Llevamos años en los que la inteligencia artificial poco a poco va ganando espacio en nuestro día a día, casi sin darnos cuenta. Lo que antes estaba solamente al alcance de unos pocos investigadores, ahora está abierto al público en general y cualquiera puede acceder desde su teléfono a aplicaciones que permiten acercarse a ella.
Pero también hay aplicaciones mucho más complejas o prácticas, en las que la inteligencia artificial ya está funcionando. En el mundo de la automoción son muchos los vehículos (incluidas motos) que ya se valen de ella para tomar decisiones, especialmente los vehículos autónomos, pero también sistemas de control y seguridad.
Ese es el caso del proyecto piloto que la Generalitat de Catalunya ha puesto en marcha en la AP-7, en el tramo que une Maçanet de La Selva (Girona) y El Vendrell (Tarragona). 150 kilómetros de autopista que puede ir variando la velocidad máxima permitida en función de la situación del tráfico.

Se trata de un sistema de límites de velocidad dinámico, en el que diferentes factores influirán a la hora de dictaminar cuál es la velocidad máxima permitida. Entre estos factores influirán las condiciones del tráfico, de la calzada o las meteorológicas y todo ello en tiempo real para poder modificar el límite.
La inteligencia artificial decidirá cuál es la velocidad más apropiada
Este límite será posteriormente informado en los carteles luminosos que sustituyen a los habituales y, como decíamos, se apoyará en la inteligencia artificial que será la encargada de calcular en función de los parámetros (densidad de vehículos, horas punta, accidentes, averías, condiciones meteorológicas), cuál es la velocidad más segura para los usuarios de la vía.
Y es que aunque ya en España desde hace tiempo hay algunas zonas con límites variables, como algunos accesos a Barcelona o la M-30 en Madrid (aunque en episodios de alta contaminación), es una medida que no se ha implementado habitualmente, a pesar de su impacto positivo en cuanto a reducir la siniestralidad.

De hecho, por las experiencias previas en diferentes zonas del mundo en las que hay sistemas variables de velocidad máxima, se estima que se ha conseguido reducir en torno al 18% el número de accidentes con heridos. Y esto, sea por mediación de la inteligencia artificial o de los humanos, es siempre una buena noticia.