Puede que haya quien considere que, coger un motor de una Honda CR500 de 1994 y meterlo dentro de un chasis de una Honda CRF450R de 2020, debe ser penado con unos cuantos latigazos, e incluso alguna pena de cárcel. Pero es posible que quien piense eso solamente se haya quedado en la idea, y no haya visto esta preparación increíble que nos llega desde Estados Unidos y en la que no se ha escatimado ni tiempo ni dinero.
Tanto es así que este híbrido de CR500-CRF450R y que está a la venta a través de Ebay ha requerido, según su vendedor, un desembolso en piezas de 26.489 dólares. Si pasamos esa cantidad a euros con el cambio actual estaríamos hablando de un total de 25.824, sin contar las innumerables horas que lleva dejar la moto tal cual se puede ver.

De hecho, en el apartado de venta enumera una a una las piezas y los costes, incluido el legalizar todo el paquete. Porque lo mejor de este híbrido de CR500 con CRF450R es que se puede circular legalmente con él, al menos en Estados Unidos.
El híbrido CR500 / CFR450R está armado hasta los dientes
Gracias a ese listado vemos no solamente la cantidad de dinero tan asombrosa, sino algunas piezas más que interesantes del conjunto. Así pues, encontramos Öhlins en el apartado de las suspensiones o Beringer en los frenos.
Hay que decir, para quien no lo sepa, que Beringer es una de las marcas más prestigiosas en el mundo del supermotard. También vemos el escape Pro Circuit hecho a mano, con el doble silencioso de carbono Scalvini, las llantas Alpina, neumáticos Sumo y un basculante que pertenecía a una de las míticas Aprilia SXV 450.

Todo esto forma parte de un proyecto personal que el propietario ha llevado a cabo los últimos año,s y ahora necesita desprenderse de él porque está preparando una bagger de alto rendimiento. Por eso pide 23.500 dólares (22.896 euros) que es significativamente menos dinero del que gastó solamente en piezas en su momento. Y ese detalle de “en su momento” es importante porque ahora, con la inflación muchas de estas piezas han subido de precio.
Si estás pensando en comprarla, eso sí, tendrás que trasladarte hasta Lincoln, Pensilvania (Estados Unidos) y si quieres probarla antes tendrás que dejar el dinero primero. El vendedor (con buen criterio) no se fía de las facultades que se necesitan para conducir una moto que, tal como él dice, intentará arrancarte los brazos.