Llegar a ser un referente en tu trabajo no es sencillo, mantenerse durante años como tal es todavía más complicado, pero eso tan difícil lo consiguió Chris Pfeiffer. Nacido en Schongau, una pequeña ciudad a poco más de una hora de Múnich, comenzó su carrera en las motos en la técnica disciplina del trial. Pronto destacó y con 15 años se hizo con el título de Campeón e Alemania Junior para, tres años más tarde, ganar también la Copa OMK. Luego comenzó a practicar enduro extremo logrando vencer el Red Bull Harel Scramble en Eisenerz (el conocido Ezberg Rodeo), una de las pruebas más duras sin lugar a dudas, en 1996, 1997, 2000 y 2004.
Después dejó de lado el campo y el barro para centrarse en el stunt y fue entonces cuando pasó a ser uno de los mejores “stunt man” que jamás han existido. Además de conseguir títulos de la especialidad (entre ellos el de Campeón del Mundo de Streetbike Freestyle en 2009), su vinculación con BMW le llevó a recorrer todo el mundo con exhibiciones en las que hacía vibrar a todos con su control sobre máquinas que, ciertamente, no eran las más adecuadas ni las más fáciles para llevarlos a cabo.
Muchas de sus actuaciones tuvieron lugar en España y era ciertamente asombroso verlo incluso con la BMW C1 haciendo de las suyas. También fue uno de los especialistas de lujo en algunas de las películas más emblemáticas de los últimos años. Sin embargo y a pesar de repartir felicidad allí por donde iba con sus espectaculares maniobras, Chris tuvo un gran rival que no estaba en las pistas: la depresión.
Según ha declarado su esposa Renate, el piloto alemán ha estado durante mucho tiempo luchando contra la depresión y en los últimos meses sufrió una grave recaída. Este pasado fin de semana, Chris decidía quitarse la vida con sólo 51 años. Será enterrado el próximo 25 de marzo a las 9:30 horas en la localidad de Trauchgau y, según ha dado a conocer la familia, cualquiera que quiera despedirse de él será bienvenido.
Cierto es que la muerte siempre llega pronto, pero es más sobrecogedora si cabe cuando lo hace de esta manera y en unas circunstancias así con una persona que, básicamente, se dedicó a hacer feliz a los demás con su trabajo. Quizás ese sea el mejor legado que nadie pueda dejar y Chris Pfeiffer lo ha conseguido. Desde SoyMotero.net nos sumamos a las múltiples muestras de cariño tanto a Chris como a la familia y también le damos las gracias por haber hecho del mundo un lugar un poquito mejor.
