Nos envía Javier su consulta y nos comenta que, a sus 42 años (y medio) tiene una gran ilusión: tener una moto deportiva. La usará cada día, para ir al trabajo, y suponemos que alguna salida hará con ella pero no sabe cuántos kilómetros acumulará al año. Tiene presupuesto, hasta 20.000 euros, pero no apunta ninguna favorita.
Nos gusta la sinceridad de tu consulta aunque nos dejas con poca información, sobre todo si tenías alguna favorita o en qué motos piensas con tanta ilusión, y desde luego nos quedamos sin saber qué experiencia tienes. Porque, ya te lo avanzo, si no tienes bastante experiencia previa en moto, comprar una deportiva es una mala idea: conviene pasar por uno, dos o tres modelos previamente para que la moto no te llegue a superar, cosa que hace muy fácilmente con alguien inexperto. Por otra parte, no son motos para usar a diario: el neumático trasero se quedaría enseguida mal gastado (plano) y no compensa el coste de mantenimiento con mucho uso… a fin de cuentas, sobre todo las «gordas», son motos de carreras. Con ilusión uno puede tener un capricho, pero si no queremos perder la ilusión y que eso se convierta en una pesadilla hay que reflexionar.

Con una experiencia mediana, irse a una deportiva «top» tipo Superbike tampoco es buena idea. Sí, las actuales llevan muchas ayudas (ABS, anticaballito, control de tracción etcétera) pero también corren mucho y estimar mal, ser optimista, en una aceleración nos puede hacer llegar tan pasados a una curva (o cruce con coche saliendo, o…) que no haya quien lo pare. Así que, sin saber más, vamos a hacer una «escala» de motos deportivas que nos parecen interesantes: para empezar, con un carnet A2, la Honda CBR500R es ideal. Un poco más arriba, limitables al A2 pero con mucha más potencia sin limitar (ya carnet A), podríamos señalar la hermana de ésa Honda CBR650R o la Kawasaki Ninja 650.

El salto a deportivas «de verdad» se puede dar con algo con tanta personalidad como una Ducati Panigale V2, o con la novísima Aprilia RS 660. La primera hereda todo lo bueno de las Ducati superbike de muchas generaciones, antes de que llegara la V4. La segunda, hermana de la RSV4 de Superbike, lleva electrónica a la última, es ligera, agresiva, preciosa… y rápida en su escala (unos 100 CV). Si tu objetivo es una Superbike «mil» y tu experiencia acompaña, precisamente su hermana RSV4 es de las que cuenta con mejor chasis y comportamiento. La Yamaha YZF R1 destaca por su finura, la Suzuki GSX-R 1000 por su (relativa) facilidad de pilotaje, y las Honda, BMW o Kawasaki por su eficacia ya más exigente.