Los dibujos de la patente que hemos podido ver están referidos a una mejora en el sistema de lubricación, en referencia a una patente anterior. Si nos fijamos en el bloque motor, este guarda un gran parecido con el K5 que viene usando hasta ahora la Suzuki GSX-S1000.
A pesar de la veteranía de este propulsor, que fue estrenado nada menos que en la GSX-R1000 de 2005-2008, sigue siendo una base perfectamente válida para un modelo de estas características y además mucho más barato de fabricar para un modelo que no necesita la última tecnología para buscar potencias cercanas a los 200 cv.
Estos cambios en el motor nos podrían estar indicando la llegada de una nueva generación de la Suzuki GSX-S1000, estrenada en 2015 y que de cara a 2019 podría contar con un lavado de imagen que la actualizase, tal y como se desvelaba en el documento de los planes de la marca japonesa y que pudimos ver.
Pero debemos también tener en cuenta los últimos rumores sobre la esperada Suzuki Katana que, al igual que en el caso de Yamaha o Kawasaki con sus respectivas versiones neo-retro, usaría la base de la GSX-S1000 para crear un modelo que recupere el espíritu de la afilada espada japonesa.
Todo parece indicar, a medida que pasa el tiempo y van apareciendo más rumores, que nos movemos en el sentido correcto.