Publicidad
[the_ad_placement id="adsense-mega-2-mobile"]

El problema de cargar coches y motos eléctricas… ¿en vías de solución?

Los coches y motos eléctricas no se venden más porque su autonomía es limitada y hay pocos sitios donde cargarlos. Pero existen planes para solucionar ese problema y aumentar las posibilidades de carga.

No hace mucho se tenía a los vehículos eléctricos por algo muy poco útil y aburrido, una opción sólo para donde era obligatorio usar algo “cero emisiones” (zonas peatonales céntricas por ejemplo), incluso como algo destinado a personas mayores o con poca salud para andar o usar una bicicleta normal.

Ahora que hay bastantes coches y algunas motos eléctricas ya va siendo conocido que sí pueden ofrecer prestaciones y diversión, y que incluso son más “premium” que los de gasolina al ser tan suaves y silenciosos. El éxito de los exclusivos coches Tesla tiene algo que ver en ello, pero marcas como Renault o Nissan tienen también modelos bastante asequibles. Y en motos tenemos el BMW C-Evolution, las Zero, las Volta… Sin olvidarnos que el ciclomotor más vendido es el eléctrico Torrot Muvi ¡quién lo hubiera dicho!

Pero todos ellos tienen un problema común: la autonomía, o mejor dicho, el tiempo que se tarda en recuperar esa autonomía. Ahora mismo no podemos recorrer en la práctica mucho más de un centenar de kilómetros en el caso de las motos que más lejos llegan, o dos centenares en el caso de los coches más capaces. Si tardáramos los mismos diez minutos en recuperar esa autonomía que tardamos en llenar un depósito, y fuera igual de sencillo encontrar una estación de servicio, no sería para tanto ¿verdad?

Pero eso es imposible ahora mismo, y será complicado a corto plazo. Como vemos son dos temas: el número de puntos de carga (lo fácil que es encontrar uno) y su potencia (lo que se tarda en cargar la batería). El problema de la cantidad de puntos de carga, o “estaciones de servicio eléctricas”, está relacionado con la cantidad de coches y motos eléctricas que se venden (todavía muy pocos) pero también es un problema político. Montar puntos de carga es mucho menos complicado que montar gasolineras (por temas de emisiones, restos, seguridad, etcétera) y en algún momento su número crecerá rápido de verdad.

El de la potencia no depende de decisiones políticas o comerciales, es un problema técnico. Vamos a explicarlo con algún ejemplo. Los coches normales más capaces están entre los 30 y 40 kWh de capacidad (Nissan Leaf y Renault Zoe), las motos en torno a 10-12 kWh (BMW C-Evo). En un hogar normal la media de potencia contratada está en unos 4 kW (el límite de potencia para casas con instalación monofásica son unos 8 kW), es decir, que usando toda la potencia disponible tardaríamos unas 10 horas en cargar un Renault Zoe a tope (4kWx10h=40kWh).

En realidad lo práctico (porque querremos ver la tele o cocinar) es usar unos 2kW, por eso hace falta una larga noche o más potencia para cargar uno de esos coches (tardaría 20 horas si llega descargado del todo), y un scooter BMW sí se carga en unas 6 horas. Por otra parte, conviene comentar que las baterías actuales aceptan este tipo de cargas pero su vida a largo plazo pierde (cuando lleven muchas cargas perderán capacidad antes).

¿Y cuánta potencia necesitaríamos para cargar en diez minutos? Pues es fácil calcularlo: si son 40 kWh (Renault Zoe) hacen falta 40kW para cargar en una hora (en realidad algo más porque hay pérdidas). Es decir, con diez veces (!) la potencia doméstica normal, todavía tardamos una hora. Multiplicando por diez más, es decir 400kW, la carga tardaría diez veces menos, es decir unos seis minutos (de nuevo, algo más en realidad). Pero 400kW es una potencia bestial, equivalente a 540 CV traducidos a potencia “motriz”…

El plan europeo

Los supercargadores de Tesla, que es lo más potente actualmente en uso, funcionan con 120 kW y ya necesitan una instalación sólida y cables de sección notable para soportar esa corriente. Además de la potencia, existe un problema de estándares pues no todas las marcas usan el mismo tipo de enchufe o conexión a sus coches.

Supercharger de Tesla

Por fin existe, sin embargo, un proyecto europeo con futuro. Las dos grandes redes de carga, Allego y Fortum, han firmado un acuerdo para desarrollar un estándar común, y a partir de ahí presionar para acelerar la instalación de puntos de carga rápidos o ultra-rápidos. Hace unos meses ya hubo otra alianza, entre BMW, Mercedes, Ford y Volkswagen, cuyo objetivo es conseguir una red de puntos de carga europea súper potente (hasta 350kW nada menos).

La novedad es que ambas alianzas han firmado otro acuerdo en un reciente evento organizado por la Comisión Europea. El objetivo es tener una red europea homogénea, tanto por conexiones como por precios, y tanto dentro de las ciudades como en autopistas y otras vías principales. No tenemos plazo, por ahora, y habrá que ver cómo afecta esto a España, pues nuestro país no destaca por estar en primera línea de esto precisamente, aunque las voluntades políticas podrían cambiar mucho esto.

Relacionados

Lo último

Lo más leído