Si el lema olímpico es citius, altius, fortius (“más lejos, más alto, más fuerte”) está claro que el lema de las Kawasaki ER6 es “más estrecha, más bajita, más fácil de manejar”. Una línea funcional coherente seguida durante los 6 años que lleva en el mercado y que ha marcado su éxito al mimar con esa filosofía de lo fácil tanto a los motoristas que se acercan a ellas en busca de su primera moto grande como a los que, de vuelta de motos más “gordas” quieren una moto práctica y económica que les permita darse alguna alegría de vez en cuando.
Depurando líneas
Parece que por fin se ha encontrado una línea estética en la que encajar la careta de esta moto que en sus versiones precedentes no terminaba de gustar a todos. La nueva ER-6N presenta un aspecto mucho más depurado, donde las líneas del frontal fluyen por fin con gran naturalidad hacia el chasis dando una sensación de armonía. Los pesos visuales sigen fluyendo al frontal pero sin sobrecargarlo. Esta nueva ER-6N 2012 destierra los intermitentes delanteros de las cachas laterales que cubren el radiador – una de sus señas de identidad – para colocarlos a la altura del faro, reduciendo el ancho de la moto, lo que le aporta una mayor ligereza visual.
Si la anterior versión 2009 no pasaba de ser una revisión prácticamente estética, en esta iteración de 2012 los de Iwata han querido dar un paso más allá y junto a la puesta al día exterior se han revisado no pocos elementos de la moto. El asiento, que siempre fue cómodo en las ER6, pasa ahora a ser desdoblado, ofreciendo más comodidad al piloto, que ahora goza de retención lumbar al tratarse de un asiendo escalonado en dos tramos, sin restarle confort al pasajero. Este además sigue gozando de unos generosos asideros que, pese a su gran tamaño, se integran perfectamente en el conjunto, y eso que el colín es ahora más corto y afilado.
Otro elemento que se ha visto revisado en profundidad es el tablier. Hasta ahora la versión naked y carenada caminaban por caminos separados en lo referente a la presentación de información al piloto, la ER-6F de 2009 introdujo un tablier completamente digital mientras que la N ofrecía uno mixto, con cuenta revoluciones analógico sobre una pantalla digital con el resto de información. Los modelos 2012 comparte planteamiento en este sentido, heredando el planteamiento de la N de 2009 para ambas versiones pero mejorando la cantidad de información presentada. Así, por fin disponemos del tan reclamado nivel de combustible junto a consumo medio /instantáneo y un indicador de conducción eficiente que nos ayudará a ahorrar combustible. La revisión del faro a la baja ha hecho que el tablier se retrase hacia atrás, montándose ahora sobre el manillar. Igualmente, la llave de contacto se encuentra ahora en una posición más retrasada, al estilo de la Z750.
Como continuación de las líneas del chasis prerimetral de doble viga el basculante también presenta un nuevo diseño de doble brazo, mientras que el subchasis de tipo eje central permite estrechar aún más el conjunto, lo que ayuda a hacer la moto más manejable, facilitando el acceso al suelo al no tener que abrir casi las piernas para sostener la moto en parado. Junto a la estrechez, mantener el asiento bajo es una premisa importante para un modelo que busca facilidad de uso. Para ello la batería se ha desplazado pasando de estar debajo del amortiguador a estar a su lado, empleando un modelo más estrecho para no comprometer la anchura final del asiento.
En lo referente al sistema de frenos, las versiones sin ABS han visto reforzado este apartado con la introducción de unas nuevas pastillas de freno delanteras, mientras que la versión ABS incorpora un sistema más moderno que el modelo 2009 lo que redunda en una mejora de la eficacia y reducción de peso.
¿Y qué hay de nuevo en la versión carenada?
Pese a que en el apartado técnico la ER-6F 2012 es idéntica a la desnuda N, aún así, Kawasaki ha conseguido versión tras versión dotar de una personalidad propia a la versión vestida de largo, que no parece “una naked plastificada” ya que se ha integrado con mucho cuidado el carenado, cuidando la presencia de cada detalle. Simplemente el hecho de adelantar el tablier -recordemos que en la N ahora se aloja sobre el manillar, confiere una sensación de amplitud que, pese a tratarse en esencia de la misma moto, ofrece sensaciones muy diferentes a sus mandos.
Esta versión 2012, vuelve la vista atrás encontrando un equilibrio de lo más acertado entre la suavidad del modelo inicial y la deportividad que se imprimió a la versión 2009. Con claros guiños estéticos a sus hermanas tetracilíndricas, el nuevo diseño no abusa de angulosidades gratuitas resultando mucho más elegante y eficiente. En lo funcional, crecen las entradas de aire laterales para mejorar la ventilación del motor.
En resumen, una puesta al día a nuestro juicio muy acertada que ayudará a Kawasaki a seguir triunfando entre el público nóbel y no tan nóbel con estas bicilíndricas funcionales, atractivas y de precios razonables. Una opción más que interesante en tiempos de crisis para hacerse con una moto que, no destacando especialmente en nada, sirve para todo y ofrece, junto a un precio contenido, unos costes de mantenimiento también muy ajustados.
