La moto, aunque inacabada, muestra las posibilidades de la impresión 3D en la actualidad. La Divergent Dagger utiliza el sobrealimentado motor de la Kawasaki H2 alrededor del cual se ha creado un chasis multitubular curvo (el de la deportiva japonesa es trellis de tubos rectos).
Para su confección se ha utilizado la misma tecnología que en la creación del Divergent Blade, el primer supercoche creado con la misma técnica de impresión 3D. Así la estructura está fabricada en tubos de carbono, mismo material usado en el basculante mientras que el depósito y el asiento se han realizado en plástico.
La Divergent Dagger se muestra inacabada porque lo verdaderamente interesante radica en lo que podemos ver, y es cómo han conseguido fabricar un chasis y basculante a partir de una tecnología que vemos todavía muy reciente pero con millones de posibilidades.
No es la primera motocicleta fabricada con esta técnica, pero sí la primera que es capaz de incorporar tanta potencia (hasta ahora la mayoría se basaban en prototipos de motocicletas eléctricas). Sus ventajas se encuentran, entre otras, en los bajos costes de producción así como unas menores emisiones durante la fabricación.