En el pueblo estadounidense de Key Biscayne, en Florida, se han puesto muy serios con los el uso de bicicletas y patinetes eléctricos. El motivo no es otro que el fallecimiento, el pasado 14 de febrero, de un ciudadano de 66 años como consecuencia de las heridas sufridas tras ser atropellado, por un niño de 12 años, a los mandos de una bicicleta eléctrica.
Según detalla la noticia recogida en CBS News, la ordenanza convierte en permanente la prohibición temporal impuesta el 16 de febrero tras el triste suceso. La idea es “mantener un ambiente seguro en nuestras carreteras mientras la Villa colabora con los funcionarios del condado y del estado para establecer regulaciones y opciones de cumplimiento que se basen en el tipo de dispositivo, la ubicación de uso y la edad del usuario.”
Falta de regulación para el uso de bicicletas y patinetes eléctricos
Este es el motivo principal por el que las autoridades locales de Key Biscayne han decidido tomar esta decisión: La falta de regulación legal sobre quién y a qué edad puede conducir bicicletas o patinetes eléctricos. Básicamente, porque cualquiera de estos medios de locomoción puede alcanzar una velocidad suficiente, como para que en caso de accidente termine habiendo incluso fallecidos.
Es indudable que la preocupación por parte de las autoridades competentes ha crecido, no solamente en este lugar en concreto. Ciudades como París han prohibido directamente los patinetes eléctricos de alquiler. Además, han establecido un reglamento más severo en cuanto a la edad mínima para el uso de un patinete eléctrico, y han elevado las sanciones económicas ante determinadas conductas llevadas a cabo por los usuarios de los mismos.
Lo que está claro es que la denominada “movilidad del futuro” tiene aún algunos cabos sueltos por atar. Porque si bien la solución no debería ser prohibir nada, lo que no es de recibo es que un menor de edad circule a los mandos de bicicletas y patinetes eléctricos, sin tener que cumplir una serie de normas mínimas.
La iniciativa llevada a cabo en Key Biscayne parece que no será algo aislado en la sociedad estadounidense, ya que otras poblaciones del país ya preparan normativas similares. Por ejemplo, el pueblo de Bal Harbour ha abierto este debate entre sus habitantes, y ya trabaja en una nueva ordenanza con la que poder prohibir el uso de bicicletas y patinetes eléctricos en sus calles.
