De la factoría de Borgo Panigale han salido verdaderas obras de arte con ruedas a lo largo de su historia, pero quizás la década de los 80 y 90 marcara un antes y un después en la historia de la marca con motos como la Ducati 888 en su variante SPS. Básicamente, porque estamos hablando de lo más parecido a una replic racer que se podía matricular en la temporada de 1992.
A lo largo de la historia del modelo 851/888, la marca italiana fue lanzando versiones cada vez más potentes y exclusivas en todos los aspectos. Ya fuera con un motor potenciado, una parte ciclo mejorada o un nivel de equipamiento y acabados al alcance de unas pocas elegidas, cada una de estas variantes representaba el súmmum de la deportividad del momento. Quizás entre todas ellas la 888 SPS sea una de las más exóticas, no solo por lo que ofrecía sino también por el número de unidades fabricadas.
Más concretamente 100 fueron los ejemplares que se construyeron a lo largo de 1992, aunque según algunas fuentes la marca fabricó 101 unidades finalmente, aunque una de ellas fue destruida tras los test previos a su comercialización. En cualquier caso hablamos de una moto que en esencia era lo que más se podía asemejar a una SBK del momento, gracias a un nivel de componentes y mejoras que la ponía directamente en la órbita de la 888, con la que el estadounidense Doug Polen se había hecho con el WSBK en 1991 y haría lo propio ese mismo 1992.
Para ello Ducati equipo en esta 888 SPS el desmodrómico de 8 válvulas en L a 90º refrigerado por líquido y alimentado por un sistema de inyección de combustible Webber con cuerpos de mariposa de 50 mm. Como resultado contábamos con 120 CV a 10.500 rpm y 86,82 Nm a 7.250 rpm, cifras de potencia que deberían catapultar los 185 kilogramos en seco de la SPS hasta los 268 km/h. Además, incorporó una serie de mejoras en la parte ciclo que no harían, sino elevar a la enésima potencia el comportamiento del conjunto.
Hablamos de unas suspensiones Öhlins «pata negra» compuestas por una horquilla invertida GD061 de 42 mm en el frontal y un monoamortiguador posterior DU8071 con ajuste en precarga y rebote. La frenada por su parte corría a cargo de un equipo Brembo Serie Oro con discos de 320 mm en el frontal, accionados por pinzas radiales de 4 pistones y un disco posterior de 245 mm junto a una pinza de doble pistón. Todo ello ensamblado en llantas de 17” calzadas con neumáticos en medidas 120/70 y 180/55.
El chasis tubular de acero al cromo-molibdeno, heredado de la 851 Strada, se encargaba de dar forma y rigidez al conjunto. A él se acoplaba el precioso carenado, con algunas de sus partes fabricadas en carbono, depósito y colín trasero, inconfundible por su librea específica con el número uno inscrito en los laterales. Otros detalles como los silenciadores fabricados en fibra de carbono, radiador delantero Corsa sin ventilador, para ahorrar peso, o la placa identificativa en la tija con el nombre del modelo y el número de ejemplar, también formaban parte de esta maravilla rodante de los noventa.
Recientemente, en el portal de subastas Catawiki ha estado a la venta la 888 SPS número 25. Se estima que apenas queden 30 unidades de la serie circulando, la cual solamente cuenta en la actualidad con 2.542 kilómetros en su odómetro. Un ejemplar por el que se esperaba llegar a una cifra final cercana a los 100.000 euros, aunque finalmente no ha suscitado el interés esperado y no ha logrado alcanzar el precio mínimo de reserva. Sin duda un pedacito de historia de la marca italiana digna de estar en un museo o, por qué no, en el garaje de algún aficionado que de vez en cuando disfrute de sus increíbles cualidades, aún hoy, 30 años después de su concepción.