Quizás una de las diferencias más grandes que hay entre los usuarios de coche y de moto, es que a muchos de los usuarios de moto les gusta “cacharrear” con ellas. Aunque sean labores básicas de engrase, tensión de cadena, revisión general, cambio de batería… hay muchas cosas que se pueden hacer con conocimientos y materiales básicos.
Para otros mantenimientos más serios ya nos hace falta tener conocimientos, herramientas, un buen espacio de trabajo… y es entonces cuando uno se plantea el conseguir un banco de trabajo con elevador para no dejarse los riñones, trabajar cómodo y también con la moto totalmente fijada para evitar sustos. Pero la realidad es que el susto llega cuando uno empieza a ver los precios que tienen los bancos con elevador, y eso sin mencionar el precio de los bancos profesionales de los talleres, ahí tiene que sentarse uno y coger aire para evitar que le dé un “pasmo”.
La cosa es que hay una solución para poder tener tu propio banco elevador que te permita tener tu moto bien fijada y de manera segura, pero sin dejarte los ahorros y pasa por hacerlo uno mismo. Gracias a los amigos de FortNine y su canal de Youtube, podemos ver de una manera amena, gráfica y rápida cómo conseguirlo con una inversión de, en torno, a los 300 dólares que en euros es algo menos con el cambio actual y en la que, eso sí, debemos tener las herramientas correspondientes.
En lugar de ser un banco neumático o con motor, es la propia gravedad la que nos ayuda a levantar y fijar la moto. En lugar de emplear metal de manera estructural, se prepara con madera y en lugar de emplear soldaduras, los tornillos son los que mandan. Así, de una manera relativamente sencilla y gracias a los planos que están disponibles en el propio vídeo y también en este enlace, puedes ponerte manos a la obra y conseguir tu propio banco.
El único problema real que vas a encontrar es no tener las herramientas, porque en ese caso el precio final será más caro. Pero el material en sí es sencillo, las instrucciones aunque en inglés y con las medidas en pulgadas, son claras y el trabajo no requiere de mucho tiempo ni esfuerzo. Así que ya sabes, ponte manos a la obra y consigue tu propio banco de la vieja escuela: práctico, fácil e indestructible.