Prueba Yamaha Tracer 700 2016: huye de la rutina

Fotos: Yamaha
El espectacular entorno de los montes Dolomitas ha sido testigo de la puesta en escena de una de las novedades más esperadas por los amantes de las trail asfálticas de media cilindrada: la Tracer 700. Partiendo de la base de la MT-07, Yamaha ha desarrollado una rutera de conducción deportiva, ágil y cómoda, accesible además para los usuarios del carnet A2.
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Este nuevo modelo está orientado tanto para un público joven como puerta de acceso al segmento sport-turismo por su ligereza y facilidad de conducción, como para motoristas más experimentados por su deportividad y agilidad. Una moto polivalente y versátil diseñada para darle un aire aventurero a lo cotidiano, ya sea en los trayectos por ciudad, en una escapadita por una carretera de curvas o en rutas de larga distancia.

Monta el mismo motor que la MT-07, un bicilíndrico con “filosofía Crossplane” de 698 cc y 75 CV de potencia (la Tracer 700 está también disponible en una versión de potencia limitada para permiso A2). El chasis tubular, que también ha sido heredado de su hermana naked, incorpora una serie de mejoras para aumentar su comodidad y estabilidad sin perder su carácter deportivo. Cuenta con un basculante 50 mm más largo que aumenta su distancia entre ejes hasta los 1.450 mm. La suspensión tiene ahora un mayor recorrido con una respuesta mucho más suave que hace de la Tracer 700 una moto muy fácil de conducir. Mantiene las mismas llantas de 17 pulgadas con doble disco delantero de 282 mm y disco trasero de 245 mm.

La Tracer 700 cuenta con novedades específicas como el semicarenado superior con un parabrisas regulable en altura manualmente que proporciona una buena protección aerodinámica, un depósito que aumenta de 14 a 17 litros, asiento biplaza en dos alturas, asidero de aluminio para el pasajero, doble óptica delantera con luz de posición LED, un manillar más ancho y elevado y unas estriberas más bajas para una mayor comodidad.

¡Por todo lo alto!

Así quiso Yamaha que la conociéramos, tan alto como los 2.950 metros de altura en los que se encuentra el Sass Pordoi, un auténtico balcón desde dónde pudimos admirar las impresionantes vistas de Los Dolomitas mientras nos presentaban la nueva Tracer 700 y que, al día siguiente, conoceríamos de primera mano en una ruta que nos tenían preparada en la que atravesaríamos 8 pasos de montaña. A pesar de que las previsiones meteorológicas no eran muy buenas, el día amaneció con un sol radiante y una temperatura muy agradable. Comenzamos la ruta de unos 250 km por aquellas carreteras repletas de curvas, con subidas y bajadas, un perfecto parque de atracciones en el que disfrutamos como niños a pesar de tener que compartirlo con los miles y miles de personas que en bici, moto, coche o andando nos fuimos encontrando por el camino.


La posición de conducción es bastante erguida, muy cómoda y muy natural, lo que permite hacer largos recorridos sin que ningún músculo se resienta. El asiento se encuentra a 835 mm del suelo (15 mm más alto que en su hermana naked), algo que a conductores de baja estatura, aunque sin llegar a ser un problema, puede hacernos algo incómodo su manejo a bajas velocidades en ocasiones puntuales. El manillar es algo más estrecho que en otras motos de este segmento, pero al igual que los mandos quedan a una altura cómoda. La maneta de freno es regulable, algo que para mi es de agradecer. Su instrumentación digital muestra toda la información necesaria: kilómetros totales y parciales, temperatura, consumos, marcha engranada y nivel de gasolina.

La respuesta del propulsor de la Yamaha Tracer 700 2016 es inmediata y enérgica

Como ya decíamos antes, hereda el ya conocido motor de la MT-07, un bicilíndrico en paralelo de 75 CV que proporciona un buen rendimiento y con una entrega de par muy lineal desde muy bajo régimen y durante toda su curva. La respuesta es inmediata y enérgica, puro carácter, pero tan suave y controlable como para no necesitar ayudas electrónicas ni modos de conducción.


Llegamos a las primeras curvas y lo primero que sorprende es su agilidad, su facilidad para enlazar curvas y la rapidez en los cambios de dirección. Las suspensiones se han modificado para un mayor confort y aunque en ningún momento nos pusieron en apuros, sí se echa de menos una horquilla regulable cuando “vas a por nota”. Los frenos cuentan con potencia suficiente para detenerla sin problema, y el ABS que trae de serie añade un plus más de seguridad, correcto en el freno delantero pero demasiado intrusivo si eres de los que le gusta “jugar” con el freno trasero.

Vista lateral trasera de la Yamaha Tracer 700 2016


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Valoración Final

La Tracer 700 es una moto muy polivalente, ligera, ágil y fácil de conducir, capaz de satisfacer a cualquier motorista que busca una moto práctica para el día a día, divertida para las salidas de fin de semana y confortable en largos viajes. Una moto para todo con un precio muy competitivo (7.899 €), buena autonomía con un bajo consumo, y un excelente rendimiento, que cuenta ya con un extenso catálogo de accesorios para personalizarla a tu gusto tanto para potenciar su lado más deportivo (Akrapovic, estriberas, manetas…) como para mostrar su alma más rutera (pantalla alta, puños calefactables, topcase, maletas, bolsas sobredepósito, etc). La Yamaha Tracer 700 está disponible en tres colores (Radical red, Tech black, Yamaha blue)

Lo mejor
  • Estética
  • Facilidad de conducción
  • Agilidad
  • Respuesta del motor
Mejoraríamos
  • Freno trasero
  • Regulación horquilla

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