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Prohibir la fibra de carbono para salvar el planeta: otra genialidad de Bruselas

La "religión de lo verde" sirve para justificar cualquiera de sus medidas

Nuestra "querida" Unión Europea, en esa costumbre tan suya de prohibir por sistema, ha estado a punto de hacer lo propio con la fibra de carbono. Os contamos cuáles son sus motivos y si finalmente ha prosperado esta dantesca iniciativa.

La Unión Europea sigue haciendo creer a aquellos que apoyan sus políticas que, prohibiendo materiales tan esenciales en algunos sectores, como lo es la fibra de carbono, lograrán salvar al mundo de la debacle medioambiental que supuestamente está por llegar. Pero por el camino arrasarán con todas aquellas industrias encargadas de dar trabajo y prosperidad, a buena parte de esa misma sociedad empecinada en implantar todo este tipo de ideologías.

Sin embargo, la realidad, por lo general, suele estar bastante alejada de los ideales de toda esta gente. Quizás por ello, en última instancia, parecen haber desechado la idea de incluir a la fibra de carbono dentro de la lista de productos a eliminar, por la supuesta dificultad para ser procesada y reciclada una vez haya concluido su vida útil.

La fibra de carbono en el punto de mira de las políticas europeas

¿Cuáles son los motivos reales de la U.E. para querer eliminar la fibra de carbono?

Como todos sabemos a estas alturas, la Unión Europea y sus políticas crean habitualmente comisiones de investigación sobre cualquier cosa que se les pasa por la cabeza. Según argumentan desde su seno, se basan en los informes que ellos mismos elaboran con la ayuda de científicos y “expertos”. Lo que no les cuentan a los ciudadanos es que esos mismos profesionales son gente a sueldo de la propia entidad.

Por lo tanto, los resultados de esos informes, suelen ser bastantes positivos para los intereses de la Unión Europea, que no de los ciudadanos que habitamos dentro de ella. El querer prohibir el uso de la fibra de carbono para el año 2029 (ahora niegan que esto vaya a suceder), es un buen ejemplo para poner en contexto este sistema restrictivo. En ellos se ha llegado a la conclusión de que los filamentos producidos, consecuencia de su descomposición y reciclaje, suelen quedar suspendidos en el aire y, de llegar a estar en contacto con la piel humana, podrían ser perjudiciales para esta.

La fibra de carbono en el punto de mira de las políticas europeas

De lo que no habla este informe es de las ventajas a todos los niveles que tiene la fibra de carbono en múltiples sectores especializados, donde logra ofrecer un nivel de rigidez y ligereza prácticamente inigualable por cualquier otro material. Por no hablar de su durabilidad, elasticidad y capacidad de adaptarse a las altas temperaturas. De este modo se puede prescindir de otros materiales pesados y reducir factores tan de moda a día de hoy como el consumo de combustible: A menor peso, menor gasto.

No sabemos si estos aspectos han sido analizados por nuestros políticos de turno. Tampoco sí han calculado el impacto en la economía de los millones de personas que, en modo alguno, están ligados directamente a la fabricación y venta de la fibra de carbono. Quizás esto último les importe un carajo, sobre todo si tenemos en cuenta el conocido lema que ampara su agenda burocrática para los siguientes años: “No tendrás nada y serás feliz”.

J. Rubio
J. Rubio
Llevo media vida a vueltas con las letras y finalmente terminé donde siempre quise hacerlo, escribiendo sobre motor. Amante de todo aquello que huela a “Old School”, disfruto cada segundo sabiendo la suerte que atesoro de ser un incurable Petrolhead.

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