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Prueba Suzuki GSX-S1000F ABS 2015: turismo express

Fotos: Javier Ortega
Mezclar deportividad y capacidad rutera puede sonar contradictorio, pero Suzuki dispone en su catálogo de un buen ejemplo de ello, toda una loba con piel de cordero. Si quieres más potencia que una Bandit 1250 S y te gusta la GSX-R1000 pero no quieres ir agachado, esta es tu opción.

El plato fuerte de Suzuki para este 2015 ha sido la GSX-S1000, una montura desdoblada en versión naked y, nuestra protagonista, la sport-turismo. La GSX-S 1000F hizo su presentación en sociedad en el Salón INTERMOT del año pasado, donde Suzuki expuso toda su artillería para este año. El objetivo de la marca japonesa es rivalizar con monturas como la Honda VFR1200F, BMW R1200RS y, sobre todo, la Kawasaki Z1000SX.

La herencia GSX-R es la mejor carta de presentación de la GSX-S1000F, pues partir de una base tan experimentada y eficaz como la superbike de litro de Suzuki es toda una garantía. Suspensiones, frenos y chasis (con diferente rigidez, geometrías más conservadoras y menos peso) son los mismos de la R actual, mientras que el motor tetracilíndrico en línea de carrera larga (73.4 mm x 59 mm) pertenece a la tercera generación GSX-R 1000 (2005-2008), una mecánica que se adapta mejor a la la filosofía menos extremista de la GSX-S1000F. Lógicamente, dispone de menos potencia y estirada (146 CV a 10.000 rpm), ganando respuesta en la zona media del cuentarrevoluciones. Este propulsor ha sido el más laureado en los 30 años de la saga Gixxer.

Comparada con su hermana desnuda, sólo se diferencia por la adopción de carenado (muy afilado y agresivo, con un frontal bajo y adelantado) y parabrisas, dos elementos que potencian su faceta rutera y que suponen 5 kg extra al conjunto (Suzuki declara 214 kg en seco). El control de tracción es de serie (tres niveles de intervención y desconecable, controlable desde la piña izquierda) y nuestra unidad montaba ABS firmado por Bosch.

Por otro lado, aporta tecnologías específicas de Suzuki, tales como la inyección de doble cuerpo SDTV (Suzuki Dual Throttle Valve), el sistema de arranque rápido ESS (Easy Start System), la válvula de escape SET (Suzuki Exhaust Tuning) o el tratamiento de los cilindros SCEM (Suzuki Composite Electro-chemical Material).

Comparada con su hermana desnuda, la GSX-S1000F se diferencia por la adopción de carenado y parabrisas

RRutera

La postura al manillar de la Suzuki GSX-S1000F es excelente ya que te aprovechas de la anchura y altura del robusto Renthal Fatbar de diámetro variable de la versión naked. Al principio te resulta extraño circular sobre una moto carenada sin semimanillares, pero es más subjetivo que otra cosa. Suzuki ha llevado a la serie lo que algunos aficionados han probado alguna vez: adaptar un manillar de cross en una moto R. Tras varios kilómetros por carretera echarás de menos un parabrisas más alto pues el diseño del frontal del carenado condiciona y sólo te protege del viento hasta el pecho.

La GSX-S1000F suena a “motazo”, tanto a ralentí como en marcha, algo que, particularmente, me encanta. Desde que arrancas notas que un buen motor de mil es otra dimensión: está tan “lleno” que te hace la vida más fácil. Muchos aficionados piensan que una deportiva de litro es algo incontrolable, pero nada más lejos de la realidad. Esta Suzuki te permite rodar tan cómodo o lento como tú quieras, sin estrés. En tramos revirados jugarás poco con el cambio debido a su gran par motor, su estirada es casi infinita y hace gala de una curva tan lineal y progresiva que parece que llevas un motor eléctrico.

El motor tetracilíndrico en línea de carrera larga de la GSX-S1000F pertenece a la tercera generación GSX-R 1000

El control de tracción (la única Suzuki que lo monta además de la V-Strom 1000) funciona gracias a 5 sensores (dispuestos en acelerador, ruedas, cambio y cigüeñal) gestionados por la centralita. Controlas su grado de intervención desde los botones MODE/SEL de la piña izquierda: TC1 (menos intrusivo, ideal para conducción deportiva), TC2 para ciudad-carretera y TC3 (más intrusivo, para agua o condiciones adversas). Una luz naranja que parpadea en el ángulo inferior derecho del display indica que está funcionando, al mismo tiempo que notas un leve “tartamudeo” en el motor. El TC3 sobre seco y yendo rápido llegó a “contenerme” en exeso, por lo que decidí pasar al TC2 (en marcha y cerrando el acelerador) y… no fui capaz de hacer que entrara en funcionamiento.

Con una horquilla invertida multirregulable Kayaba de 43 mm y un chasis doble viga de aluminio como Dios manda, la estabilidad de la GSX-S1000F es excelente. En los cambios de dirección es estable, precisa y otorga mucha confianza. El tren delantero se completa con unas pareja de pinzas Brembo de GSX-R y bomba radial que funcionan a la perfección, manteniendo el equilibrio entre potencia y tacto.

La instrumentación se compone de una pantalla LCD que ofrece información sobre velocidad, revoluciones, odómetro, doble cuentakilómetros parcial, marcha engranada, temperatura (ambiente y del refrigerante), autonomía, consumo (medio e instantáneo), nivel de intervención del control de tracción y reloj.

La rival directa de la Suzuki GSX-S1000F es la Kawasaki Z1000SX

Valoración final

Pocas veces te bajas de una moto con tan buenas sensaciones como con esta Suzuki. El diseño de su carenado te puede gustar más o menos pero, tras probarla a conciencia por carretera, experimentas esa sensación de que todo va perfecto, signo inequívoco de que la firma de Hamamatsu ha parido un producto muy redondo desde el principio. Ligera, efectiva y potente, la GSX-S1000F ha entrado por la puerta grande en el segmento sport-touring.

Motor infinito, suavidad o contundencia según necesites, chasis R y electrónica en un mismo producto y, si te pones, consumo ajustado (menos de 6 l. de media) y buena autonomía (17 l. de depósito): si la pruebas te convencerá. Es más cómoda y fácil de conducir que la Suzuki GSX-R 1000 y sus 185 CV, más polivalente y con carácter si se lo pides. La versión estándar cuesta 13.099 €, mientras que el plus del ABS se traduce en 1.000 € más. ¡Y qué bien va!

Lo mejor:

  • Motor
  • Chasis
  • Postura de conducción
  • Comportamiento en carretera

Mejoraríamos:

  • Confort de pasajero
  • Protección frente al viento

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