La Suzuki GSX-R750 es la única superviviente de aquella saga de Superbikes que exprimió campeonatos y circuitos de todo el mundo durante la década de los ’90. Los cambios de reglamentos deportivos posteriores desbancaron a las 750 en favor de las 1.000, eliminando al resto de competidoras directas. Sólo la MV Agusta F3 800, con mecánica tricilíndrica eso sí, ha seguido sus pasos.
Suzuki, fiel a un modelo legendario que revolucionó el panorama de las deportivas de calle en 1985, nunca ha pensado en descatalogarla, algo que sí sucederá con la actual GSX-R600 el año que viene. Normativa Euro 4 y una demanda residual en el segmento Supersport tienen buena culpa de ello.
Con la sofisticada séptima generación de la Suzuki GSX-R1000 presentada este año no es descabellado pensar en una GSX-R750 a escala de ella con la misma tecnología y 30 CV/10 kg menos, ¿por qué no? Sistema de distribución variable, válvulas neumáticas, centralita IMU, triple modo de conducción, control de lanzamiento, cambio semiautomático extraíble, control de tracción, ABS sport, instrumentación digital, embrague anti-rebote, iluminación full-LED y horquilla Showa BPF serían marca de la casa para la 10ª generación Gixxer siete cincuenta.
¿Volverá el equilibrio y eficacia de la Superbike con potencia de 1.000 y peso de 600? Estaremos atentos.