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A 262 km/h en una bici propulsada por peróxido de hidrógeno

Fotos: Gizmodo
El peróxido de hidrógeno es un combustible muy utilizado por la industria aeroespacial, y su aplicación en vehículos de dos ruedas es por ahora pura ciencia-ficción.

En un momento en que la sensibilidad medioambiental está impulsando a la industria de la automoción a investigar sobre combustibles cada vez más limpios, algunos cortan por lo sano y toman inspiración de los lugares más variopintos.

Es el caso del ciclista francés François Gissy, que alcanzó los 262 km/h en una bicicleta-cohete propulsada por peróxido de hidrógeno. Este combustible es un habitual de la industria aeroespacial como combustible de cohetes en motores monopropelentes o como aportación de oxígeno en motores bipropelentes, pero este es uno de los únicos casos de aplicación en un vehículo de dos ruedas.

Gissy consiguió su récord de velocidad empleando una bicicleta a la que añadió un cohete alimentado por peróxido de hidrógeno, con la que consiguió batir la anterior marca de 242 km/h establecida en 2002.

El peróxido de hidrógeno se encuentra en pequeñas concentraciones en el aire. Aunque no es inflamable, puede causar combustión espontánea cuando entra en contacto con metales como la plata, que se encuentran en catalizadores. Esto causa una reacción química que descompone el peróxido de hidrógeno en calor, agua y oxígeno. El vapor obtenido de la reacción es forzado a través de un cohete para obtener empuje. Todo el sistema empleado por Gissy fue desarrollado por la compañía suiza Exotic Thermo Engineering.

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