Intentar establecer una duración exacta para los neumáticos de moto es como predecir el clima con una carta astral. Hay demasiadas variables en juego. Algunos motoristas los cambian con apenas 3.000 km, mientras que otros los estiran hasta los 15.000. ¿Cómo es posible? Fácil: no todos conducimos igual, no usamos la misma moto ni pisamos el mismo asfalto.
En el caso de nuestro lector, Marcos Giménez y propietario de una Triumph Speed Twin 1200, sus Bridgestone S21 duran unos 6.000-6.500 km. A simple vista puede parecer poco, pero teniendo en cuenta el tipo de neumático, la moto y el uso que describe (rutas de montaña y algo de autovía), no es un dato descabellado. Los S21 son neumáticos deportivos de compuesto blando, pensados para ofrecer agarre y precisión, no para hacer grandes kilometrajes.
Sin embargo, hay un detalle clave que explica ese desgaste algo más rápido de lo esperado: las presiones de inflado incorrectas.
El papel decisivo de las presiones en los neumáticos
Nuestro lector comenta que suele rodar con 2,4 bares en ambas ruedas, pero según los valores recomendados por Triumph para la Speed Twin, deberían ser 2,5 delante y 2,9 detrás. Puede parecer una diferencia mínima, pero esas décimas tienen un impacto directo en el comportamiento y la duración del neumático.
Rodar con presión insuficiente provoca que el neumático trabaje más con los flancos, generando más calor, deformación y desgaste irregular. En la práctica, esto se traduce en un exceso de huella que acelera el desgaste de la goma, especialmente en la parte central del neumático trasero.
Además, una presión baja empeora el agarre en mojado, al no evacuar correctamente el agua, y hace la moto más torpe en los cambios de dirección, aumentando el esfuerzo físico del piloto y reduciendo la precisión en curvas.
Por tanto, no solo hablamos de acortar la vida útil del neumático, sino también de comprometer la seguridad y el comportamiento dinámico de la moto.
Moto, conducción y entorno: la ecuación del desgaste
Incluso con las presiones perfectas, la duración de un neumático depende de tres factores principales:
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La moto. Una Speed Twin 1200, con más de 100 Nm de par, exige mucho a la goma trasera. Cada aceleración fuerte o salida de curva imprime un esfuerzo que un neumático sport puro, como el S21, asume con gusto, pero no sin consecuencias.
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El estilo de conducción. Si eres de los que disfrutan enlazando curvas y aprovechando todo el potencial de la moto, tus neumáticos vivirán una vida corta pero intensa. No es un defecto, simplemente el resultado natural de un uso deportivo.
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El tipo de ruta. Las carreteras de montaña desgastan mucho más que la autovía. El constante cambio de inclinación y la abrasividad del asfalto acortan los kilómetros de vida útil, sobre todo en el flanco del neumático.
¿Qué puedes hacer para alargar su vida?
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Respeta siempre las presiones recomendadas por el fabricante, ajustándolas en frío y revisándolas cada 15 días.
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Evita rodar con neumáticos fríos, especialmente en días frescos o tras largas paradas: el compuesto necesita temperatura para rendir y desgastarse de forma homogénea.
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Mantén la moto en perfectas condiciones y con las suspensiones en buen estado. Un amortiguador trasero blando o una horquilla mal regulada también castigan las gomas.
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Adapta la elección del neumático a tu uso real. Si haces rutas largas con algo de ritmo, pero sin buscar el límite, un modelo Sport-Touring como el Bridgestone T33 te ofrecerá un equilibrio ideal entre agarre, confort y duración.
Los 6.000-6.500 km de vida de tus Bridgestone S21 no son anormales en una Speed Twin con uso rutero y de curvas, pero las presiones incorrectas han jugado un papel importante en su desgaste acelerado.
Corrigiéndolas y valorando un neumático de corte Sport-Touring, podrías ganar fácilmente entre 2.500 y 3.000 km más de vida útil, además de mejorar la estabilidad y el agarre en mojado.
Porque, al final, los neumáticos no se gastan solos: se desgastan como los usas.