Las marcas japonesas parece que tienen claro que la eficiencia de su nueva generación de motocicletas pasaría por el uso de un turbo. El nuevo motor E-turbo nos confirma esta teoría y, además, la firma de los diapasones iría un paso más allá en este campo, acercándose a las tecnologías que actualmente podemos encontrar dentro del sector del automóvil.
La finalidad del motor E-turbo de la marca japonesa es clara: Incrementar las prestaciones, reduciendo las emisiones emitidas y mejorando de manera notable el funcionamiento del propio sistema. Nos referimos al retraso de entrada que presentan estos equipos cuando de funcionar en una motocicleta hablamos.
Motor E-turbo: Un paso más allá en términos tecnológicos
A raíz de las últimas innovaciones tecnológicas dentro del sector de las dos ruedas, aquellas referidas al uso de un sistema de turbo en un motor de motocicleta, parece que Yamaha, con su recién patentado motor E-turbo, tiene claro cuál será el camino a recorrer en los próximos años, al menos si queremos poder seguir haciendo uso de los motores de combustión al uso.
Como todos sabemos, Honda desplegaba todo su arsenal tecnológico, con motivo de la celebración del pasado EICMA 2024, presentando al mundo su nuevo motor V3 equipado con un compresor eléctrico. Hablamos de una mecánica de cuatro tiempos y 75° dotada de un compresor eléctrico destinado a ofrecer un importante aumento de par en las revoluciones bajas y medias, independientemente de las rpm del motor.
Por su parte, Yamaha lleva desde hace varios años trabajando en este tipo de tecnología. Prueba de ello es el registro de las diferentes patentes relacionadas precisamente con la adición de un sistema de turbo en alguna de sus mecánicas. Ya en 2017 la marca nos sorprendía con uno de estos documentos donde se daban a conocer dos opciones de sobrealimentación, ambas desarrolladas sobre la base de una Yamaha MT-09 pero con un motor bicilíndrico como el de la MT-07.
Para 2020 nos preguntábamos: ¿Cuándo llegará la nueva Yamaha Turbo?… Este cuestionamiento era fruto de haber conocido como la firma de Iwata estaba evolucionando un prototipo tricilíndrico turbo con plataforma MT-10. El objetivo era evidente: aumentar potencia y par con emisiones contenidas. En las imágenes que entonces publicábamos destacaba el diseño de las tomas laterales, ciertamente voluminosas para ocultar el intercooler del turbo, así como el radiador de agua ubicado muy bajo y cerca del suelo.
Ya en 2022 Yamaha regresaba de nuevo con el registro de una nueva patente relacionada con esta última. Si bien los dibujos de registro se basaban en una MT-10, el propulsor utilizado era claramente un motor tricilíndrico CP3 como el que equipa la Yamaha MT-09. Así mismo, esta tecnología estaba enfocada a ser usada en una deportiva con un motor de 2 a 4 cilindros, combinado con un turbo o sobrealimentador.
Las últimas informaciones relacionadas con este tema nos llegan de la mano de Cycle World y el siempre bien informado Ben Purvis. Los planos detallados presentados por Yamaha en el registro de patentes nos muestran un motor E-turbo equipado, en principio, con un turbocompresor electrónico asistido eléctricamente similar al que utilizan algunos automóviles modernos. Marcas como Garrett y BorgWarner son pioneros en el desarrollo y fabricación de este tipo de tecnología.
La idea esencial es mejorar el retardo asociado a los turbocompresores convencionales. Para ello “añaden un motor eléctrico para hacer girar el turbo y generar sobrealimentación incluso cuando la presión de escape no es suficiente. Esto significa que no hay retardo, ya que la presión de sobrealimentación está disponible a cualquier régimen o apertura del acelerador”, tal y como detallan desde Cycle World.
Por otro lado, el diseño de este motor E-turbo aboga por un enfoque minimalista, intentando reducir al máximo el tamaño del equipo haciendo uso de condensadores en lugar de baterías, siendo de vital importancia un sistema eléctrico de alto voltaje. En este caso, los automóviles suelen contar con 48 V, por los 12 V que encontramos en las motocicletas. Por último, Yamaha también incide en la necesidad de reducir al máximo la propia instalación del sistema.
Tanto el cableado como el sistema de manguitos que se precisaría para dar vida a este nuevo motor E-turbo, serían del menor tamaño posible. La reducción de peso y compacidad del conjunto es uno de los aspectos más relevantes en este tipo de alardes tecnológicos. Todo ello combinado con una gestión electrónica de motor a medida para sacar el máximo rendimiento a un propulsor de este estilo.