Las marcas a menudo inician y cancelan proyectos sin más razón que el no ser del todo viables, o al menos no tanto como se presuponía en un primer momento. Si trasladamos esta filosofía a finales de los años 90, y la protagonista de esta singular historia es la icónica Yamaha VMAX 1200, entonces la cosa se puede poner interesante. Si además os contamos que el plan era colocarle un monumental propulsor de 2.000 cc con el que volver a ser la reina de las Macho-Bike, sin duda la idea era para enmarcar.
La VMAX nacía en un lejano 1985 y durante un tiempo se había convertido en la moto matriculable más rápida cubrir los 400 metros desde parado. Los técnicos de Yamaha vieron como con el pasar de los años, a pesar de incrementar la potencia hasta los 145 CV en sus versiones finales, llegaron otros modelos que podían destronar de manera constante a la icónica roadster japonesa.
Asi que a mediados de los 90, pensando en crear un modelo definitivo sobe la VMAX existente con el que nadie se atreviera siquiera a intentar competirle en materia de prestaciones, la marca empezó a barajar la idea de equiparla con un motor de dos litros. A este lo bautizaron como Otodama e incluso fue expuesto a modo de escultura en el Salón del Automóvil de Tokio de 2001.
Ya en 1998 la publicación japonesa Young Machine se hacía eco del proyecto que la marca, que en cierto modo, mantenía en secreto. Incluso se cuenta que Yamaha llegó a producir un prototipo de pruebas, pero aquel Frankenstein mecánico era sencillamente inconducible, por lo que rebajaron sus expectativas y optaron por rebajar la cilindrada hasta los 1.500 cc. Llegados a este punto se encontraban con otro problema: el de la potencia. A toda costa había que declarar 200 CV a la rueda trasera, por lo que pronto comprobaron que seguía sin ser viable de ese modo.
En el transcurso de todo este tiempo se empezó a barajar la posibilidad de crear un modelo completamente nuevo, algo que fue lo que ocurrió definitivamente con la llegada en 2008 de la Yamaha VMAX 1700 y sus anhelados 200 CV de potencia declarada. Para entonces, 10 años después del comienzo de la aventura, Young Machine volvió a publicar un amplio reportaje sobre aquel proyecto Otodama 2000, coincidiendo con la presentación de la nueva generación VMAX, lanzada oficialmente el 4 de junio de 2008 como modelo 2009.
Sin duda no hubiera estado mal que la marca nipona hubiera llevado a buen puerto aquel engendro mecánico. Pero teniendo en cuenta la parte ciclo de la última VMAX 1200 de 2007, difícilmente hubiera sido aprovechable. Y como es normal, la marca optó por la creación de un modelo completamente nuevo. En cualquier caso, la legendaria Macho Bike de la marca japonesa sigue siendo una de las motos más veneradas por los aficionados de la firma, algo que nunca cambiará. Y todo a pesar de que el Otodama 2000 no llegara finalmente a buen puerto.