La Unión Europea continúa con su cruzada contra los productos que puedan generar algún tipo de injerencia en la salud de los usuarios. Uno de estos productos es el cromo hexavalente, que está presente en los acabados cromados que encontramos tanto en motos como en coches, y en un sinfín de artículos de nuestro día a día.
Estos acabados cromados destacan por lo estético, pero va más allá de la propia imagen, El cromo se ha utilizado, durante muchísimo tiempo, como una protección anticorrosiva de los materiales. De esta manera, los productos cromados consiguen una mayor durabilidad.
De hecho, desde hace tiempo se conoce el peligro que entrañan los acabados cromados y el cromo hexavalente en particular. Se trata de una sustancia que se restringió su uso, debido al riesgo que suponía para la salud y el medio ambiente en la Directiva 2011/65. En ese momento se igualó a otros componentes tóxicos como el mercurio, el cadmio o el plomo.
Adiós a los acabados cromados a partir de ahora
Según los diferentes estudios médicos hechos al respecto, la exposición directa es capaz de irritar mucosas nasales y perjudicar las vías respiratorias. Sin embargo, el mayor problema al respecto es el aviso que hizo la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer. La IARC (por sus siglas en inglés) advirtió hace tiempo que los compuestos que tienen este tipo de tratamientos son cancerígenos para el ser humano, y están vinculados especialmente con el desarrollo del cáncer de pulmón.
Esta nueva normativa, que pone fin a los acabados cromados en todos los vehículos ,no tendrá carácter retroactivo. Por lo tanto, aquellas motos o aquellos coches que ya lo tengan no tendrán que hacer nada.
Sin embargo, esta nueva normativa sí afectará a nuevas modificaciones que se puedan hacer a los vehículos y, por tanto, aquellos que quieran llevar a cabo modificaciones que incluyan elementos cromados tendrán que pasar las verificaciones pertinentes en la ITV.
De todas maneras, esto no implica que no se puedan emplear otros métodos para conseguir los acabados «plateados», como por ejemplo el pulido del metal hasta conseguirlo u otros tratamientos que no sean nocivos.
Y es que no, la Unión Europea no ha prohibido ningún color, solamente el uso de los cromados y más específicamente del cromo hexavalente.