos años) que en este modelo se puede considerar a partir de 150-160, y además cuenta con la toma de aire frontal regulable denominada Splitstream, lo que reduce la presión del viento. Por otra parte, el control de velocidad se puede activar rápida y casi instintivamente, lo que en esas circunstancias es casi una bendición. Aquí también sugeriría una mejora: integrar los intermitentes en un único botón. Eso sí, se desconectan por temporizador, así que quitarlos no es un problema.

Tras una prueba mixta por multitud de medios diferentes (ciudad, carretera, montaña, etc.) resultó un consumo medio de 7.4 l., lo que es realmente admirable teniendo en cuenta su descomunal peso y su ancha zona frontal.

Lo mejor:

  • Estética
  • Tecnología electrónica e Infoocio
  • Mejoras en chasis y frenos
  • Posibilidades ruteras

Mejoraríamos:

  • Peso excesivo
  • Manejabilidad, especialmente en ciudad y zonas lentas.
  • Comodidad asiento para el pasajero
  • En las maletas no cabe un casco

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