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No pudo comprar la original… así que se fabricó su propia MV Agusta Tamburini

¡Me sobra el dinero!

Fotos: Catawiki
El propietario de esta MV Agusta F4 1000 Tamburini no llegó a tiempo para hacerse con una de las 300 unidades que componían esta exótica serie limitada, por lo que decidió pagar una ingente cantidad de dinero para que un concesionario de la marca le ensamblara a él personalmente una réplica del modelo.

Imaginaros la situación: Corre el año 2004, tienes pasta por doquier y te acabas de enterar de que MV Agusta va a lanzar una serie limitada F4 1000 Tamburini de solo 300 unidades. Una moto de ensueño, al alcance de muy pocos mortales, en la que la marca italiana echaba el resto en cuanto a equipamiento, acabados y materiales empleados en su fabricación. Pero, por algún motivo, no logras ser uno de los 300 afortunados que han logrado reservar su ejemplar a tiempo.

Volved a echarle imaginación y entender como ese “pobre hombre” no ha podido cumplir un sueño aunque, probablemente, atesore en su garaje particular una amplia colección de motos similares a las que solo se arrima de cuando en cuando para quitarles el polvo… Y hasta aquí la introducción de lo que podría ser una historia de ficción, que termina convirtiéndose en toda una realidad para un amante de la marca transalpina.

Si no puedes hacerte con una F4 1000 Tamburini tienes otra opción: Pedir que te fabriquen una réplica a medida

MV Agusta F4 1000 Tamburini “Replica”: Con dinero, casi todo se puede

Esta curiosa historia no es fruto de la imaginación del arriba firmante. Es más bien parte de la descripción del propio anuncio de venta de esta F4 1000 Tamburini “Replica”, la cual solo cuenta con 818 kilómetros recorridos en sus más de 20 años de vida. Según se detalla en Catawiki, el famoso portal de subastas encargado de buscarle un nuevo hogar a esta joya rodante, “el primer propietario-coleccionista quería comprar un Tamburini original, pero no pudo comprarla porque se habían agotado.”

Así que “recibió una sugerencia del concesionario MV: le construiremos una nueva F4 1000S Monoposto con nuevas piezas originales Tamburini de carbono y magnesio. Así surgió esta nueva réplica de Tamburini. Se compraron piezas originales de Tamburini por enormes sumas de dinero para hacer realidad su sueño.” En un supuesto así, el conocido youtuber Matías “el humilde”, podría decir, y no sin razón: ¡Me sobra el dinero!

Si no puedes hacerte con una F4 1000 Tamburini tienes otra opción: Pedir que te fabriquen una réplica a medida

Bien, cachondeos aparte estamos ante una verdadera escultura rodante, ya que esta F4 1000 Tamburini réplica monta el carenado de carbono original de la edición limitada, incluyendo depósito, guardabarros y panel interior frontal en la zona del velocímetro. Por supuesto, equipa un juego de suspensiones Marzocchi de 50 mm, frenada Nissin con pinzas mecanizadas por CNC o un juego de ligerísimas llantas de magnesio Marchesini.

En la descripción se aclara que: “En las imágenes actualmente tiene un amortiguador de carreras RG3 usado. Este se instaló más tarde y se compró de segunda mano, de ahí la decoloración en el amortiguador. Los amortiguadores plateados originales en perfecto estado a juego con el vehículo se incluyen con el chip original. Para este sueño se construyó un nuevo amortiguador Öhlins hecho a medida con precarga de resorte hidráulica, ver imágenes. Esto también se incluirá con la compra.”

Si no puedes hacerte con una F4 1000 Tamburini tienes otra opción: Pedir que te fabriquen una réplica a medida

Si habéis llegado hasta el final de esta historia, como premio, os dejamos el enlace para poder deleitaros con un montón de imágenes de esta F4 1000 Tamburini “Replica”. También podéis intentar haceros con ella, aunque según la estimación del experto que gestiona la subasta, su precio mínimo de venta rondará una cifra final cercana a los 28.000 euros.

Se nos antoja hasta barata, teniendo en cuenta el nivel de detalle y el nulo uso que le han dado a esta maravilla rodante.

J. Rubio
J. Rubio
Llevo media vida a vueltas con las letras y finalmente terminé donde siempre quise hacerlo, escribiendo sobre motor. Amante de todo aquello que huela a “Old School”, disfruto cada segundo sabiendo la suerte que atesoro de ser un incurable Petrolhead.

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