En su rueda de prensa anual para resumir el año y presentar previsiones para el siguiente, ANESDOR (la Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas que agrupa fabricantes e importadores) fue moderadamente optimista. La entidad estima que, después de los resultados de 2020, las ventas crecerán un 6,8 por ciento en general, y en el segmento que más incremento de ventas esperan son las motocicletas de cilindrada media y alta, que mejorarán en un 10 por ciento.
Respecto a los datos de 2020, el cierre del mercado durante dos meses en primavera, y el impacto de la segunda ola en otoño, han provocado un descenso de las matriculaciones del 9,2 por ciento respecto de las cifras de 2019. Pero el sector de la moto fue el segmento de la automoción que presentó una menos caída (los coches han ido mucho peor en 2020) y esto ha aumentado su cuota de mercado hasta el 13 por ciento (más peso en el mercado).

Por ello, y a la vista de que en 2021 no se recuperarán todavía las cifras de 2019, la patronal pide ayudas a las Administraciones. Para empezar, con las etiquetas medioambientales de la DGT, cuyo baremo no es útil ni justo para las motos (e incluso en coches hay plan de cambios). ANESDOR ha explicado que los niveles de emisiones de las nuevas motos Euro5 (obligatorio desde 2021) son inferiores a la media de los turismos incluidos en la etiqueta ECO. Las motos han reducido en más de un 90 por ciento sus emisiones en los últimos 20 años… Por eso han demandado que se cree una nueva etiqueta, o se los incluya en la ECO.

Por otra parte, los planes RENOVE y MOVES prometían mucho pero en la práctica no se han aprovechado. Solo tendrían éxito si se mantienen a medio y largo plazo (vencieron a final de 2020 sin llegar a ayudar a muchas personas). También es necesario acompañar los compromisos de sostenibilidad medioambiental en la movilidad del Acuerdo Verde europeo. Para renovar el parque español se debería eliminar el actual «impuesto de matriculación» trasladándolo al de circulación (anual del ayuntamiento).