Las algas pueden ser la base de un cambio en el desarrollo que estamos viviendo de los combustibles. En busca de unos combustibles respetuosos con el medio ambiente y que ayuden a combatir las emisiones, el camino que han emprendido en Barbados puede que sea el punto de inflexión.
En este caso, además, el beneficio podría ser doble, pues el nuevo biocombustible creado es biogás que se consigue a través del sargazo. El sargazo es un tipo de alga viscosa que prolifera en el mar Caribe y que está generando grandes dolores de cabeza desde hace tiempo a toda la zona.
Este tipo de alga afea tremendamente las costas de aguas cristalinas y arenas claras que son, reclamo turístico y sustento de gran parte de los países de la zona. Para poder combatirla se han instalado redes y otros sistemas altamente costosos. La situación es tan grave para los países que en Barbados, por ejemplo, su Primer Ministro declaró una emergencia nacional debido a la gran acumulación de este tipo de algas.
Además del problema estético, otro de los grandes problemas del sargazo es que libera sulfuro de hidrógeno que puede causar irritaciones y, en casos muy extremos, otras dolencias como enfermedades respiratorias o daños en el sistema nervioso.
Las algas son mezcladas con otros «productos» locales para generar el biogás
Ante tal situación y sabedores de ese excedente de algas, los científicos se plantearon si a partir del mismo podrían sacar algún tipo de provecho o de combustible. Así lo hicieron y han conseguido un combustible que no es que no tenga emisiones, pero sí cumple el concepto de emisiones neutras.
El motivo por el que este biogás, como todos, se considera neutro en carbono es porque las emisiones de este carbono ya han sido compensadas por la absorción del mismo durante el ciclo de vida del material. Es decir, las algas captaron el CO2 que al quemar el biogás volverá a la atmósfera.
Hay que decir que aunque la idea es nueva y sigue desarrollándose, los ingenieros de la Universidad de las Indias Occidentales patentaron el proceso en 2019. En este proceso no solamente se utilizan las algas, sino también las aguas residuales de las destilerías locales de ron y excrementos de las ovejas locales, otra ventaja del proyecto.
Actualmente, hay ya un vehículo moviéndose por la isla gracias a las algas, un coche eléctrico cuyas baterías se recargan con un generador alimentado por esta fascinante creación, que puede ser una alternativa para el motor de combustión como lo es el de hidrógeno.