Seguro que en más de una ocasión nos ha llamado la atención la especie de pelitos que tienen los neumáticos nuevos. Distribuidos tanto por la banda de rodadura como por los flancos, podríamos pensar que tienen una función específica, como por ejemplo constatar que el neumático nunca ha sido usado. Sin embargo y lejos de lo que podríamos pensar, no tienen ninguna función específica y son simplemente una consecuencia del proceso de fabricación de una goma.
Los neumáticos se fabrican en unos moldes especiales, dentro de los cuales se inyecta la mezcla secreta de caucho sobre la carcasa de alambres y/o fibras que componen la carcasa. Y al ser un moldeo a inyección, es necesario extraer el aire a medida que el hueco lo ocupa el caucho. Por ello, a lo largo de los moldes hay unos pequeños agujeros que permiten escapar el aire, evitando así que se formen burbujas las cuales arruinarían el neumático.
Una vez que se ha inyectado la mezcla completa de caucho, una ligerísima porción se cuela por estos orificios. Una vez curada en los hornos, la goma atrapada en estos orificios también se endurece y permanece pegada a la goma cuando se desmolda.
Obviamente, se trata de una goma que cuando hemos recorrido unas decenas de kilómetros, el roce con el asfalto hace que se desprenda, por lo que no nos tenemos que preocupar de ellos. Por estética, en motos de marcas caras o preparaciones, se eliminan para que no afeen el conjunto, aunque es cuestión de gustos.
Eso sí, si vosotros lo queréis eliminar también, debéis armaros de paciencia e ir quitando uno a uno con la mano. Ni se os ocurra usar una cuchilla o similar, pues podríais llegar a cortar o dañar el neumático y dejarlo inservible.