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Ventajas del scooter frente al coche

Fotos: fotoAgencia/KYMCO
¿Qué es mejor para realizar un desplazamiento, un scooter o un coche? Hombre, pues todo depende del recorrido que se vaya a hacer y en qué condiciones. Pero cuando hablamos de un recorrido urbano e incluso aunque una parte del mismo se realice por carreteras de circunvalación o convencionales, el scooter cuenta con una gran ventaja tanto en términos de movilidad como de economía. ¿No os lo creéis? Pues abrid los ojos y acompañarnos.

La situación actual de las ciudades parece insostenible, sobre todo cuando hablamos de grandes urbes. Masificación de tráfico, merma en la calidad del aire respirable, pocos lugares para estacionar y siempre mediante pago de tasas, centros de ciudades cerrados a excepción de vehículos eléctricos o híbridos, transporte público ineficiente o que se eterniza en esperas y transbordos… a todo esto nos enfrentamos diariamente sin que parezca que haya una solución cercana.

Sin embargo, existe una posible solución que aunque no elimina los problemas, sí que hace que estos mejoren notablemente. Y ésta pasa por incentivar el uso de la motocicleta y, sobre todo, de los scooter en ciudad, aprovechando todas las ventajas que este tipo de vehículos presenta frente al automóvil e incluso al transporte público de viajeros.

Más económico

Saquemos la calculadora y hagamos algunas cifras de forma rápida para que veamos la diferencia de consumo entre un scooter y un automóvil. Pensemos para ello que realizamos anualmente para ir y venir a trabajar en la ciudad, unos 5.000 kilómetros. Esta es una cifra como otra cualquiera y cada uno tendría que adaptarla a sus necesidades reales.

Pues bien, un coche medio por ciudad podemos decir que tiene un gasto de 6 l./100 km, lo que en 5.000 kilómetros supondría un total de 300 litros de combustible. Si fijamos un precio medio del litro en la gasolinera de 1,4 €/l., nos habríamos gastado en un año un total de 420 euros en combustible.

Por otro lado tenemos el scooter, con modelos que ya llegan a gastar menos de 3 l./100 incluso en conducción urbana. Gastanto de media 2,5 l./100, en esos 5.000 kilómetros habríamos gastado un total de 125 litros que serían en euros aproximadamente 175 euros. En un año nos hemos ahorrado casi 250 euros en combustible.

Ahora pensemos a largo plazo y ya hemos cumplido ese año con nuestro vehículo, coche en un caso y scooter en otro. Al pasar estos doce meses, tendremos que pasar por el taller a hacer la revisión anual si no hemos llegado a ella por kilómetros recorridos. El aceite se degrada y tendremos que poner uno nuevo.

Una revisión a un coche puede oscilar entre unos 150 – 200 euros de media mientras que en un scooter, difícilmente nos llegará a los 100 euros, siendo la media de aproximadamente unos 80 euros lo que supone un ahorro de al menos 70 euros en el mejor de los casos y de hasta 120 en el más favorable. Sumado al precio del combustible, ya hemos dejado de gastar en un año entre 320 y 360 euros.

Pero todavía hay otro gasto muy importante y es el de estacionamiento. Trabajamos cinco días a la semana durante once meses (por usar cifras redondas), aproximadamente 220 días anuales. En ellos, nuestro coche permanece aparcado en la calle durante ocho horas diarias en las que tenemos que pagar la ORA.

Con una cifra de un euro la hora de estacionamiento, gastaremos diariamente ocho euros, es decir, 1.760 euros anuales de estacionamiento. En el caso del scooter habremos gastado… nada. Cero patatero. De repente nos hemos ahorrado en un año 2.000 euros con los que podremos comprar ropa técnica para la moto, un casco, cambiarle las ruedas, pastillas de freno (todo ello más económico que en un coche) y todavía nos sobrará dinero para darnos algún homenaje.

Más rápido

Existen casos puntuales de gente que vive en las afueras de la ciudad y tiene por ejemplo una estación de tren/metro muy cerca y su trabajo está en el centro de la urbe también con la estación de destino muy cerca. Posiblemente sea una de las personas que más rápido llegue a trabajar y además tendrá la ventaja de que durante el trayecto podrá realizar otras tareas tanto lúdicas (leer un libro) como laborales.

Pero normalmente ni vivimos cerca de las estaciones, ni trabajamos al lado, y tampoco los trenes u otros transportes públicos de viajeros son tan eficientes como los de Japón con retrasos de segundos en el peor de los casos. La realidad es bien distinta y al cabo del día acabamos perdiendo un montón de tiempo en esperas, traslados y retrasos.

Lo normal es que recojamos nuestro vehículo y vayamos al lugar de trabajo. Podemos tardar una media hora en llegar entre atascos y demás a lo que hay que sumar la búsqueda de estacionamiento. En total, unos 40 minutos para ir y otros 40 minutos para regresar a casa.

El mismo trayecto en autobús puede suponer algo más de una hora. Llegamos 10 minutos antes a la parada y realizaremos el recorrido que fácilmente será de una hora, para después caminar hasta el trabajo (otros diez minutos). Habremos invertido por lo tanto 80 minutos para ir y otros tantos para regresar. Y esto en el mejor de los casos, que no tengamos que hacer transbordo ni nada parecido, si no los minutos de espera se incrementarán y el riesgo de perder uno de los enlaces aumenta.

Con el scooter, el tiempo se reduce al mínimo. Contando los cinco minutos para ponernos el casco y los guantes, el recorrido que el coche hace en 30 minutos fácilmente lo haremos nosotros en unos 20 minutos, y además el estacionamientos será inmediato. Habremos invertido en total unos 25 minutos, otro tanto para el regreso.

Así, con el scooter habremos dedicado 50 minutos al desplazamiento diario, 80 minutos con el coche y 160 minutos con el transporte público. En un año, el scooter nos habrá permitido disfrutar del ocio, la familia o nuestros hobbies durante 110 horas más que el que va a trabajar en coche y algo más de 400 horas respecto al que se desplaza en autobús (¡16 días!)

Más solidario

Conducir un scooter por la ciudad es la mejor forma de solidarizarse con los demás, siempre y cuando claro está no existan otras posibilidades como moverte en bicicleta o simplemente dando un paseo.

Primero estás ayudando a mejorar la fluidez del tráfico, disminuyendo el número de atascos y la duración de estos. ¿Te imaginas si la mitad de gente que se desplaza ahora en coche lo hiciese en moto? No habría atascos. ¿Y el ejemplo al contrario? Sería un auténtico caos.

También estás consiguiendo la mejor eficiencia energética entre los vehículos privados. No hace falta mover una tonelada y media de acero para llevarte de un lado a otro sino menos de 200 kilos con todo lo que ello implica (menos contaminación, mejor calidad del aire, etc).

En el lugar que ocupa un automóvil, pueden aparcarse hasta cuatro motos con lo que el problema de espacio en las ciudades se reduce notablemente. Si hay más sitio, todos ganamos: aceras más anchas, más zonas verdes, más zonas peatonales, etc.

No todo son ventajas

Pues no, claro que no, no todo son ventajas porque si no sería el transporte ideal y esto es una utopía. Pero sus desventajas son superadas ampliamente por los beneficios que os hemos contado antes.

Por otro lado, todo depende de la tolerancia que cada uno tenga para que esas pequeñas desventajas lo sean o no. ¿Llueve? Sí, pero actualmente hay ropa suficientemente buena para que lleguemos a casa seco. Incluso hay prendas de moto que pasan desapercibidas como tal, y son similares a la ropa que vestimos habitualmente.

Tampoco la falta de espacio es una disculpa. Los scooter tienen un amplio maletero y además se les puede acoplar un baúl trasero que aumenta su capacidad de carga. En su plataforma plana podemos llevar una bolsa de la compra con los que necesitamos diariamente, etc.

¿Son peligrosos? No más allá de lo que, como conductor, nos arriesguemos. Y sobre todo si el número de scooters aumentase, la solidaridad de los automovilistas aumentaría, ya que serán capaces de convivir en la ciudad sin ponerse en riesgo unos a otros. Ayuda también la circulación sesgada, con Ayuntamientos que permiten circular por los carriles bus, VAO y otras vías reservadas a condiciones especiales o tráfico específico.

Porque en la ciudad, a un scooter no lo gana ni Marc Márquez.

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