Echemos la vista atrás, a hace aproximadamente 80 años. Por aquel entonces, el ahora veterano y centenario Ray Weser se enamoró perdidamente de las Harley-Davidson. Tanto fue su pasión por ellas que fueron las únicas motocicletas que condujo durante su vida y, además, pudo trabajar para la compañía durante casi 25 años.
A punto de cumplir los 102 años, su familia y comerciantes de Prescott (Arizona) el lugar donde reside, le prepararon una gran sorpresa. Tal y como ellos llamaron, se trataba de El último viaje y en él pudo dar una vuelta como pasajero de un trike Harley-Davidson acompañado de otros 50 apasionados de la marca americana.
¿Por qué? Simplemente porque se lo merecía. Y tal y como su nieta declara, posiblemente Ray pensase en ese preciso momento que se había muerto y estaba en el cielo. Macabro y tierno a partes iguales.