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Paraíso Wheelie and Land

Fotos: SMN
Bien es cierto que recordar es volver a vivir pero es aún más cierto que, volver a vivir siempre es mejor que cualquier recuerdo. Siete años después de flipar en "la Meca" de las dos ruedas, he tenido la suerte de volver a pisar la Isla de Man. Como era de esperar, la visita no defraudó.

Grandstand, Bray Hill, Quarterbridge, Braddan Bridge, Union Mills, Ballacraine, Glen Helen, Barregarrow, Ballaugh Bridge, Quarry Bends, Sulby, Ramsey, Gooseneck, Bungalow o Governor’s son nombres grabados a fuego en mi cabeza. 108 años de historia, 60.7 km contrarreloj, 264 curvas por vuelta, 28 veces puntuable para el Mundial de velocidad y 14 para el Mundial Fórmula-TT, cuatro trazados diferentes, 213.5 km/h de media y 331 km/h de máxima, 7 categorías en liza y 246 fallecidos.

Una llamada de Dunlop España obró el milagro. Siempre había pensado en volver a La Isla, pero no por trabajo. Esta vez cambié mi moto y el ferry por unos billetes de avión, el Bed & Breakfast de Cristopher por los contenedores Snoozebox de Coulthard y el Manx Grand Prix por el Tourist Trophy. En la Isla de Man hay otros eventos que “adornan” el TT, (Pre-TT Classic, Post-TT RR, Southern 100, Classic TT, MGP, VMCC Rally o los 2 Días de Trial) pero son, simplemente, incomparables. Ambientazo, cultura motorista, historia, turismo, cerveza y muchas motos.

El paraíso fiscal de la Isla de Man es sinónimo de folclore y leyenda. Para asegurar la buena suerte en la isla, se insta a los visitantes a saludar a los duendes cada vez que crucen el Puente de las Hadas (Fairy Bridge), emplazado en la carretera principal entre el aeropuerto y Douglas. Al igual que hacen los pilotos y cualquier motero que pase por allí, hay que saludar a las hadas en este místico enclave… por si acaso.

Al poco de llegar a Grandstand, el punto de salida de la carrera, Richard “Milky” Quayle nos narró la vuelta perfecta a la Isla desde el interior del autobús donde dimos nuestro particular paseo a la Isla. Este expiloto local rubio como las candelas (una victoria en el TT y tres en el MGP) se retiró de la competición tras un grave accidente en Ballacraine el 31 de mayo de 2003. Ahora es monitor de pilotos debutantes y fue curioso verle tumbar desde el primer asiento, micro en mano, al tiempo que cantaba las curvas aderezadas con constantes “Wheelie and Land”, “Full Gass” o “Jesus, Jesus” desde el micro. Un tipo peculiar. Curvas ciegas, baches, rasantes, alcantarillas, muros, casas, saltos, prados, vacas, gatos sin cola y lo más importante: circulas por el carril izquierdo y no hay límite de velocidad en todo el año.

El viernes por la mañana, sin lluvia ni mal tiempo, desayuno y al lío. Con pase VIP y auricular oficial para escuchar la tradicional retransmisión de Radio TT, vimos las dos carreras (Lightweith y Senior) de la última jornada de competición desde tres emplazamientos diferentes. Entre uno y otro, un montón de motos aparcadas con el correspondiente casco de su dueño encima del asiento ¡sin atar!, equipajes imposibles y muchas hypersport. Una Ducati Desmosedici Marlboro junto a una Velocette o una Gixxer street fighter al lado de una Triumph Tiger T110 del ‘61 o una Norton Dominator es lo habitual.

La gasolinera Ellan Vannin Fuels de Bray Hill, justo bajo la pasarela, y el siguiente cruce fueron los sitios donde las Kawas 650 de Lintin y Hillier, seguido por la Paton de Rutter bajaban a muerte. Descenso visceral a fondo, suspensiones comprimidas, quilla al suelo y diferentes puntos de vista desde las calles Lancaster, Hildesley o Malvern. Cualquier sitio con perspectiva es bueno: una cabina de teléfono, un muro, andamios de obra o postes a modo de atalaya. Puesto de perritos, altavoces, vallas amarillas, semáforos acolchados, palos de selfie, patrocinio de Monster Energy… lo mejor estaba por llegar.

Viendo el Senior TT de la Isla de Man 2015 en Ago's Leap

Para la categoría más importante, el Senior, había que encontrar un lugar selecto, algo especial. ¿Por qué no pedir permiso a una amable señora que tiene su casa junto al mítico salto Ago’s leap para que nos deje atravesar su jardín y poder ver a los más grandes pasando al lado de ti? Aquella bendita mujer dio su beneplácito y nos colocamos justo a la salida de la puerta del garaje de su casa… entre un cámara de televisión (el aparato que controlaba cuesta 500.000 €) y el fotógrafo 033: por algo estaban allí.

Estuvimos un buen rato allí, ya que el Senior se paró por el accidente de Jamie Hamilton tras la primera vuelta. Ver pasar a un Marshall en dirección contrario con la rueda delantera de una R1 2015 a un metro del suelo deja claro que el equipo de Marshalls del TT está hecho de otra pasta. Los médicos de intervención rápida como Fred MacSorley, más conocidos como “Flying Doctors”, a lomos de sendas RR, atienden al herido en primera instancia hasta que llega la ambulancia. Otra historia.

Describir la sensación que produce ver pasar al top five de la carrera, a rabo con una SBK de 100.000 € a dos metros de ti es imposible por muchas veces que lo hayas visto. Primero escuchas cómo se acerca un bufido aterrador por la derecha, de la nada emerge algo que parece una moto, en el bache de Ago’s Leap las dos ruedas despegan, nunca cortan y pasan tan rápido que apenas puedes distinguir nada. Breves instantes después, tus fosas nasales perciben el olor de un tetracilíndrico de 230 CV trabajando a 270 km/h y, unos segundos más tarde… se mueven las hojas de la vegetación. Acojonante.

John McGuinness, una leyenda viva del Tourist Trophy, con 23 victorias en la Isla de Man

Como en sus mejores tiempos, el gordito McGuinness dio un baño alucinante a sus rivales, marcando 2 vueltas rápidas en carrera para establecer un nuevo récord del circuito a 132.701 mph de media. James Hillier, Ian Hutchinson y Guy Martin hicieron lo imposible por cazarle y, aunque terminaron en el mismo minuto, nadie pudo impedir que a sus 43 años firmara su 23ª victoria en el TT. Sólo necesita 3 más para igualar al gran Joey

El viaje a la Isla de Man es obligatorio para todo aquel que se considere motorista una vez en la vida, pero, si puedes ir dos veces, ¡mucho mejor!

Galería de fotos completa del Tourist Trophy 2015

«Yo he visto cosas que vosotros no creeríais… Atacar naves en llamas más allá de Orión, he visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta Tannhäuser… Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir». (Blade Runner, 1982, Ridley Scott)

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