Siempre intentamos hablaros de la importancia de observar dos veces antes de realizar una maniobra. Dentro de un automóvil nos llegan muchos menos estímulos (y hay más cosas para despistarnos), siendo más fácil cometer el error de no ver algo o no apreciar bien la velocidad y debido a ello, provocar un accidente.
La frase «no te he visto» es más común de lo que querríamos, pero en muchas ocasiones es debido a una falta de observación por parte del conductor. Aunque también es cierto que los motoristas tenemos también recursos para hacernos ver (ropa, señales, posición en la carretera, etc).
La siguiente campaña canadiense refleja muy bien el problema de no mirar dos veces, y también lo que pueden llegar a hacer pequeños objetos que parecen insignificantes sobre el papel.
Un simple bolígrafo es capaz de bloquear nuestra visión y con ello, dejamos de ver un motorista que se acerca por ejemplo a la intersección en la que nos encontramos.
Obviamente no va a ser un bolígrafo el problema pero sí puede ser otro coche, un camión, uno de los pilares delanteros del coche, el espejo retrovisor central, el navegador o el móvil adherido a la luna con una ventosa, etc. Los casos se pueden presentar de innumerables formas pero todos tienen un denominador común: el peligro que conlleva no estar atentos.
Al final todo consiste en educar al cuerpo y desarrollar hábitos que minimicen los riesgos, tanto los nuestros como hacia los demás. Como suele ocurrir siempre, los accidentes nunca son consecuencia de un error sino de una cadena de errores consecutivos.