MSI (Sistemas de Inteligencia del Mercado) desarrollaron una nueva reunión del Club de la Previsión de las Dos Ruedas, en la que se expusieron diferentes aspectos del mercado de la moto que permiten enfocar la situación desde una variedad de perspectivas. Básicamente, esta XXIII edición planteaba varias cuestiones: ¿Cómo está la situación económica en España? ¿Se ha visto afectada por la ausencia de gobierno y la inestabilidad política? ¿Ha influido esta situación en la confianza del consumidor?
Juan Laborda, fundador de Razona, una organización que desarrolla estudios sobre economía y finanzas, expuso que la situación económica vive un momento de estancamiento, confirmando que el FMI (Fondo Monetario Internacional) no se explica por qué no han funcionado las medidas que ha adoptado, dando paso a una desaceleración no esperada de la economía mundial. La palabra clave para definir esta situación es la financiarización, un término acuñado por el economista Stockhammer, que viene a definir la actual situación, en la que el peso del sector financiero sobre la economía real es excesivo.
Laborda ha destacado igualmente que cuando realmente ha crecido la economía española ha sido a partir del cese de la austeridad, desde 2013. “Es falso que la austeridad genere crecimiento. Desde 2010 hasta 2013 se hundió el PIB”, señaló Laborda, cuyo análisis económico ayuda a entender la situación económica que vivimos o padecemos, y destaca que “el flujo del crédito en España por primera vez empieza a repuntar, y esto se debe en primer lugar porque se abandonó la austeridad”.
Y esto significa que cuando hay crédito, hay compra de motos, y el mercado de las dos ruedas goza así de buena salud. Las previsiones en el corto y medio plazo indican que los próximos dos años seguiremos disfrutando de un crecimiento en las ventas. En 2015 el mercado de motos y ciclomotores alcanzó las 152.694 unidades, con un crecimiento del 18,5 por ciento. Este incremento se moderará en 2017 (7,7 por ciento) y 2018 (6 por ciento), pero el mercado seguirá desarrollándose y creciendo de forma progresiva, aproximándose a las cifras sostenibles para el sector, que según Anesdor se cifran en las 250.000 unidades.
Un estudio de mercado desarrollado por Schibsted Spain destaca el incremento en la intención de compra de los usuarios, pero hay un detalle revelador sobre la situación del usuario de la moto. El 23 por ciento de los encuestados (sobre una muestra de más de 4.000 encuestados, del 12 al 17 de mayo de 2016) no tiene intención de comprar moto. Entre las razones esgrimidas, un 6 por ciento indica que su economía no se lo permite. Hace un año, ese argumento alcanzaba el 12 por ciento. Esto evidencia una mejora de la situación económica.
De hecho, entre la modalidad de pago para la compra de una moto nueva, el pago al contado solo representa el 39 por ciento de las opciones, frente a la financiación, que es de un 19 por ciento, y una posible financiación, en función de determinadas circunstancias, que llegaría hasta un 35 por ciento. En conjunto, más de la mitad de los compradores de moto nueva optarían por alguna fórmula de financiación.
Posteriormente se desarrolló una mesa redonda en la que, en esencia, se analizaron los aspectos más importantes del uso de la moto, que giran en torno al usuario, la circulación y la motorización. Se especuló sobre los cambios a los que se puede someter el sector de las dos ruedas a corto y medio plazo, así como sobre la tendencia del mercado en el futuro. Hubo una conclusión clara: la moto ha de ser un elemento fundamental en los planes de movilidad sostenible. El sector lo tiene claro, pero la principal tarea es trasladar al legislador esa misma perspectiva, algo que, a día de hoy, no parece tan sencillo.