A estas alturas de la película todos, en mayor o menor medida, hemos soñado alguna vez con realizar alguna de las preparaciones que de cuando en cuando aparecen por la red. Ya sea en forma de moto o coche preparada, todas ellas tienen su encanto. La última que hemos conocido gracias a los compañeros de Ride Apart es la que se ha llevado a cabo sobre la base de un Toyota AE85.
¿Adivináis que mecánica han optado por trasplantar en su vano motor? Exacto: Un motor de Suzuki Hayabusa. Casi nada. Y es que pareciera que en el país del sol naciente no hubiera límites en este tipo de preparaciones. Además, se junta el hecho que tanto el AE85 como la Hayabusa son ya, por méritos propios, dos iconos nacionales de la cultura del motor de aquella tierra. Así que partiendo de esta base es casi imposible que el resultado no sea cuanto menos interesante. No queremos ni imaginarnos como debe de ir el artefacto en cuestión.
Si en cualquier caso no conoces el Toyota AE85 (damos por hecho que a la Hayabusa sí), os podemos contar que es un compacto de tracción trasera fabricado por Toyota entre 1983 y 1987. Este contaba con un propulsor de 1.5 litros de cubicaje capaz de desarrollar una potencia máxima de 84 CV. Estaba asociado a una caja manual de 5 relaciones o una automática tipo T5 de cuatro marchas. Es la versión barata del archiconocido AE86 con el que compartía chasis y algunos otros elementos en su estructura.
Volviendo a la preparación es obra del Sr. Tomimatsu, gerente en el taller de preparaciones Tomitaku. De hecho a esta preparación la han bautizado como “Tomitaku Chouma Kaizo 3AR”. Según su creador es capaz de generar una potencia en torno a los 150 CV, ya que se ha limitado el corte de inyección a 11.000 rpm, adelantando el momento de encendido, por lo que no es muy seguro llevarlo por encima de ese régimen de giro. A diferencia que en otras preparaciones se ha optado por mantener el exterior inalterado, así como el habitáculo, donde se mantienen la mayoría de elementos que traía el AE85 de serie.

En definitiva estamos hablando de un auténtico “lobo con piel de cordero”. Cuando uno hecha un ojo a la estética general del coche no se puede llegar a imaginar el potencial que alberga bajo su capó. Está claro que estos japoneses están a otro nivel cuando se trata de preparaciones de este. También es casi seguro que el sistema burocrático que se encarga de gestionar este tipo de proyectos, nada tiene que ver con el que impera en Europa.