La ruta
Ésta es la primera de una serie de doce rutas que publicaremos bajo el mismo patrón y con el mismo formato. Un apartado, del que ya hemos cubierto algunas rutas y del que aún nos queda por recorrer la mayoría, que ha sido posible gracias al apoyo de algunas firmas, a las que hay que mencionar antes de entrar en materia para agradecer su confianza entusiasta en esta iniciativa que arrancamos ahora para nuestros lectores. Ducati Motor Ibérica ha puesto nada menos que la base y la protagonista: Una magnífica Ducati Multistrada S que nos entregó con un 0 absoluto en su odómetro, y a la que, le aseguro al lector, un servidor le hizo un estricto rodaje, con un mimo más primoroso, incluso, que si hubiese comprado la unidad. En el apartado de “La Moto” veremos el magnífico rendimiento que ofreció en toda la ruta. DISA Shell se ha ocupado de otro apartado esencial aportando el combustible a través de la red de estaciones de servicio que tiene repartida por todo el país. Y RURALKA ON ROAD aportando algo tan vital como el avituallamiento y el descanso, el reposo del guerrero después de enfrentarse a las eventualidades de la ruta, con una cadena de hoteles en los que el contraste entre la arquitectura autóctona de cada paraje y el confort más actual sirven de marco a la atención más cuidada y a un trato entrañable que agradecen tanto las parejas como los grupos en moto y que aprecia, más que ninguno, el motorista solitario.
¿Por qué esta ruta de Alcañiz?
Ni que decir tiene que las carreras de motos del Mundial de MotoGP constituyen en sí mismas las concentraciones más arraigadas y multitudinarias del calendario. Un fin de semana de carreras mundialistas atrae al colectivo motorista con el poder de un imán al que no puede acercarse el de ninguna otra cita, y les pone en el camino no como un viajero vacacional, sino más bien como un devoto peregrino. ¿Y qué clase de peregrino sería el que va a Santiago en avión, en coche o en tren? Pues por esa misma razón, para todo aficionado, para todo peregrino que vaya a acudir al MotorLand Aragón en moto, hemos diseñado esta ruta, que en realidad se trata de dos, porque hemos querido describir el camino a Alcañiz desde las dos ciudades más importantes de nuestro país.
En detalle 1
Ruta desde Madrid: 539.2 Km
Primero hicimos la ruta que nos lleva desde Madrid, mucho más larga, intrincada y variada, en los últimos días de julio, con un calor sofocante durante las once horas que invertimos en marcarla y fotografiarla; un camino donde la aridez de algunos parajes se mostraba en su forma más descarnada del año y donde el paso atravesando pequeñas colonias de coníferas, o de chopos, se sentía más que como un alivio, como una auténtica caricia de frescor. Estimamos que la mejor época para hacer este viaje es el entretiempo, por tanto, el momento en el que se celebra el Gran Premio de MotoGP puede resultar ideal. El tiempo estimado que puede invertir cada motorista es tan variado que resulta de lo más arriesgado hablar de un número de horas. No obstante, dejaré caer la que creo más conservadora cifrándola en 8 horas; aunque como digo, siendo bastante conservador y teniendo en cuenta varias paradas, con su tiempo para tomar fotos e incluso para comer.
Tramo 1: Madrid – Torija
Distancia: 78 km Trazado: Autovía muy recta. Firme: impecable. Agarre: 8 en seco. 7 en mojado.
La salida, con el tráfico fluyendo en una apretada manada, acompaña durante los primeros compases, acentuando ese deseo de perder de vista la urbe para sentirse solo con la moto. El tráfico se disipa con el paso de Alcalá de Henares por la derecha, pero no es hasta coronar la larga subida que deja atrás Guadalajara cuando tomamos verdadero sentido de ruta.
Tramo 2: Torija – Brihuega
Distancia: 15 km Trazado: completamente recto Firme: Bueno. Agarre: 6 en seco. 5 Supuesto en mojado.
Al abandonar la A-2 en Torija, empezamos a percibir esa sensación de travesía rodando sobre el altiplano alcarreño. Unos diez primeros kilómetros rectos sobre la planicie más fría de la Península, a 900 metros de altitud, nos sirven para que el páramo extendido hasta el horizonte, nos transmita esa fantástica sensación de soledad que nos convierte en el “Motorista Solitario”, que no solo o desolado, o que nos apiña con nuestro grupo de viaje hasta hacernos sentir como inseparables compañeros de aventura.
Tramo 3: Brihuega – Masegoso de Tajuña
Distancia: 24.7 km Trazado: sinuoso Firme: Cómodo. Agarre: 5 en seco. 4 Supuesto en mojado.
De repente, al llegar a una rotonda de polígono industrial, la carretera cambia, desciende casi inesperadamente y se lanza a por la noble población de Brihuega, con el atractivo de su muralla a nuestro paso, para cruzarla y continuar su descenso hasta los dominios del río Tajuña. El paisaje sufre allí una metamorfosis radical, cambiando la estepa por las imágenes más frondosas, con una continua arboleda que acompaña al viajero, dejando su frescor en el ambiente y los aromas más verdes flotando sobre él. La carretera transcurre a lo largo de un trazado muy divertido, con curvas sencillas que llevan a un placentero vaivén.
Tramo 4: Masegoso de Tajuña – Cifuentes
Distancia: 8.7 km Trazado: Curvas amplias Firme: Bastante bueno. Agarre: 5.5 en seco. 5 Supuesto en mojado.
El paisaje abre nuevamente el panorama al alcanzar Maseoso, para tomar allí la N-204 y poder contemplar sobre ella unas imágenes en las que la arboleda cede el protagonismo a los chaparros desperdigados mientras la carretera se hace más amplia.
Tramo 5: Cifuentes – Saelices de la Sal
Distancia: 33 km Trazado: Serpenteante y más estrecho Firme: Bueno. Agarre: 7 en seco. 6 Supuesto en mojado.
A la entrada de Cifuentes, encontramos una gasolinera, y a 300 metros de ella, viramos en el cruce que nos cambia a la CM -2021. A la salida de la población, esta carretera serpentea mientras sube, para que una masa de coníferas salude nuestro paso y para que la caliza nos muestre las heridas que en su día provocó la ruta abriéndose camino sobre el terreno.
Tramo 6: Saelices de la Sal – Mazarete
Distancia: 19.6 km Trazado: Estrecho y retorcido Firme: Bueno. Agarre: 7 en seco. 6 Supuesto en mojado.
A la entrada de Saelices de la Sal, nos reciben sus salinas. Y fuera ya del pueblo, la CM-2107 nos lleva hasta Riba de Saelices, por una ruta estrecha y sin pintura, con una bajada espectacular hasta Ablanque. La carretera continúa serpenteando a lo largo de la suave depresión que el río del mismo nombre graba sobre el terreno, para que al perder de vista el cauce, nos veamos rodeados de pinos y más pinos, con la tierra roja dejando clarear las piedras rosadas. La carretera sube y se endereza para encontrar el cruce con la CM-2120, camino de Mazarete.
Tramo 7: Mazarete – Turmiel
Distancia: 13 km Trazado: Estrecho (4m) Firme: Roto, sin baches, con gravilla en los márgenes Agarre: 3,5 en seco. 3,5 Supuesto en mojado.
Por un momento, hacemos un guiño a la ruta más rápida del viaje hasta ahora, la N-211, la que sería el recorrido tal vez más lógico, según la mayoría, hasta MotorLand; pero en la misma entrada de Anquera del Ducado, nos desviamos a la izquierda por la CM-2107 camino de Turmiel. Un tramo ideal para las motos “Suv”, tan de moda en la última década, donde la conducción en seco puede resultar prácticamente igual de exigente que en mojado y donde el páramo llena por completo el panorama que nos envuelve.»
Tramo 8: Turmiel – Cruce GU-427
Distancia: 13.6 km Trazado: Curvas de grado medio. Estrecho (4 m) Firme: Roto, con baches y ondulaciones Agarre: 3,5 en seco. 3,5 Supuesto en mojado.
Al pasar por Turmiel, desaparece la grava casi por completo, el asfalto toma un tono malva, pero a la vez se vuelve rizado, mostrando, ahora sí, algunos baches alternados con las ondulaciones. Es el tramo más sufrido hasta el momento, en el que el trasero de los más comodones se acordará de mis palabras –espero que no de mi nombre o de mis familiares-, pero tan sólo dura 11 km y tampoco es que haya que ser Laia Sainz para superarlo. » imagen=»badenes» />
Tramo 9: Cruce GU-427 – Mochales
Distancia: 12,1 km Trazado: Curvas amplias primero, retorcidas en bajada después. Firme: Excelente, con peraltes, con toboganes y estrecho (4m) Agarre: 8 en seco. 7,5 Supuesto en mojado.
En el cruce con la GU-427, giramos para pasar al cabo de 1 km por Labros. Aquí la película cambia hasta aparecer como una recompensa por lo pasado en el momento anterior, porque este tramo puede resultar el más vistoso y divertido de todo el viaje. El trazado inicial es amplio y previsible, con un apoyo de lujo en todas las curvas que ofrecen un peralte casi propio del circuito. » imagen=»curvas_peligrosas»/>
Pero en el momento de bajar, hay que ir con mucha precaución, porque el trazado se cierra y se retuerce , guardando en el seno de varias curvas ciegas el peligro de las piedras y la tierra que el viento o las tormentas han dejado sobre la calzada y que un tráfico, prácticamente insólito, es incapaz de despejar. En lo que al panorama se refiere, el paisaje ha mantenido el monte bajo como protagonista hasta el momento del descenso. A partir de ahí, la postal se encrespa, mientras bajamos al barranco del río Mesa, con algún paraje que amaga la forma de un desfiladero; hasta el pueblo de Mochales, donde cruzamos sobre el río.»
Tramo 10: Mochales – Jaraba
Distancia: 21.5 km Trazado: Curvas amplias con alguna cerrada. Firme: Aceptable y estrecho (4m) Agarre: 6 en seco. 5 Supuesto en mojado.
El río Mesa nos acompaña prácticamente hasta Villel de Mesa, y allí nos desviamos hacia Algar de Mesa y Calmarza, a lo largo de una carretera envuelta por un paisaje que vuelve a recordarnos nuestro transitar sobre el Altiplano, y que nos lleva hasta la localidad de Jaraba, un núcleo importante en la zona, donde de repente la panorámica cambia con el avance del camino.
Tramo 11: Jaraba – Nuévalos
Distancia: 19.4 km Trazado: Sinuoso, divertido, con peraltes. Firme: Bueno Agarre: 6 en seco. 5 Supuesto en mojado.
La carretera profundiza en el terreno, levantando auténticas paredes por los lados que, finalmente, saliendo de Jaraba y dejando sus aguas termales en el margen derecho, conviertan el viaje en el paso por un auténtico desfiladero. Un paraje insospechado, que nos saca por un momento de la cruda aridez que cubre el páramo, para introducirnos en las entrañas de la tierra, cubriendo el lecho del surco que graba el río con una frondosa vegetación, bajo la imponente estampa de las empalizadas naturales que hacen sombra sobre un camino que culebrea hasta volver de una forma abrupta a la planicie, después del paso bajo un túnel. Cualquier rincón de este paso, cualquier curva, cualquier espacio merece una parada para hacer un pequeño reportaje con cada plano y para, por qué no, detenerse a comer un bocadillo, o fumar, el que lo haga, mientras escuchamos en el cielo el graznido de las aves carroñeras y nos dejamos envolver por el empalago que flota en el ambiente. Un rincón que, como probablemente ningún otro del viaje, nos transmitirá esa sensación de travesía, pudiendo dar rienda suelta en la imaginación a nuestro espíritu explorador.
La verdad sea dicha que el trazado de este tramo incita a una conducción divertida, pero, en mi modesto entender, sería un desperdicio no aflojar el ritmo, soltar al máximo el acelerador para dejarse envolver por la grandiosidad de este paraje singular.
Tramo 12: Nuévalos – Bello
Distancia: 48,5 km Trazado: Muy recto con cambios de rasante Firme: Rizado Agarre: 6 en seco. 5 Supuesto en mojado.
A la salida de Nuévalos, la carretera se endereza hasta convertirse en un tiralíneas que cruza la planicie, sobre el que tampoco podemos aplicar el acelerador alegremente, si no queremos volar, literalmente, en más de un punto . Así pasamos por Montarde, Cubel, y al llegar al cruce siguiente, encontraremos una gasolinera, que en aquellos parajes y según de la autonomía de que dispongamos, puede resultarnos providencial. Después pasamos por Las Cuerlas hasta llegar a Bello, sin abandonar la A-2505, y sin que el paisaje cambie tampoco.» imagen=»badenes» />
Tramo 13: Bello – Barrachina
Distancia: 38 km Trazado: Serpenteante y luego recto. Firme: Baches, ondulaciones, saltos Agarre: 6 en seco. 5 Supuesto en mojado.
En Bello, tomamos la A-1507 hacia Calamocha, continuando hasta Navarrete, para seguir atravesando ese páramo, que en estos tramos se hace infinito como la tundra o como las arenas del desierto.
Tramo 14: Barrachina – Cruce N-211
Distancia: 19.7 km Trazado: Escasas curvas amplias. Firme: Bueno y cómodo Agarre: 6 en seco. 5 Supuesto en mojado.
En Barrachina tomamos la A-1506 para que el paisaje continúe repitiendo el paso a través de monotonía del altiplano, a lo largo de las carreteras más solitarias, donde puede aparecer algún tractor como único protagonista del tráfico desierto que las transita. Y así pasamos por Godos y Villanueva del Rebollar, para alcanzar, finalmente, la N-211, y tomar así la ruta más rápida y lógica de Madrid a MotorLand.
Tramo 15: Cruce N-211 – Montalbán
Distancia: 15 km Trazado: Amplio y con escasas curvas. Firme: Excelente Agarre: 7.5 en seco. 6 Supuesto en mojado.
Montalbán resulta un rincón ideal para tomar un bocadillo, o una hamburguesa, si se tiene tiempo; aunque también puede valer a la vuelta. Una población importante, que se extiende a lo largo de la carretera, con un estrechamiento al final en el que encontramos una gasolinera.
Tramo 16: Montalbán – Paso sobre el río Martín
Distancia: 13.9 km Trazado: Amplio y con curvas retorcidas y medias. Firme: Impecable Agarre: 8.5 en seco. 7 Supuesto en mojado.
La subida que encontramos justo en la salida de Montalbán es muy retorcida, aunque sólo al principio, porque, a medida que nos vayamos elevando, las curvas irán abriendo su radio, con lo que se mostrarán como una clara invitación a abrir el gas; sin embargo, no conviene olvidar la amenaza del guardarraíl, con sus cuchillas intimidantes, que se yergue sobre los márgenes de la calzada. Desde luego, si ya de por sí es muy peligroso caerse en la carretera, hacerlo en este tramo entraña un riesgo extra por el ritmo que permite y, sobre todo, por la secuencia de los soportes que sostienen ese guardaraíl, particularmente juntos. Después de coronar esa subida, la bajada que llega a continuación es espectacular. El naranja que muestran los cortes de la tierra forma un contraste de belleza inédita con el verde de la vegetación, característico de El Maestrazgo, que remata el paso elevado sobre el río Martín, donde un estrato de piedra, levantado por las fallas del terreno, se yergue sobre el cauce como un centinela del paraje que saluda el paso del viajero. Un lugar ideal para la foto de postal, pero que por desgracia no se puede parar al lado, por lo que conviene aminorar la marcha todo lo posible para contemplarla sobre el instante de cada fotograma salteado que nos ofrece la conducción este espectáculo.
Tramo 17: Paso sobre el río Martín – Alcorisa
Distancia: 78 km Trazado: Previsible, muy entretenido y con curvas rápidas. Firme: Muy bueno Agarre: 8.5 en seco. 7 Supuesto en mojado.
El paisaje de El Maestrazgo continúa acompañándonos con ese contraste de verde y naranja sobre las ondulaciones, y también sobre los cortes, que dibuja el terreno para que, al llegar a Alcorisa, encontremos un pueblo dispuesto a lo largo de la calle cerrada que marca la propia ruta, donde las fachadas parecen echarse encima, hasta el punto de hacer creer al viajero que van a terminar por bloquearle paso. La placita triangulada que se abre a la derecha, junto a la iglesia, se presenta como un rincón de cuento para un café en la terraza de uno de sus bares.
Tramo 18: Alcorisa – Variante de Alcañiz – Cruce dirección A-231
Distancia: 53.5 km Trazado: Más abierto y aburrido. Firme: Impecable y buenos peraltes Agarre: 7.5 en seco. 7 Supuesto en mojado.
La N-211 pasa por Calanda, pueblo natal del cineasta “Luis Buñuel”:https://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Buñuel, capital de la ruta del bombo y del tambor, y tierra, también, del melocotón más hermoso y aterciopelado. Y desde allí, una larga recta, vigilada en el sentido contrario por un radar, nos lleva hasta la circunvalación que la N-232 hace sobre Alcañiz, para que después de coronar una larga y tendida ascensión, alcancemos el cruce con la A-231,
Tramo 19: Cruce dirección A-231 – La Fresneda
Distancia: 14 km Trazado: Serie continua de curvas. Firme: Excelente Agarre: 8 en seco. 7.5 Supuesto en mojado.
Y llegamos a nuestro destino en la preciosa villa de La Fresneda. Merece la pena darse un detenido paseo por el pueblo, con las distintas paradas que merece contemplar todos sus tesoros monumentales, empezando por su plaza mayor y terminando, tal vez, por la vista panorámica que ofrece su mirador, en la parte alta. Una zona curiosa, esta de La Fresneda por su micro climatología, mucho más benigna que la que envuelve al propio circuito de MotorLand, y también por el particular catalán que allí se habla, calificado como “chapurreao”, al parecer, por los propios autóctonos.
El descanso del motero
Hotel El Convent Teléfono: [+34] 978 85 48 50
Se trata de convento fundado en el año 1613 por la orden de los Monjes Mínimos de San Francisco de Paula. La edificación que compone la hospedería de El Convent, empezó a reconstruirse como tal a partir de las obras que se llevaron a cabo sobre la Iglesia, montando la recepción a la entrada y bajo el antiguo coro, dejando el techo central descubierto, tal y como quedó después de una inevitable ruina macerada por el paso de los siglos, con la cocina en la sacristía y con los comedores sobre el altar; mientras que en el piso superior, los espacios dedicados a las capillas fueron habilitados como deliciosos saloncitos de placentera estancia. Así hasta completar una hospedería que cuenta con 44 plazas desde hace seis años, tras concluir las ampliaciones en los demás espacios que alberga el convento.
En cuanto a la cocina, por ejemplo y como no podía ser de otro modo, está cuidada con primor desde el propio desayuno, para el que la bollería pasa por el horno cada día a primera hora de la mañana; sin embargo, al modesto entender de un servidor, el mayor tesoro que guarda este establecimiento es sin duda El Silencio. Un silencio al que la discreción de una pequeña fuente parece llevar hasta el grado del placer, presidiendo el claustro ajardinado al que dan las ventanas de unas habitaciones que se han interiorizado con la más selecta comodidad de los tiempos en los que vivimos, sin transgredir, en lo más mínimo, el ambiente de paz y sosiego, con esa tilde del Siglo de Oro, que tomó el recinto como propia esencia durante su época más primitiva.
El Convent, más que un hotel, es un rincón en el que como mínimo alejaremos la mente de esa aceleración deshumanizada que preside las vidas de una gran mayoría, es un retiro que invita a sumergirnos en el encuentro con el libro más apasionante, con nuestros pensamientos más trascendentales o para transmitir y recibir los sentimientos más profundos y vitales.
En detalle 2
Ruta desde Barcelona: 246 km
En cuanto al recorrido desde Barcelona, llevamos a cabo el viaje a la inversa de cómo va a hacerlo el lector, y fue al día siguiente de completar la ruta desde Madrid, con el mismo calor agobiante, que alcanzó su zénit, ni más ni menos, que a la entrada de Barcelona, en un viernes al filo de las 3 de la tarde, con la obligación de atravesar la ciudad entera, atrapado en un tráfico bloqueado, con el sol cayendo a plomo sobre el equipo, negro riguroso, y el sofoco de la humedad amasando una sensación que sugería la propia cocción. Este viaje no deja opción a una ruta más turística, más variada y más larga que la más rápida, prácticamente la única, para ir de una forma razonable hasta Motorland.
Este viaje sólo deja un posible recorrido, si guardamos un mínimo de lógica y no pretendemos hacer, tampoco, un rodeo exagerado. Lo que sí es cierto es que tratamos de evitar, en la medida de lo posible, el aburrimiento de la autovía, que siempre tendremos a mano para llegar hasta Reus. Como he comentado, esta ruta la hicimos a la inversa, tomando las notas a contrapelo, y haciéndonos una idea de cuál es la perspectiva en sentido contrario, cuando en realidad viajábamos desde La Fresneda hacia Barcelona.
Tramo 1: Barcelona – Vallirana
Distancia: 30.8 km Trazado: Autovía recta. Firme: Excelente Agarre: 7 en seco. 7 Supuesto en mojado.
Dejamos Barcelona por ese amplísimo pasillo que forma el Llobregat, un enorme corredor sobre el que de inmediato se abandona la sensación urbana para que el entorno nos invite a tomar una actitud viajera, con el ánimo cambiando de estado, con el entusiasmo creciendo dentro de nosotros, encandilado por esa ilusión que siempre emerge como una chispa continuada con los primeros kilómetros de un nuevo viaje. En Molins de Rey, tomamos la A-7, que de inmediato se convierte en la N-340, antes de alcanzar las obras que encontramos en Vallirana, y que daban al paisaje de esa hondonada un aspecto postbélico
Tramo 2: Vallirana – Villafranca del Penedés
Distancia: 24.2 km Trazado: Revirado de montaña. Firme: Excelente con buenos peraltes Agarre: 8 en seco. 7 Supuesto en mojado.
Al iniciar el ascenso al Puerto de El Ordal, la carretera nos compensa de tanto polvo y tanto camión terrero e indimidante al brindarnos una conducción entretenida o divertida, según se quiera ver. Después de coronar la cima, cruzamos la población del mismo nombre que el puerto para hacernos sentir de repente en un pueblo con sabor a núcleo perdido en la inmensidad de la carretera; algo que sorprende, encontrándonos apenas a 40 km de una metrópolis como Barcelona. El paisaje sirve de entorno a juego con el bosque mediterráneo, poblando las laderas que acompañan las últimas curvas del descenso, a lo largo de una carretera que anima y que acompaña al viajero hasta Villafranca del Penedés.
Tramo 3: Villafranca del Penedés – Reus
Distancia: 56,2 km Trazado: Recto, mucho tráfico y autovía fluida. Firme: Bueno Agarre: 7 en seco. 6 Supuesto en mojado.
A partir de este punto, la ruta se convierte en una especie de vía de circunvalación interminable, recta y con doble sentido, con un tráfico infernal, casi de continuo, que llega incluso a formar algún pequeño tapón sobre varias incorporaciones. Este aspecto y este tramo, hará plantearse a más de uno, con mucha razón, si no vale más la pena optar por el peaje hasta Tarragona, bien desde Villafranca o incluso desde la propia Barcelona. De no ser así, tendrá que armarse de una buena dosis de paciencia y de parsimonia, con un solo punto verdaderamente resaltable al paso por el arco romano de Bará. Ya en Tarragona, nos trasladamos por el doble carril hasta Reus.
Tramo 4: Reus – Desvío Mora de Ebro
Distancia: 54.1 km Trazado: Recto con suaves curvas. Firme: Excelente con protecciones para los guardarraíles Agarre: 9 en seco. 7 Supuesto en mojado.
A la salida de Reus, tomamos la N-420, que ya no vamos a abandonar hasta casi alcanzar nuestro destino, y comenzamos la breve ascensión al Coll de Texta, una subida tendida a lo largo de la que vamos dejando atrás el sofoco de la humedad, cambiándolo por esa sensación abrupta que provoca en el cuerpo la sequedad del ambiente en el que vamos penetrando, con un aroma a pino que nos llega tildado con la característica fragancia que crean las coníferas en una relativa proximidad del Mediterráneo. Este escenario parece llegar como una preciada recompensa para el motorista que ha soportado cautivo, con paciencia, las retenciones y las tensiones de un tráfico represor para sus deseos de viaje. El puerto en sí, no es tal, sino que se trata de una carretera curvada y continuada a lo largo de un bosque de pinos, al margen de la que aparecen varios puntos desde los que hacer una parada para la panorámica y, desde luego, también para ese bocadillo que se lleva pertrechado en la mochila.
Tramo 5: Desvío Mora de Ebro – Caseras
Distancia: 40.7 km Trazado: Suaves curvas enlazadas con rectas. Firme: Excelente, con protecciones para los guardarraíles Agarre: 9 en seco. 8 Supuesto en mojado.
Después de este tramo tan gratificante, llegamos a otro con un atractivo no por menos evidente, menos intenso si se sabe contemplar, si buscamos su encanto acompañándonos en el viaje con los contrastes de la tierra y la vegetación ondulando sobre el terreno. En el km 840, es probable que aún en las fechas del Gran Premio 2016 nos encontremos un tramo de 15 kms de obras, para volver a encontrar otra importante masa de pinos en el punto kilométrico 815, con un par de paradas semejantes a las anteriores, para ese mismo bocadillo, en las que la fragancia cambia el matiz para mezclar ese olor a pino, con el Mediterráneo a lo lejos, pero con la proximidad del agua dulce que el Ebro lleva sobre su cauce.»
Tramo 6: Caseras – La Fresneda (El Convent)
Distancia: 33.8 km Trazado: Recto y curvas. Firme: Excelente con protecciones para los guardarraíles Agarre: 9 en seco. 8 Supuesto en mojado.
En el km 783, hay una panorámica de una tierra, donde también se mantienen las coníferas, pero aquí se intercalan con el monte bajo, dejando ver entre medias una tierra pálida. No será porque la ruta no nos ofrezca distintos rincones para ese bocadillo rutero, que si uno se lo hace sobre la moto, navaja en ristre, cortando la barra de pan, nos intensifica aun más esa sensación de trashumancia, que tan particular placer provoca en el motorista viajero. Por supuesto, con una papelera dispuesta al lado.
Desde ahí, continuamos hasta el cruce con la carretera local que en apenas dos kilómetros nos deja a Valdejunquera. Hay que estar muy atentos para encontrarla a nuestra izquierda. Y después, tan sólo nos restarán 7 kilómetros hasta nuestro destino en La Fresneda.
La moto
El propio nombre del modelo cedido por Ducati, que nos sirvió para recorrer esta ruta, nos da la clave de su capacidad, y propone su propia candidatura para ser la moto que mejor encaja en un recorrido así: Ducati Multistrada S.
Nada más sentarte en ella, sientes cómo la mayoría de los músculos del cuerpo toman una postura relajada, que, como veríamos más adelante, hace mucho más llevadero el paso de los kilómetros por las carreteras y escenarios más variados. Y en cuanto salimos con ella en equilibrio, percibimos la sensación de un dominio y un control casi absoluto, que se prolongará al bajar un bordillo, al doblar la primera esquina y al abordar, también, la primera rotonda, y que nos transmitirá una seguridad y una fe, para llevarnos a afrontar más tarde las carreteras más rotas e intrincadas, más que con confianza, con ese particular entusiasmo que convierte un trance molesto en el paso por una secuencia divertida.
Los modos de conducción van en esta Ducati mucho más allá de cuatro formas diferentes de entregar la potencia, para que, moviendo el botón de selección, encontremos en realidad cuatro motos distintas que se adaptan, también a cada carretera y a la autovía. De esa forma, la soberbia frenada que ofrece el conjunto Brembo de la Ducati Multistrada S también se aplicará en diferente medida sobre cada firme y sobre cada asfalto, adaptándose a la diversidad de tramos que contiene la ruta que hemos definido. Lo mismo ocurre con las suspensiones electrónicas y por supuesto con la tracción del motor y la entrega de ese genio tan característico de la marca boloñesa, que constituye un magnífico añadido al salir con un brío excitante de los virajes más retorcidos. En cuanto a la protección frente a la larga travesía, la ergonomía del conjunto carenado-depósito se encarga de las piernas, mientras que la cúpula transparente, y extensible en marcha manualmente, se ocupa del tronco manteniendo al resguardo el pecho y permitiendo, a la vez, que el flujo de aire alcance los hombros para no dejar de percibir toda la intensidad de esa sensación tan apasionante que nos produce la conducción de una moto.
Finalmente, subrayar que no hicimos los recorridos de noche por razones obvias de nuestro trabajo, pero sí los tramos de enlace y se puede asegurar que la luz que proyecta el grupo óptico de la Multistrada S está a la altura de algunas grandes berlinas, mencionando, sólo por una vez, el mundo de las cuatro ruedas.
Como conclusión, diremos que su destacada eficacia sobre las carreteras que ofrecen el peor estado, con baches, badenes y tierra o gravilla, la terminan por designar como la moto ideal, junto con tal vez otros dos o tres modelos, para emprender esta ruta que hemos descrito para nuestros lectores.
Apunte dinámico
Al salir, conviene tantear la moto con su nuevo peso y comportamiento en las primeras rotondas. Si llevamos bolsa sobredepósito, entenderemos mucho mejor por qué los pilotos comentan que no pueden ir a fondo durante las primeras vueltas de carrera, debido al efecto que produce el tanque lleno sobre las inercias de la moto. En este caso, por cierto, cargamos el depósito de nuestra Multistrada S para esta ruta en la Gasolinera que DISA Shell tiene en la M-603, km 14.900, sito en Alcobendas (Madrid).