No es nada nuevo. Llevamos meses hablando de lo mismo: la ola de calor. Pero, en China la ola de calor en curso ya es la más larga registrada desde que el Centro Nacional del Clima comenzó a llevar registros en 1961. Hasta mediados del mes de agosto de 2022, 262 estaciones meteorológicas repartidas por todo el país registraron temperaturas de 40 grados o más, y ocho también habían superado los 44 grados.
Ya llevamos tiempo escuchando y sufriendo el denominado como problema en la cadena de suministro. Todos nos acordamos del Ever Given, el barco que en marzo del año pasado se quedó cruzado seis días en el canal de Suez en Egipto y paralizó el transporte marítimo mundial. Pero, a medida que nos acercamos a finales del mes de agosto, otro concepto se suma a la frase «problemas de la cadena de suministro».
Este concepto es muy amplio y describe una gran cantidad de parámetros. Desde la escasez de semiconductores hasta los continuos problemas de envío, asociados con las cadenas de suministro que llegan a todo el mundo. En este mes, que vamos a finalizar, una nueva interrupción de la cadena de suministro asoma la cabeza y, esta vez, está relacionada directamente con el clima. La provincia de Sichuan, uno de los centros neurálgicos chinos, se encuentra actualmente en medio de una ola de calor sofocante, acompañada por una sequía que está dejando ríos, como el Yangtzé, con un caudal mínimo histórico.
La sequía en cualquier lugar es una mala noticia, pero es una noticia aún peor en Sichuan (suroeste), que obtiene aproximadamente el 80% de su electricidad de la energía hidroeléctrica. A medida que aumentan las temperaturas, el gobierno ha ordenado a varias fábricas que cierren y paralicen su actividad industrial para que las personas que viven en las áreas afectadas puedan utilizar la poca energía y agua disponible.
Por ejemplo, el gigante chino de fabricación de baterías, Contemporary Amperex Technology Company (CATL), que opera en una enorme instalación de producción de baterías de litio en Yibin, detuvo sus operaciones hasta el 20 de agosto. Otros fabricantes de baterías también se habían congregado en el área de Sichuan, buscando reducir sus propias emisiones en el proceso de fabricación al establecer instalaciones que dependen principalmente de la energía hidroeléctrica.
La ola de calor y posterior sequía en la provincia de Sichuan ha afectado a empresas como Toyota. Que también cerró temporalmente una instalación en la región, al igual que las empresas de las industrias de fertilizantes, acero y aluminio. La producción de cultivos (arroz y maíz), ganadería, litio (usado en baterías) y polisilicio (usado en paneles solares) ya ha registrado importantes impactos negativos debidos a la crisis climática y energética.
Las instalaciones de producción en la vecina región de Chongqing también han suspendido la producción, la crisis climática no se detiene en la frontera de Sichuan. En la provincia de Shanxi, ubicada en el norte de China, las recientes y graves inundaciones han provocado el cierre de varias minas de carbón. Recordemos que esta región es el mayor productor de carbón del país, lo que también generó problemas energéticos relacionados con el cambio climático.
El investigador Cai Wenju, del instituto de ciencia australiano CSIRO, comentó a Reuters: «el actual calor extremo, en esta región, probablemente se deba a un caso especial de alta presión subtropical del Pacífico occidental y se extiende por gran parte de Asia».
