Motos de pesadilla a la venta: Honda Hawk Hondamatic Trike

Curiosa preparación, triste resultado
Aunque normalmente solemos traer motos de ensueño a la venta, en nuestra búsqueda también encontramos otros modelos que no son de nuestro agrado o no resultan interesantes. En esta ocasión sí nos resulta interesante, pero por ser una preparación muy peculiar.

Cuando uno piensa en un trike, normalmente piensa en una moto de tres ruedas con una de ellas en el eje delantero y las dos restantes en el eje trasero. Además, suelen ser preparaciones bastante trabajadas y llamativas, donde hay miles de euros invertidos para conseguir el resultado deseado. Igualmente, es habitual que estos trabajos tengan buen gusto, por lo que incluso hay trikes que son auténticas piezas de coleccionista.

En este caso, el artefacto bien podría estar en una colección, pero de las máquinas y preparaciones más extrañas, peculiares e incluso, en una atracción de feria, concretamente en “La casa de los horrores”. Puede que estemos ante el híbrido más extraño, peculiar y con menos gusto que hayamos visto en los últimos tiempos, además de ser una aberración al haber destrozado una Honda Hawk Hondamatic.

Volante, cambio, faros, indicadores... tiene de todo menos gusto

El posible que ahora te venga a la cabeza la nueva Honda Hawk 11, pero ya en los setenta la firma nipona tuvo en el mercado la Honda Hawk, que era una moto de mediana cilindrada y cuyo nombre completo era Honda CB400T Hawk, y montaba un motor bicilíndrico. Así pues, la CB400T, que también se comercializó con otros nombres en función del país, era la sustituta de la CB400F que empleaba motor de cuatro cilindros.

Pero esta unidad en concreto, hablando de la Hawk y dejando de lado la delantera de buggy que tiene, cuenta con otra peculiaridad y es que se trata de una unidad que contaba con el Hondamatic. Desde siempre Honda ha intentado hacer más fácil el tema del cambio para los usuarios y al igual que ahora tiene el brillante DCT, en su tiempo tenía un sistema que era “automático”. Lo ponemos entre comillas porque en realidad el usuario tenía que elegir entre dos marchas, la corta y la larga, y no tenía que estar cambiando de marchas, además de no tener que usar embrague en el proceso.

La marcha corta llegaba hasta los 80 km/h aproximadamente y después era el momento de engranar la marcha larga. De esta manera la conducción se simplificaba mucho y eso que estamos hablando de hace casi 50 años. Lo triste de esta historia es que un avance tecnológico de su época ha terminado empujando un trike de dudoso gusto que, por cierto, puede ser tuyo por unos 1.500 euros. Queda claro que su actual propietario entiende las limitaciones de tan infame preparación…

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