Es la llamada discriminación positiva, en la que se destaca algo por sus virtudes. En este caso, el objetivo de la DGT quiere hacer relevantes a los vehículos libres de emisiones contaminantes, facilitando con el sello medioambiental la tarea de identificación antes las administraciones locales, de cara a los incentivos que ayuntamientos puedan desarrollar ante este tipo de vehículos. Por ejemplo, exenciones fiscales, tasas de aparcamiento, u otro tipo de medidas de apoyo.
El distintivo medioambiental se enviará a unos 10.000 usuarios que poseen vehículos de estas características, agrupados en diferentes clasificaciones como vehículos eléctricos puros (BEV), vehículos eléctricos de autonomía extendida (REEV), vehículos de hidrógeno (HICEV), y vehículos híbridos enchufables (PHEV) con una autonomía mínima de 40 kilómetros exclusivamente en modo eléctrico.