El año pasado el conocido y veterano distribuidor Jets Marivent nos desveló una nueva marca de motos, MITT. Se trata de motos fabricadas en Asia que el experto ojo de los españoles ha evolucionado según sus criterios de calidad y en correspondencia con el mercado español, además de aportar su toque en el diseño. Las vimos ya expuestas en el Salón de Milán para su desembarco en otros países. Hemos probado alguna de las 125 así como la custom de mayor cilindrada y teníamos pendiente probar este scooter de cilindrada media que nos llamó la atención desde el principio: aquí tenemos pues al MITT 330 GTS.
Un scooter completo
Se trata de un scooter de tamaño medio: parece por sus líneas un GT y de hecho es amplio. Un piloto de algo más de 1’80m (yo) estaba muy cómodo a sus mandos, sin ninguna estrechez ni conflicto entre rodillas y manillar por ejemplo. El asiento no está demasiado alto ni es ancho, con lo cual pilotos de estatura pequeña no tendrán problema en manejarlo. Además es muy ligero, declara 165 kg solamente (son 15 o 20 kg menos que sus competidores) y lo cierto es que se siente poco pesado. Excelente el espacio para el pasajero además: asiento de buen mullido (a veces escatiman ahí para dejar más espacio en el hueco debajo), estriberas plegables y respaldo. Esto es estupendo porque muchas veces un scooter se usa a dúo y si llevamos a alguien con poca costumbre se sentirá más seguro/segura si puede plantar los pies en unas estriberas de verdad (no un resalte plástico) y cuenta con un respaldo.
Debajo de ese asiento, que al abrirlo desde un mando al lado del contacto se queda abierto (¿por qué no son todos los scooter así?), hay un hueco capaz. En su parte delantera cabe un integral incluso grande, y detrás un casco abierto u otros objetos. A esto le podemos sumar dos guanteras frontales, ambas con cerradura (aunque esas cerraduras sí eran mejorables) con toma de 12V en la izquierda. Las luces son todas LED, incluyendo los faros frontales en cortas y largas. Las de posición traseras e intermitentes son además de esas que parecen una superficie luminosa, un toque moderno incluso lujoso. El cuadro de instrumentos es claro pero algo parco: tenemos cuentavueltas, velocímetro y en digital un parcial y nivel de gasolina además de la hora. Nada más (aunque no falta nada importante). Y el equipamiento mecánico no se queda atrás, con pinzas radiales en los dos discos delanteros, pata de cabra y caballete.
En cuanto al motor, pese al nombre del modelo es un monocilíndrico de 276 cc. Pero, al contrario que otros scooter “300” entre comillas porque montan motores que realmente son 250 ligeramente engordados, y que apenas corren más que sus 249 originales, éste es un 300 sin comillas. Además de muy suave, es potente: declara 27 CV a 8.000 rpm y, tal como acelera y corre, no se queda corto. Las ruedas son de buen diámetro: 15 pulgadas delante y 14 detrás, como muchos scooter grandes, con neumáticos de buena sección 120/70 delante y 140/70 detrás, de goma tirando a blanda.
GT parece, deportivo es
En este color blanco de nuestra unidad de pruebas el MITT 330 GTS parece un inocente-elegante scooter GT, pero como veremos tiene un alma mucho más deportiva de lo que su aspecto hace pensar. En el más atractivo color azul, le encaja más esa personalidad. Para empezar ya hemos citado su bajo peso, a lo que se suman unas suspensiones tirando a rígidas: eso lo hace muy ágil, es muy rápido al cambiar de dirección y no pierde la compostura frenando fuerte. A cambio, se hace algo incómodo sobre asfalto irregular o cuando vayamos por vías rápidas apurando el motor.
Motor que, como ya indiqué, es suave pero corre: más de 130 km/h reales en llano está muy bien para un scooter 300, que cuesta arriba apenas pierde y cuesta abajo hace correr peligro a los puntos del carné en autopista… Durante nuestra prueba gastó menos de 4 litros de gasolina a los 100; teniendo en cuenta la poca piedad que tuvimos con el acelerador, es una buena cifra. Haciendo kilómetros por autopista la protección de la pequeña pantalla frontal es bastante eficaz, pero cuando haga más frío o llueva echaremos de menos algo más de cobertura. Y la suspensión dura ahí se vuelve en contra, sobre todo cuando llegamos a rodar a fondo y las vibraciones de las ruedas incomodan tanto como las irregularidades del pavimento.
Mención especial para los frenos. Los dos discos delanteros con pinzas radiales tiene una potencia notable. Hay que apretar la maneta (lleva una bomba normal lógicamente) pero con dos dedos no cuesta llegar al punto en el que la goma empieza a chirriar, momento en que interviene el ABS, justo cuando debe y no antes. Estos frenos dan mucha seguridad y eso es importante. Detrás, es normal que el ABS entre en acción antes, pero el freno viene muy bien para tantear el agarre del asfalto y como ayuda para estabilizar la moto. La agilidad hace al GTS tremendo en ciudad, aunque en curvas a izquierdas (todas las rotondas sin ir más lejos) roza bastante pronto el caballete (cuidado). Si lo usas con un punto más tranquilo de pilotaje, aprovechando su suave motor y la reserva de aceleración y frenada o agilidad que tienes, es una gozada.