Desde que en 2005 Qianjiang se hiciera con Benelli, el proceso de crecimiento de la firma de origen italiano ha sido imparable. Especialmente en estos últimos años en los que modelos como la Leoncino o la TRK 502 han marcado la pauta. Aun así, falta una pieza para que la marca termine de tener el catálogo lo más redondo posible, y eso sucedería con la llegada de una moto de 1.000 de carácter deportivo.
Todo parece indicar que esa llegada podría estar más cerca que nunca, gracias a las informaciones que tienen su origen en China y que confirman el registro de las patentes de un motor V4 de 90 grados y de un litro de cubicaje. Estaríamos hablando de un motor con doble árbol de levas y con cuatro válvulas por cilindro. Lo llamativo es que a pesar de que este tipo de motores se llevan empleando desde hace tiempo, e incluso hay quien señala un cierto parecido con el de la Honda VFR800, las patentes muestran soluciones diferentes en algunos aspectos.
De hecho, la mayor parte de estas patentes tienen que ver con elementos funcionales más que de rendimiento. Hablamos de la circulación y retorno del aceite, la lubricación de la transmisión o la manera en que están montados ciertos elementos del cigüeñal, aunque esto último sí podría incidir en el rendimiento.

Lo que no aparece por ningún diseño ni tampoco se sabe con certeza es en qué moto se empleará. Lo esperado o lo que nos gustaría es que fuese el corazón de una nueva tornado que cogiera el relevo de la Benelli Tornado Tre 1130, aunque en aquel caso nos encontrábamos con un modelo tricilíndrico que era muy diferente, radical y que muchos recuerdan por aquellos dos ventiladores que salían por debajo del colín.
El caso es que también podría ser el propulsor de alguna moto de corte trail, beneficiándose también de la menor voluminosidad de un V4 frente al cuatro en línea. De cualquier manera no es más que mera elucubración al respecto, porque como decimos en otras ocasiones, el hecho de que haya unas patentes registradas no significa que las soluciones lleguen a materializarse y, mucho menos, llegar a una producción final.
Lo que sí dicen estas patentes es que la actividad en Benelli no para, que el plan de seguir restableciendo la marca y situarla en un escalón de referencia sigue en marcha. Otra cosa será que finalmente esa esperada 1.000 llegue de una manera o de otra o, bien, los planos se queden guardados en un cajón y nunca más sepamos de ellos.