Los motoristas de Barcelona se sienten cada vez más discriminados. No pueden acceder a la zona de bajas emisiones (ZBE) si no disponen de una etiqueta ambiental, exactamente igual que los coches, a pesar de que las motos actuales con etiqueta C tienen factores de emisión similares a los turismos con etiqueta ECO. El urbanismo táctico desplegado tras la pandemia ha mermado sensiblemente su seguridad, como evidencian las estadísticas de accidentes y víctimas. Ahora, según un informe reciente del RACC, el 47% de los motoristas considera peligroso circular.
Carriles más estrechos, proliferación de obstáculos en la calzada y más pinturas deslizantes son algunas de las razones. En este contexto, la plataforma Motoristes per Barcelona invitó a los candidatos a la alcaldía de los grupos políticos con representación municipal a participar en un acto para exponer sus propuestas de movilidad y el papel de la moto en Barcelona. Hay más de 300.000 motocicletas y ciclomotores censados en la ciudad y, según las encuestas realizadas, más de 70.000 usuarios cambiarían el sentido de su voto en función de las soluciones que les ofrezcan.
En el acto en el que participaron Xavier Trias, Jaume Collboni, Eva Parera, Anna Grau y Daniel Sirera, todos coincidieron en que la moto es parte importante de la solución en la nueva movilidad de Barcelona y no puede tratarse como al coche. Los alcaldables lanzaron diferentes propuestas, desde un plan específico para la moto, pasando el aumento de las plazas de aparcamiento disponibles en calzada, el ajuste de las restricciones de acceso a la zona de bajas emisiones o la eliminación de obstáculos de la vía, hasta la creación de un museo de la moto en Montjuïc.
Jaime Alguersuari, portavoz de la plataforma organizadora, les lanzó un reto: permitir durante seis meses que las motos circulen por el carril bus, para evaluar después el resultado y actuar en consecuencia. Un proyecto piloto que el RACC ha apoyado públicamente estos días. ANESDOR celebra el apoyo a la moto expresado por la mayoría de los candidatos a la alcaldía de Barcelona. José María Riaño, secretario general de la entidad, afirma que “los motoristas de Barcelona tienen razón. Están discriminados en la zona de bajas emisiones, reciben cada vez más multas de aparcamiento sin que se hayan creado plazas alternativas en la calzada y son vulnerables ante los obstáculos peligrosos que, en lugar de reducirse, van en aumento”.
La Asociación recuerda que las etiquetas de coches y motos son muy parecidas visualmente, con las mismas categorías (B, C, ECO y CERO), pero son clasificaciones independientes y no resultan comparables. No existen motos con etiqueta ECO y las motocicletas con etiqueta C tienen factores de emisiones menores que gran parte de los coches etiquetados con la ECO.
Barcelona es la ciudad europea con mayor número de motos por habitante (0,17), superando de largo la segunda, Roma (0,13). Hay más de 450.000 desplazamientos diarios en moto. Representan el 30,3% del parque de vehículos. Sin embargo, solo suponen el 7,9% de las emisiones de CO₂, el 3,6% de NOx y el 11,9% de partículas. La moto contribuye a la reducción de emisiones, a la descongestión del tráfico, al mejor aprovechamiento del espacio público y es eficiente económicamente.