Saber el estado de una moto nueva es sencillo, acaba de ser sacada de una caja de embalaje, su cuenta kilómetros está a cero o con unos cuantos metros y la documentación limpia y recién impresa, pero ¿cómo sabemos la historia de una moto usada?
Después de comprobar que mecánicamente todo aparenta estar correcto, hay que prestar atención a la parte burocrática. Es menos divertido, pero de esta manera sabremos si estamos comprando una moto o una caja llena de problemas. Lo ideal en un mundo idílico sería que todo estuviera en orden y el actual propietario así nos lo hiciera saber de manera amistosa, pero en la vida real es difícil que te digan si la moto tiene alguna carga, sobre todo en una venta entre particulares.
Para evitar situaciones desagradables en torno al pasado y estado legal de la moto, está el llamado Registro de Vehículos, en el cual la Dirección General de Tráfico almacena los datos relativos a los vehículos. Solamente es necesario conocer la matrícula o número de bastidor de la moto para poder solicitarlo y se puede hacer tanto por internet como en alguna Jefatura de Tráfico.
Tras el pago de las tasas correspondientes, 8,30 €, rellenado el formulario y presentando el DNI si se hace personalmente o disponiendo de certificado o DNI electrónico vía web, se puede acceder a los siguientes datos sobre la moto:
- Titularidad del vehículo.
- Datos técnicos.
- Número de titulares anteriores.
- Situación administrativa (si está autorizado para circular).
- Fecha de caducidad de ITV.
- Cargas o gravámenes que impiden la transmisión del vehículo.
De esta manera sabremos al 100% el estado administrativo del vehículo y podremos tomar la decisión en consecuencia a ello. También es el punto en el que muchas operaciones se frustran y es que más vale prevenir que lamentar…